martes, 29 de septiembre de 2015

Número 97



        INDICE


¿Qué es la publicidad?

 Algunos juicios críticos sobre la publicidad.

 Publicidad y propaganda política. De Goebels a Rajoy y Artur Mas.

 Publicidad y medios informativos.

 Publicidad y literatura.

                                                                El verdadero objeto de la razón no es más
                                                                que el entendimiento y su adecuada aplicación
                                                                al objeto.                      
                                                                                                               Kant

¿QUÉ ES LA PUBLICIDAD?

Un grupo de autores, bajo el seudónimo colectivo de Marcuse, publicó en Francia un libro que vio posteriormente la edición en España, titulado De la miseria humana en el mundo publicitario.  Casi doce años después, la publicidad política, tan agresiva como la comercial, continúa contribuyendo a destruir la libertad de pensamiento y reducir a gran parte de los ciudadanos a la esclavitud mental. Numerosos intelectuales, con tal de medrar, no dudan en rendirse a ella. La vida cotidiana, que comprende el tiempo del ocio, la comida, los espectáculos públicos, los libros, hasta el placer sexual, el concepto e instrumentalización de la mujer, la imposición de los triunfadores de cualquier índole, artística, deportiva, criminal, corrupta, de la moda o de las formas de vida de las clases altas, ceremonias religiosas o profanas, las fiestas y hasta las vacaciones, aparece sojuzgada y marcada por el impacto y guía de la publicidad, devoradora de cualquier actividad humana. Una publicidad seductora y agresiva, impositiva y dogmática, enajenante e inmoral.


Seguimos algunas citas y reflexiones de la obra citada que muestran el camino acentuado y cada vez más nocivo de ésta, tan elaborado y seudo artístico al tiempo que cancerígeno, modo de conformar la uniforme esclavitud de lo que los políticos llaman, como si fuera usufructo propio, pueblo, gente, ciudadanos, a los que buscan agostar en sus pensamientos y opiniones libres, precisamente para encadenarlos a sus fines de opresión y explotación.


Porque la publicidad es el mayor timo exhibido en todas las formas de nuestra vida: desde los productos farmacéuticos, productos que antes de consolidarse científicamente se lanzan al mercado con costosas campañas en los medios de comunicación y que para impulsarlos no dudan en utilizar a médicos y especialistas bien pagados, a los alimentarios, desde el uso del cuerpo humano y sus adornos fetichistas a los medios de comunicación o el arte y la cultura. Un timo contaminante que busca la unidimensionalidad humana y la esclerosis del pensamiento y la imaginación. Los ciudadanos para ellos no existen, sólo buscan consumidores.


ALGUNOS JUICIOS CRÍTICOS SOBRE LA PUBLICIDAD.
                                   
Aldous Huxley, 1958.. En una campaña de venta, la belleza femenina puede relacionarse arbitrariamente con cualquier cosa, desde un buldócer hasta un diurético.
Georges Chetochine. 2002. ¡El cliente es el enemigo! Para fidelizarlo hay que desarmarlo, hacerlo prisionero, llevar la iniciativa. E incluso: es ·un enfermo, un infantil... ¡Hay que encadenarlo al síndrome de Alcatraz!.
Grupo Marcuse.2004 La publicidad es la anticultura por excelencia, ya que liquida las culturas populares así como la alta cultura intelectual. Es un lavado de cerebro que tala la diversidad cultural mundial.
Beaudoin de Bodinar. 1996. Véase también en el hemisferio austral como se disuelve en unos enormes bajos fondos una humanidad desnutrida, oscura, violenta, que no dejaría rastro. Si se requiere saber que son los anuncios televisivos, en realidad, basta con imaginarlos en uno de esos cuchitriles con las ratas y la dermatosis.
Sam Cathelet. La publicidad hipnotiza nuestra infancia, maneja nuestra juventud, embrutece nuestra edad madura.


