1
Nada tuve, con nada me voy. Ese es mi testamento, que tampoco será escrito y por tanto conocido por nadie. Soy, sin ser, y dejaré de ser como si no hubiese sido. Y sin embargo, una vez… Siempre, por miserable y solitario que uno parezca, hubo una vez en la vida del ser humano. Y mi mayor tragedia: pensar, tener ideas diferentes y no poder expresarlas o que nadie quiera o pueda debatirlas.
2
Componer, pintar, escribir, ¿para qué, para quienes? ¿Qué me importan, en la hora del ocaso puedan escuchar esta música, contemplar estas pinturas, leer estos poemas, los demás, si yo ya estoy dejando de existir’.
3
Tertulias radiofónicas: barómetro de la estulticia del país. De los que hablan, de los que escuchan.
4
La mediocridad siempre obtiene premio. Todos los tontos son reconocidos y agasajados.
5
La infamia burguesa. Tras despreciar y perseguir a los puros, a los creadores, una vez mueren se apodera de ellos, para explotarlos canallescamente y deformarles, enterrándoles definitivamente.
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