lunes, 22 de diciembre de 2008

El corazón de las noticias

BALEARES. CRÍMENES

Es la única definición posible. Los culpables pasarán un tiempo de penitencia, de seguro leve. Las víctimas son, como siempre, muertos de tercera clase. Los responsables políticos a nadie rendirán cuentas. Así se trabaja en España
Ya apenas existe solidaridad. Los Sindicatos son correas de transmisión de la patronal. Fásbricas de funcionarios. El grito, la revuelta, no está en la calle. Y la huelga ininterrumpida y sin concesiones es una reliquia de la memoria histórica. Cientos de trabajadores continuarán muriendo. Marx es otro icono. La teoría es gris. Y el árbol de la vida sigue goteando sangre.

SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA IGLESIA

Gesticulante. Ella sí, alborotadora. Impositiva. Amenazante. Esa es su historia cuando no está en el poder. Cuando se muestra vencedora, lo ocupa, es tan sinuosa y mansa como perversa, vilmente represora. Iglesia como Inquisición. La que aplica las torturas, bendice los fusilamientos e impone a cristazos las ceremonias religiosas. La que controla la férrea censura. Ahora, que no lo tiene totalmente, grita contra el sexo libre, la eutanasia y el aborto, contra quienes quieren eliminar a los enfermos. ¡Que se calle de una vez la maldita Iglesia!. Que se obligue, si se puede, a los obispos, a que se recluyan en sus iglesias. Que todos, educados en el miedo, hagamos lo imposible para que se limen sus fuerzas, para impedir que no retornen al mando de la sinrazón, que ésta es siempre la aliada de los crímenes impunes y las memorias perdidas. Insumisión. Combatamos la idolatría oficial. Seamos humanos y no borregos perversamente domesticados. Nunca más vasallos y siervos de la estulticia y la perversidad que ella encarna. O sus representantes políticos, de los que también hablaremos

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