Supermercados: las actuales catedrales. Culto de las masas: para ver, comprar, rendir pleitesía y adoración a los productos que se exhiben, creencia para ser felices en la vida con su adoración y posesión. En el mundo unidimensional, sin grandes sueños ni esperanzas, guiados por las voces de la publicidad salidas de los miles de púpitos -departamentos y tiendas- de las iglesias-almacenes del siglo actual. Es la nueva religión que atrae más fieles, fascinados por sus "milagros" -¡oh, los días de rebajas!- que ninguna de las que todavía perviven.


Sin consumismo el capitalismo no puede sobrevivir. Der ahí que la publicidad busque convertirlo en "la moral de nuestro tiempo" (Baudrillard). Y el trabajador, sea manual o intelectual no es sino el necesario extremo de la cadena de producción que ha de alimentar con sus beneficios a quienes le pagan para desarrollar su propia prosperidad. Consumo: droga blanda, enfermedad incurable, bulimia de cuanto se le ofrece a sus ojos, nariz y oído. Rechazar al que no tiene acceso al consumo y envidiar y admirar y seguir al que vive en un consumo de superior calidad: (suplemento en papel couchet de los periódicos, del País a d los que agrupan a decenas de periódicos de provincias).


PUBLICIDAD Y PROPAGANDA POLÍTICA. DE GOEBELS  A RAJOY Y ARTUR MAS.


a) Captar la atención de las masas
b) Ninguna diversidad ha de modificas el contenido de los discursos, que deben repetirse constantemente y en cualquier ambiente y circunstancia, incluso ante las preguntas comprometidas.
c) Apelar siempre al sentimiento, instinto, no a la razón. Y con palabras de un bajo nivel cultural, acorde a la masa de ciudadanos a los que se pretende llegar. lenguaje lo más populista que se pueda.
d) Constante utilización de símbolos: banderas, músicas, himnos, exhibición de personajes triunfadores o exhibidos en medios televisivos.
e) Ocultar hechos desagradables e insistir, para imponer a base de reiteraciones, cifras y dogmas, credibilidad a las mentiras y triunfalismos que se proponen.
Con textos de Elías Canetti (´Hitler según Speer, 1971) aproximamos la "publicidad" política de ellos a la de Mas o Rajoy:


Hitler era un maestro de la acusación, que durante sus años de ascensión fue el instrumento que realmente empleó para convertir en masa a los seres humanos... Resulta difícil separar delirio y realidad en Hitler... su delirio exige el poder político absoluto en el Estado. No bien lo haya conseguido, podrá echar seriamente mano de la realidad... Y utilizar el poder para ir imponiendo paso a paso el contenido de su delirio al medio que le rodera y a sus instrumentos.


LA BELLEZA, INOCENCIA Y ATRACTIVO DE LOS ANUNCIOS.


Anuncios que utilizan a niños y niñas sonrientes, bien alimentados, felices; mujeres hermosas, sensuales, de rostros incitantes, atractivos cuerpos; hombres jóvenes, elegantes, "artistas de cine" en su apariencia; paisajes idílicos en las montañas suizas, islas griegas, playas españolas, ciudades románticas de la vieja Europa, asiáticas de las soñadas para viajes vacacionales, artesanos que parecen sacados de cuadros medievales o renacentistas para insinuar que continúan produciendo alimentos puros, no contaminados, todo natural, como creado en un país de las maravillas para que los consumidores se sientan vivir en una Arcadia inmaculada. Y los anuncios que publicitan zapatillas, trajes, productos del español Ortega o de las infinitas Zaras y demás franquicias que dominan los mercados del mundo, provocarán las condescendientes sonrisas y alguna obra de caridad cristiana de los grandes fabricantes que viven en grandiosos y modernas fortalezas diseñadas por grandes arquitectos, de lujo tan oculto como provocador, bien protegidos por innumerables sicarios. Ellos dominan las mejores avenidas de las más desarrolladas ciudades del mundo donde venden sus productos, que tal vez tengan cada uno de ellos un coste inferior a un euro y venden por veinte o cincuenta veces su valor real. No, los intelectuales bien mantenidos que fabrican la publicidad nunca visitarán los infiernos en que se fabrican ni conocerán a sus víctimas, niños o adultos explotados  por estos modernos negreros: crearán imágenes edulcoradas y hermosas, porque la publicidad ha de transmitir felicidad, eterna y sana juventud -incluso en los rostros de los ancianos que en algunas aparecen se vislumbra la sana alegría que transmiten-.
Consumo: único lugar en el que ejercen los compradores la libertad. Con un doble engaño: el de la propia elección inducida por los mensajes y el que, sin previa información y conocimiento de lo que se compra, se acepta como "verdadero". La libertad así considerada culmina la suplantación del ser por el tener-


PUBLICIDAD Y MEDIOS INFORMATIVOS.


