PODEMOS Y PABLO IGLESIAS
FELIPE GONZÁLEZ, EL PARTIDO SOCIALISTA Y LA IGLESIA CATÓLICA.
LOS ESCRITORES MEDIOCRES Y PUBLICITADOS
BAJO LA EXTINCIÓN DE THOMAS BERNHARD
Seguramente Pablo Iglesias, el joven, no ha leído ni leerá nunca a Thomas Bernhard. Una lástima. Porque si él, quienes como él sueñan o intentan transformar la sociedad en que viven, leyeran a Thomas Bernhard y algunos otros escritores como el austriaco, contados con los dedos de las manos, tendrían una visión más real y menos fundamentada en lo mediático, de la realidad en que viven. Podemos es una palabra, como todas, por si sola vacía de contenido: podemos el qué, para qué, cuándo, cómo. Pero puede ser también una palabra ilusionante si no tropieza en su caminar hacia otras formas de desarrollar la política.
Lo ocurrido estos días en la llamada democracia española -democracia: una vez más el secuestro de las palabras, la destrucción de los conceptos- tiene que ver, en mi análisis subjetivo, con el mundo del que se habla en la novela, para mi una de las mejores del siglo XX, de Thomas Bernhard, Extinción. No es tiempo de elucubrar sobre lo que existe tras los planes estratégicos, fines y ambiciones de Pablo Iglesias, que será de la evolución del movimiento que él lidera -lidera: palabra tan nociva como peligrosa, pero hemos de usar el lenguaje convencional para transmitir nuestras dudas-, si continuará ahondando en el procedimiento y discurso -de lo mediático a la denuncia de realidades concretas- que le ha llevado a recortar en el proceso electoral el poder corrupto de la inmensa mayoría de los partidos que soportamos en la España actual -dejemos aparte el hecho "religioso" y oportunista de Cataluña- no ajenos a las estructuras y explotación neofascista del capitalismo salvaje liderado por la gran banca alemana y europea. Ignoramos si lo que pretende al combatirlos no es sino integrarse en el gran circo llamado cámara de diputados, participar en la farsa política que ahora combate, a lo que sin duda van a intentar empujarle los grandes medios que ahora le jalean, desde España a Estados Unidos y con las miras de la CIA hasta los estrategas de los grandes partidos y oligarcas que intentan siempre destruir con su dinero a quienes luchan precisamente contra ellos, y ojalá siga combatiendo esta seudodemocracia, farsa que para desgracia de los que no podemos evadirnos totalmente de ella tiene unos guiones escritos por neoanalfabetos y es interpretada por pésimos, vomitivos actores.
Lo importante es el grito que Pablo y Podemos han dado para marcar la extinción, el inicio se sobreentiende, su posibilidad si crecen y se multiplican sus participantes en ella, de esta ininterrumpida representación escénica en la que las víctimas, aturdidas por el espectáculo visual que las entontece, agonizan. Siempre saludaremos los pequeños incendios que vayan lamiendo y formando círculos destructivos de la alfombra roja en que se desarrolla la gala de la virtual política de nuestro tiempo.
Felipe González ha graznado contra esta incursión de Podemos en el que, según su criterio, debiera ser territorio acotado para los que como él son actores privilegiados y bien pagados del sistema que contribuyeron a desarrollar a la muerte de Franco.
Y mientras escribo se celebra la otra feria, comercial y destructora de la creación y el pensamiento con su parafernalia publicitaria y mercantil además de estupidez mediática, en el Retiro madrileño. Ah de los escritores, que dados son a las galas, los oropeles, el entierro del corazón en que se refugia, frente al vocinglerío, la estupidez y el esperpento circense, la auténtica creación literaria. También la literatura se encuentra necesitada de una pequeña sacudida sísmica como la desatada en el campo político con la irrupción, por limitada que sea en su alcance- de este fenómeno Podemos.
Vayamos ahora, siento que tenga que escribir estas líneas en un medio de expresión prácticamente clandestino, y por tanto que las palabras que voy a reproducir no alcancen a Pablo Iglesias, escritores o políticos, que sirvieran para una mínima reflexión. Pero reproduzcamos unos fragmentos extraídos, sobre estos temas, de la obra Extinción.
Sobre el Socialismo, la Iglesia Católica, dos poderes, el uno en decadencia -gracias entre otros a gentes como Felipe González- el otro como siempre pujante -por cierto, en el discurso de Iglesias no encuentro el ataque de Podemos a este gigante político e ideológico, también mediático, que se muestra incombustible en nuestra perenne España.
SOCIALISMO
Hoy no tenemos ningún socialismo real, en ninguna parte del mundo, solo ese fingido, simulado... Nuestro siglo ha logrado que la palabra de honor del socialismo se arrastre por el fango de tal manera que resulta francamente para vomitar... Los que pensaron el verdadero Socialismo y creyeron en él y creyeron haberle fundado para la eternidad se retorcerían en sus tumbas si pudieran ver lo que sus repulsivos seguidores han hecho de él.
IGLESIA CATÓLICA.
La Iglesia Católica tiene sobre su conciencia al hombre destruido, al caotizado, al en definitiva completamente infeliz... Millones y, en definitiva, miles de millones deben a la Iglesia Católica el haber sido radicalmente destruidos y echados a perder para el mundo, el que en naturaleza se haya convertido en antinaturaleza.
ESCRITORES
Los escritores, en conjunto, son la gente más repugnante que hay... A todos esos escritores que visité o más o menos espié los considero hoy como abyectos, si , innobles, si, tontos, que han conseguido cierta fama literaria, a cuya compañía puedo renunciar, porque solo me dan su mediocridad... Todos ellos son absolutamente burgueses, lo mismo que lo que escriben y lanzan al mercado... Hoy tenemos una literatura provinciana... No, nunca quise ser escritor, pero sin embargo, siempre he tenido la idea de escribir algo solo para mí. No soy realmente escritor, solo un intermediario de la literatura.
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