¿Crisis? No para los bancos, la patronal, los jugadores de bolsa, los especuladores y corruptos personajes que manejan el mundo de las finanzas, no para los señóres del ladrillos, no parea los terroristas del capitalismo y el sistema neoliberal. Estos obtuvieron, seguirán obteniendo beneficios que depositarán en los llamados paraísos fiscales, pudrideros de lo que se denomina democracia occidental. Se saben impunen. Compraron los medios de comunicación, se garantizaron mediante treinta monedas el silencio de los partidos y sindicatos oficiales. Labor de zapa, burocracia perfectamente estructurada. Los trabajadores y profesionales hace tiempo que fueron desmovilizados. En la socie4dad del fraude y la alienación ideológica -a la que contribuyen intelectuales jaleados por estos criminales, como los que hora se organizan contra el único enemigo que para ellos existe, Cuba- no se lucha. Sálvese el que pueda y calle el que ya fue condenado. Los depredadores están de fiesta. Crece el paro porque paralizaron -momentáneamente- sus sucios negocios, a la espera de obtener mayores cuotas de permisividad a su explotación. Bajar las pensiones, flexibilizar los contratos de trabajo, sueldos más draconianos, despidos ajustados a sus propias leyes. El propio Gobierno les hace el trabajo sucio antes de cederles el paso. Y los Sindicatos pactan con ellos límites de sus protestas para que puedan justificarse ante unos y otros. Al fin un día de huelga es alñgo simbólico y encima contribuye a engordar las arcas del Estado. ¿Violencia? No, ellos solo justificvan el terrorismo de Estado. Vivimos en tiempos de democracia fascista. Todos la acepotan. Los ciudadanos también. Los trabajadores szeguirán callados. Hace ya mucho tiempo que olvidaron el sentido, significado de lo que es luchar. Cuando lo intentaron con huelgas y manifestaciones no ficticias, sino reales, los propios sindicatos se encargaron de pararlos y desmovilizarlos. La patronal sigue garantizando, el gobierno pagando, su burocrática existencia
Estamos implantando un sistema de comunicación a escala mundial, sustentado en raquíticas líneas de pensamiento. K. Krauss
lunes, 17 de mayo de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
Prensa y corrupción
La prensa, los medios de comunicación, también son culpables del brazo alargado de la corrupciónn. De la tergiversación que supone aceptarla como consustancial al desarrollo de la sociedad humana. Ella no denuncia, se limita a convivir con ella, hasta aprovecharse de ella. No realizan campañas contínuas de descrédito, humano y moral de los corruptos. Porque en muchos casos vive, se alimenta de ellos. Ocurre como con esas informaciones que de vez en vez hablan de casos de proxenitismo, o de la mujer víctima de la prostitución, y se alimentan al tiempo económicamente de los anuncios de miles de prostitutas víctimas de organizaciones mafiosas internacionales que los pagan. Llevemos eso a la construcción, al negocio inmobiliario, a los Ayuntamientos, Comunidades y sus leyes sobre el suelo edificable, terminando con los espacios protegidos para favorecer la extensión de urbanizaciones o chalets particulares por costas, montañas, entornos naturales o urbanos. Son los mismos medios que jalean las guerras y ocultan los intereses económicos de quienes las organizan, que pagan a siniestros personajes para que ocupen sus programas radiofónicos, televisivos o sueltgen sus mentiras y melopeas fascistas en sus página. La alienación no es hoy fundamentalmente religiosa, que también. La alienación la provoca la prensa y sus intereses y dependencias de los grandes monopolios que controlan los medios de comunicación. El día que las gentes no los consumieran se comenzaría a ser más libre. Es la prensa, son los medios quienes justifican los fines de los corruptos, quienes conforman una educación alienante, son los mayores enemigos de la libertad, el pensamiento, y la crítica. Sus empresas controlan los mercados del mundo, y a su vez se alimentan de los corruptos. Oligopolios que conforman los mercados económicos, técnicos forjados en universidades especializadas que actúan como los viejos preestamistas, usureros y que gracias a su voracidad y los medios de que disponen llevan a Europa a su hecatombe y al mundo a su absoluta degradación económica en la más absoluta degradación económica inimaginable, al más peligroso de los fascismos que nunca imaginó poder alguno. Hablamos de corrupción para ocultar y justificar la corrupción. Responsables políticos, religiosos, judiciales son quienes controlan y ocupan los puestos directivos de estos medios. Y que el pueblo consume bajo el peso anonadante de la publicidad. Y nosotros, y otros trabajadores de los medios no somos sino la excusa que justifica a los grandes y cada vez más reducidos ciudadanos Kane que día a día nos asesinan.
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La Linterna del S. XXI
- Andrés Sorel. Escritor.
- Edición, Twiggy Hirota.