El que los periódicos y las televisiones hayan pasado de depender de lectores y suscriptores u oyentes y pago de los propios ciudadanos, que les daban una cierta independencia, a los ingresos publicitarios que financian sus ediciones y programas, suponen, una vez más, en nuestros días, la supremacía del poder financiero sobre el político. existen contados medios en el mundo que no acepten la publicidad, incluso la critiquen, no son los más influyentes. Y esta sería la manera de ser libres y verosímiles: en la información, en el análisis económico, en la crítica política o religiosa, en la denuncia de los políticos, de la corrupción, de los ejércitos, de la justicia, o en la búsqueda de una auténtica cultura creativa.
A mediados de los años 50, el fundador de Le Monde declaraba -y era todavía una publicidad no avasalladora-: "M parece peligroso que la vida del periódico esté asegurada por la publicidad en una proporción demasiado amplia, pues ello le deja a merced de un chantaje".
Resultado hoy: censura y autocensura feroz. Miedo de los redactores y presiones constantes sobre ellos por los órganos directivos. Productos informativos, de opinión o visuales elaborados de acuerdo a los intereses publicitarios.



PUBLICIDAD Y LITERATURA


La publicidad tiene como objetivo fundamental servir a las empresas cuyo fin es acumular capital con los métodos sutiles y engañosos posibles: no importa la corrupción y el fraude, tampoco la calidad: solo sacar beneficios.
La publicidad es el mayor peligro para la literatura y la deformación y anquilosis del pensamiento, la belleza y la libertad. No es necesario insistir en ello: basta pasearse por las grandes superficies que acumulan montañas de libros, por las playas en que toneladas de carne desnuda acercan un libro a los ojos, o repasar la principal información "literaria" de los suplementos y noticias culturales relacionadas con el tema y dirigidas a los lectores: las listas de libros más vendidos... Ah, aquellos tiempos de las viejas librerías, el humanismo y cultura de la mayor parte de los libreros, el ámbito natural en que todos los libros, se vendieran más o menos, vivían...
La mayor parte de los libros que multiplican sus ventas igualan a sus lectores en el culto a la vulgaridad y la degradación de la creación literaria. Nos vienen a la memoria palabras de A.W.Schlegel: "¡Cómo se parecen los hombres vulgares! ¡Todos parecen hechos con el mismo molde!". Porque ya vivimos tiempos que identifican clases medias, aristócratas y hasta proletarios, para "democratizar" aquella expresión de Schopenhauer: "La ignorancia degrada al hombre cuando se une a la riqueza... El rico, si es ignorante, vive a sus anchas y se parece al animal".
Digámoslo más suavemente: el rico, el pobre, en la lectura, cada vez se igualan más en un conocimiento que extingue y uniforma el pensamiento en idénticas afinidades de la cultura del ocio, y ahí va muriendo la diferencia y la libertad crítica.












lunes, 21 de septiembre de 2015

Número 96



         SUMARIO


         Tiempo de elecciones. Varoufakis.


         Elecciones. Partidos políticos. Intelectuales. Norberto Bobbio.
         Sobre "pueblo" y "pesimismo".




           Tiempo de elecciones. Varoufakis.


