A los Carod Rovira de ERC les preocupa menos el sufrimiento de los toros que a mí la salud del Papa o del Rey. Pero es una excusa para alardear de su rancio nacionalismo. Ese nacionalismo pernicioso que se basa en banderas, himnos, símbolos excluyentes que tantos males causa a la humanidad, a imagen del fascista nacionalcatolicismo español que soportamnos desde los malhadados tiempos de los Reyes Católicos y la Inquisición. Menos equipos de fútbol, fiestas ancestrales y bailes típicos y más abrirse a las culturas del mundo, a la destrucción de fronteras y separatismos ideológicos o religiosos. Más que preocuparse durante meses y meses por la fiesta de los toros, que luchen contra el poder y la corrupción de su propia burguesía -no distinta a la de las del resto del Estado español-, el imperialismo de la banca, la explotación de su patronal sobre los trabajadores, que defiendan a los emigrantes, una educación y sanidad pública e iugualitaria, y unas culturas dialogantes y nunca ecluyentes. No más muros. No más hipocfresías políticas. Recuerden las palabras del perseguido Einstein, sujeto al maccarthismo: "Las pasiones nacionalistas han destruido esta comunidad intelectual... Los intelectuales y los hombres de ciencia han pasado a ser representantes de las tradiciones nacionales más extremas y han perdido aquella idea de comunidad intelectual". Escribía en 1919. Y en 1954: "La conciencia está por encima de la autoridad del Estado". Nos preguntamos : ¿cuándo se luchará por el ciudadano sin fronteras pero más libre en una sociedad más justa e igualitaria?