Hay que agradecer a Rebelion -como en otras informaciones que publica- bel dar a conocer a sus lectores, de forma íntegra, la entrevista que Salim Lamrani realiza a Yoani9 Sánchez, la autora del blog Generación Y. Un caso patético y esperpéntico, deleznable, el de esta bloguera a la que los medios de información de nuestro país han lanzado al estrellato. Ninguna de las respuestas a la entrevista que la realizan merece desperdicio. Ella misma se retrata y muestra al tiempo que su ínfimo nivel político o cultural, su incapacidad para dar una sola contestación creible, su falta de agilidad a la hora de pensar, incluso su cobardía para escapar al autorretrato que de si misma se va forjando. Podía el entrevistador incluso haberla desnudado más de pfreguntarle sobre temas literarios, artísticos, económicos. Pero no hizo falta. La manera en que se define basta para al tiempo mostrar la misertia política de quienes la han encumbrado. Siempre nos preguntamos las razones de esta irracional campaña que la ha hecho recibir sustanciosos premios en España y Estados Unidos y hasta nominarla como una de las 100 personalidades del mundo actual. Ella misma nos da, sin proponérselo siquiera, la respuesta. Su "exilio" en Suiza, lugar que sabe mucho de corrupciones políticas o económicas. Allí se refugian capitales de todos los terroristas económicos del mundo y allí se fraguan campañas para formar a enemigos de quienes no aceptan el capitalismo y el imperialismo como única forma de organización y explotación política. Una mujer como Yoani, lo suficientemente inculta, ambiciosa, y al tiempo dispuesta a servir estos intereses era sin duda un buen fichaje para la eterna subversión contra los pueblos independientes de América Latina, en este caso Cuba. Cómo me gustaría hablar con ella de Kafka, Munk, Montaigne, Swift. Sería sin duda un diálogo tan esperpéntico o dramático que ni Valle Inclán o Shakespeare podrían reproducir.
Naturalmente que los medios españoles o norteamericanos no reproducirán la entrevista del profesor de la Universidad París-Sorbonne. En el reino de la libertad de prensa la censura es su mejor aliada, la censura que no se declara pero se ejerced.