          En Grecia. En Cataluña. En España. En tres meses, son las más cercanas a nosotros, aunque algunos no creamos en la esencia de la actual democracia. Pero es la actualidad. Las palabras, imágenes, escenarios virtuales, profesionales de los actos de masas, vendiendo no ideas, sino espectáculo. El Gobierno y las leyes. El Clero y Dios. Los Bancos y el auténtico poder. Con palabras sencillas, Varoufakis, el que denunció el terrorismo impuesto a los griegos por los verdaderos dirigentes políticos europeos y mundiales, publicó un libro de economía no dogmática ni académica, dedicado a su hija. El libro se llama Economía sin corbata. Contesta, con rigor, a dos "verdades" más incorruptas que el brazo de Santa Teresa, el paño de la Verónica, la peregrinación del camino de Santiago o de la Meca, dirigidas a quienes aceptan la esclavitud provocada por las doctrinas religiosas. Escribe el ex-ministro de Finanzas griego, y aplicamos sus palabras a los actores que van a masacrarnos con sus reiterativas y estúlticas palabras, y luces y músicas tan cursis como folklóricas en el tiempo electoral:

             ¿Cómo consiguieron los gobernantes mantener su poder y seguir distribuyendo el superávit como les convenía sin enfurecer a la mayoría de la población? A través del desarrollo de una ideología legitimadora que convence a la mayoría de que los gobernantes eran gobernantes por Derecho. De que así debían estar las cosas. Además el clero gestionaba la ideología dominante que legalizaba al Señor, establecía su autoridad, convencía a las víctimas de la explotación de que no había explotación, de que el sufrimiento les llevaría al paraíso"

             Cuando se informa en España del crecimiento de las fortunas millonarias, del aumento de los beneficios ya de por si cuantiosos que cobran los ejecutivos económicos, de la corrupción de los políticos, y al tiempo los "nuevos" regidores que ni se atreven a llamarse de izquierdas se "bajan" sus sueldos "como ejemplo" o deciden viajar en clase turística como respuesta  a la explotación terrorista impuesta sobre la mayoría de los ciudadanos, las carcajadas que deben soltar banqueros, oligarcas, arzobispos o políticos de la nunca extinguida caverna, deben escucharse en las Islas Seychelles, que de seguro ellos conocen.
                Porque, eso sí, no se critiquen, toquen o rescaten, los esquilmados durante siglos por la Santa Iglesia, la nobleza y la oligarquía, y menos se propongan limitaciones, a los sueldos de las grandes fortunas, ni se les impongan unos impuestos leoninos o al menos similares a los que existen en Escandinavia: no se puede asustarles, porque ellos sí, y no Rajoy, Cospedal, Guindos, Montoro y demás personas a su servicio, son el poder.
               Una vez más Karl Kraus: "Por un lenguaje radical, necesario, si no queremos aceptar la moral del esclavo".
                Al menos, ya que nos explotan, que no se rían.

                Elecciones. Partidos políticos. Intelectuales. Norberto Bobbio. Sobre pueblo y pesimismo.

                  Nos preguntamos, ante la facilidad con la que los medios de comunicación y los dirigentes políticos hablan de los intelectuales, muchas veces por su mera profesión, título académico, imagen pública, ofrecida incluso por ellos mismos, quiénes son intelectuales realmente. ¿No debiéramos subrayar que tal vez solamente los que piensan y dudan, trabajen donde trabajen, tengan o no títulos universitarios y ocupen la posición social que ocupen, merecen ser denominados así?
                  El pueblo, o "la gente" como dicen otros, engañado y manipulado en todas las definiciones y conceptos que usa el poder o quienes a él aspiran, se ha acostumbrado a respetarlos, aceptar sus palabras y razonamientos (?) y no criticar la posición social que ocupan, los beneficios que obtienen, aunque a veces -pese a los premios y galardones que esgrimen- muchos de ellos sean estúpidos o auténticos depredadores de la cultura y el pensamiento.
                
                 También los partidos políticos se precian de contar con intelectuales, casi siempre dogmáticos o serviles, y más interesados en proyectar una imagen eclesial respecto a la organización y la manera de presentarla e imponerla, que de abrirse a discutir todas las cuestiones que puedan intentar mejorar los niveles sociales, de vida, de los ciudadanos más explotados, expandir la cultura y los razonamientos y diálogos entre ellos, y luchar más que por la victoria del "grupo" en las elecciones, por transformar, sin fecha fija, y con los medios y planteamientos necesarios, la propia sociedad.
                   En cuanto a la manera de encarar el presente histórica que vivimos, dentro del carnaval parlamentario que no cesa, es lógico que se sea pesimista a la hora de pensar en la posibilidad de cambiar los caminos de la historia, que sólo conoce -y estúdiense en profundidad los últimos cien años- explotaciones, genocidios, destrucción de pueblos y culturas, nacionalismos más o menos fascistas o al menos -véase Cataluña hoy- alienantes y encubridores de quienes los propugnan- imperialismos económicos y culturales que buscan imponer en todo el orbe la unidimensionalidad en el pensamiento y en la cultura del ocio.
                 Crímenes y retrocesos de la civilización y una técnica y ciencia empleadas en muchas ocasiones al servicio del mal y el crimen y el expolio organizado, contra la libertad y diferencia de los seres humanos, de los pueblos, y el agostamiento de la propia Naturaleza, la casa en que habitan.
                  Por eso, quienes dialogan con los intelectuales, en los que se dicen nuevos partidos, debieran abrirse a sus posibles ideas críticas y no utilizarlos, como es tradicional hagan, como meros "floreros".
                  Recogemos palabras de Norberto Bobbio -sus ideas no saldrán nunca en las farsas electorales- que datan nada menos que de 1954:
 
                   El deber de los hombres de cultura es hoy más que nunca sembrar dudas, no ya recoger certezas. Que los intelectuales formen o crean formar una clase por si misma, distinta de las clases sociales y económicas y se atribuyan por tanto una función singular y extraordinaria, es signo de mal funcionamiento del organismo social...
                    más allá del deber de entrar en la lucha, el hombre de cultura tiene derecho a no aceptar los términos de la lucha tal como están planteados, a discutirlos, a someterlos a la crítica de la razón... por encima del deber de la colaboración está el derecho de la investigación...
                    algo habríamos ganado si los hombres de cultura defendieran la autonomía de la cultura en el seno del propio partido o del propio grupo político, en el ámbito de la ideología política que libremente han abrazado y a favor del cual están dispuestos a entregar su obra de hombres de cultura...
                    Soy un ilustrado pesimista... Me parece además que la postura pesimista se adecúa más al hombre ilustrado que la postura optimista... Sólo sé que la historia es un drama, pero no sé, porque no puedo saberlo, que es un drama con final feliz... No querría que esta declaración de pesimismo se entendiera como un gesto de renuncia. Es un acto de sana austeridad tras tantas orgías de optimismo, un prudente rechazo a participar en el banquete de los retóricos siempre festivos... Y además, el pesimismo no refrena la laboriosidad, sino que la encamina y dirige mejor a su objetivo... Solo el buen pesimista está  en condiciones de actuar con la mente despejada, con la voluntad decidida, con sentimientos de humildad y plena entrega a su deber."

                        Parece mentira que estas palabras se escribieran hace más de 60 años. ¿Dónde han caminado en este tiempo la mayor parte de los intelectuales, atraídos solamente por el mercado, la exhibición pública, el dinero y el encumbramiento social? No faltaron algunos Bobbios en el desarrollo de este tiempo histórico, pero son minoría, y a gran parte de ellos los medios públicos los estrangularon, y la civilización y la cultura los niegan, olvidan, e incluso abominan de ellos.
                         Para los que se dicen voz de la gente, cuenta más la exhibición pública, el triunfo en la imagen que buscan ofrecer, que los discursos profundos y necesarios para crear no el atajo hacia el poder, sino el cambio de la degeneración social, cultural y humana, de la sociedad actual.         

                       

lunes, 14 de septiembre de 2015

Número 95


ÉXODOS Y FOTOGRAFÍA DE UN NIÑO MUERTO


Un niño de apenas tres años muerto sobre la playa desierta. Su cadáver arrojado por las aguas en la foto, muda, como el mundo que la contempla. Sin rostro, palabras, historia, se convierte en noticia de primera página en la prensa o en las televisiones de todos los países. Un segundo de gloria que no podrá disfrutar, y que oculta a los miles de niños devorados en mares por tiburones, en desiertos por las hienas, abatidos en bombardeos o ráfagas de ametralladoras, destrozados por depredadores sexuales, vendidos por traficantes en los territorios "civilizados". Tiburones, hienas, humanos, culpables o beneficiados de estas muertes, no aparecen en las fotos. pero la imagen del cuerpo abandonado en las arenas de la playa, ha sido difundida por todos los medios de comunicación del mundo, un día que ya nadie recuerda y sirvió para mostrar la escenificación de los hipócritas, las frases rituales de los corruptos políticos, los esfuerzos por aunar caridades coyunturales que acallen los gritos y revueltas que debieran arrojar a otros abismos a quienes durante décadas vienen siendo culpables de estas historias. Porque las lágrimas de cocodrilo nacen con inmediata fecha de prescripción.

Emigraciones económicas, políticas, no surgen de la nada: sus causas son conocidas: latrocinio de las grandes compañías  económicas sobre los territorios cuyas riquezas esquilman y en los que colocan a títeres que gobiernen a su servicio en medio de la crueldad y las explotaciones más inicuas, guerras ininterrumpidas y masacres sobre sus pueblos para apoderarse del petróleo, los minerales, el trabajo de pueblos condenados a la explotación o el exterminio. Ellos, los importantes, los millonarios, quienes impulsan las momentáneas obras de caridad ante el estupor causado por la imagen del cadáver del niño arrojado al amanecer a la desvaída playa -si hubiera sido depositado en la profundidad del mar, él y decenas como él, no se hubiera causado este revuelo- son los culpables de  las torturas de quienes logran salvarse en estos éxodos ininterrumpidos a los que su voracidad les empuja, de las muertes de quienes nunca tendrán nombre ni fotografía que hable de ellos, Tras la representación escenográfica del esperpento montado para ese segundo de catarsis colectiva, volverán a sus tareas, reuniones, negocios bursátiles, páginas de couché de los grandes semanarios, espectáculos recreados por las grandes televisiones que muestran el lujo y la felicidad que aureola estos miles de millonarios que ostentan su poder con sus grandes marcas comerciales, modas, joyas, vestidos y calzados fabricados por otros miles de niños explotados en países que llaman subdesarrollados, electrónica, automóviles, y mantenimiento de músicas, literaturas, artes, cine, viviendas lujosas, paraísos vacacionales y bancarios en los que exhiben su poder..
Los mismos niños que murieron ayer continúan muriendo hoy. Con menor ruido. Bajo las aguas de los mares. En camiones que los transportan y abandonan ante la llegada de la policía, víctimas del gas. Pero uno de ellos fue fotografiado, escenificado en su tragedia. La culpa parece reducirse a una palabra: "mafias". Gobiernos, capitalistas, banqueros, lanchas policiales, fuerzas que llaman del orden público, alambradas, componen esa "banalidad del mal" de la que hablaba H. Arendt: en el nazismo los "funcionarios" expulsaba a los quemados convertidos en humo hacia el cielo, ahora se los arroja a la fosa del mar, en ambos casos -Celan- "no se yace allí estrecho".

Fácil resulta reducir el holocausto a lugares como Auschwitz. Difícil pensar que no terminó allí: que se reanuda año a año en países de todo el mundo. Y mirar para otro lado. Palabras al fin. Y uno, frente a la caridad, todavía recuerda lo que era la insurrección, al menos en las palabras y los pensamientos.

jueves, 3 de septiembre de 2015

Número 94

Verano 2015. La actualidad con textos filosóficos de fondo.


SUMARIO




UNA MODESTA PROPOSICIÓN PARA LAS IZQUIERDAS NO ORGÁNICAS.
CIVILIZACIÓN Y MASCARADA




Una modesta proposición para las izquierdas no orgánicas.

Unirse, ya que aceptan las reglas de la democracia, y votar conjuntamente con un único objetivo: liberar a la mayor parte de la población de la esclavitud y alienación de que es víctima. Terminar con el dominio de quienes -empleen las palabras que empleen- no dejan de ser siervos de los explotadores nacionales e internacionales: PP y su aliado Ciudadanos, y PSOE. Eliminar el control sobre la información y la cultura del ocio. Impedir que los rostros y las palabras que van de Rajoy y Guindos a Cospedal y Montoro, o el nuevo, Rivera, vuelvan a ser visibles y audibles para ningún ciudadano, ni tampoco posibles recambios como los de Sánchez, Susana Díaz y sus correligionarios, desde Felipe González a los sucesores de hoy.

Ocupar el poder significaría al menos liberar las conciencias, crear pautas para que se recupere la libertad de pensar y a partir de ahí buscar formas de emancipación del mundo que a través de la herencia -la iglesia católica, los poderes públicos, el poder de los bancos, las costumbres y tradiciones de toda índole- nos esclavizan. Con la desunión se apuntala el sistema explotador y esclavista, el que no sólo corporal sino también mental, se impone a los ciudadanos. Porque el FMI y demás secuaces, junto al imperio norteamericano, son los que dictan las reglas del juego y para cambiarlas se ha de comenzar por derribar, terminar con sus capataces negreros. Los partidos y sindicatos instalados entre ellos aceptan, funcionarialmente, su pequeño poder para no combatirlos. Claro que hablamos desde el sueño y la utopía, pero es que, al menos, no nos conformamos con la realidad.

Esta unión de las izquierdas ha de comenzar por el reconocimiento de su existencia, y no por palabras embaucadoras de quienes piensan que lo importante es atraer los votos de gentes, tengan la ideología que tengan aunque busquen  el tipo de sociedad represiva, autoritaria y dependiente de los explotadores como la vigente. No, no se trata de ocupar parcelas de mayor poder en un parlamento en el que la mayoría hace lo que le da la gana, sino de poner las bases para "transformar" lo antes posible la maldita sociedad en que vivimos y la seudodemocracia que la ampara.
Porque lleva razón Umberto Eco cuando escribe sobre el pueblo y la gente y la desunión de las izquierdas:

El "pueblo" como expresión de una única voluntad y de unos conocimientos iguales, una fuerza casi natural que encarna la moral y la historia, no existe. Existen ciudadanos que tienen ideas diferentes (...) Apelar al pueblo significa construir una ficción, teniendo en cuenta que el pueblo como tal no existe, el populista es aquel que se crea una imagen virtual de la voluntad popular.
(...)
Las izquierdas de todo el mundo se han dedicado siempre a luchar contra sus herejías internas, anteponiendo las exigencias de esta lucha fratricida a la batalla frontal contra el adversario.

Yo subrayaría por otra parte que en los últimos tiempos algunas de esas llamadas izquierdas buscan más que mantener sus diferencias mantener sus burocracias


Civilización y mascarada.


No es algo que no vieran y trataran en sus ensayos filósofos y pensadores auténticos. Hace ya más un siglo escribía Schopenhauer:


Nuestro mundo civilizado no es más que una gran mascarada. Encuéntranse allí caballeros, frailes, soldados, doctores, abogados, sacerdotes, filósofos y no sé que más aún. Pero no son lo que representan; son simples máscaras, bajo cuyos disfraces se ocultan la mayoría de las veces buscadores de dinero. Éste se pone la careta de la justicia y del derecho, con ayuda de un abogado, para ofender mejor a un semejante y al otro, con el mismo fin ha elegido el antifaz del bien público y del patriotismo; el de más allá el de la religión, de la fe inmaculada.


Desde la fotografía a los modernos medios de comunicación icónicos, la civilización se ha convertido cada vez más en virtual, adopta máscaras profundas para encubrir la realidad, los seres humanos se uniformizan intentando encontrar acomodaticios objetivos e intereses -el dinero del que habla Schopenhauer-, primarios y explotadores unos, sumisos, conformistas, semiesclavizados los otros, que son la mayoría.,
A partir de hoy, 1 de agosto, esta virtualidad engañosa, este montaje publicitario, retórico, falaz, y al servicio de las grandes multinacionales bancarias y oligárquicas, intentará adormecer a la población buscando manejarla y encadenarla para desposeerla de pensamientos propios y de libertad auténtica.
Democracia, actos electorales, resultado de las votaciones parlamentarias son la consecuencia de la publicidad política. Y se impondrá la ley de la mayoría. Sócrates llamaba a las opiniones de la mayoría Lamias, espanto de niños.
Y se cumplirá por desgracia su veredicto:
Has nacido esclavo, no participas de la razón.


.






La Linterna del S. XXI