T. W. ADORNO.
LEY MORDAZA
Impotentes. Sometidos. Vigilados. Ante los tribunales. Bajo leyes que impulsan la dictadura de la democracia. ¿Resignados? ¿Cómo cuándo declaran una carnecería que llaman guerra, se crean campos de concentración, se da un golpe de Estado y día a día se tortura y asesina a disidentes? No podemos decir "no nos callarán", que nunca dejó de existir la censura, pero sí debemos decir: "luchemos para que no nos callen".
1944. Escribe Adorno:
Toda responsabilidad concreta desaparece en la representación abstracta de la injusticia universal".
En 2015 vuelve a resonar el ¡Ay de los vencidos!. Una vez más, -no importa el silencio de las armas- contra los que fueron responsables o militantes de ETA. Los herederos del genocidio fascista, quienes llevan décadas respetando o aclamando, en público o en silencio, con estatuas o gestos, nombres de calles o textos hablados o escritos, a los criminales nunca reconocidos, juzgados ni castigados, quieren, desde el poder que continúan ostentando, promulgar otra ley para castigar más a quienes ya penaron en cárceles sus culpas y con sus propias leyes cumplieron sus condenas. Tal vez algunos piensen que pueden así regresar a la espiral de la violencia y el crimen donde les gusta chapotear y dar extensión a sus leyes represivas. Lo llaman, ahora, para el presente, no para el pasado, crímenes de lesa humanidad, y reclusión por otra parte de condena que pueda convertirse en la inexistente cadena perpetua.
Y para apoyar contra quienes se manifiestan, escriben, o hablan desde la disidencia, la ley mordaza.
ADORNO.
ALEMANIA, LA BANCA, Y EL PODER DEL IV REICH.
Adorno. 1954
(En un texto en que se hace referencia a la Carta Colburn sobre una encuesta en torno a los campos de concentración y el terror y exterminio de los judíos y la guerra de agresión)
En el invierno de 1950-1951 los alemanes reflexionaban sobre su saber o no saber. La invocación del no saber va más allá de la esfera del terror. Del entonces Banco del Reich sacaban en cajas los empastes de oro de los asesinados, no sólo unas pocas, sino montones de cajas de los sótanos de este Banco del Reich.
El Banco, pese a la derrota, y con las inyecciones proporcionadas por los aliados cuando ya el enemigo era el comunismo y Alemania otro peón más contra él, creció. Ya no hacían falta los dientes de los asesinados, comerciar sus ropas, zapatos, bolsos requisados antes de desnudarlos en la antesala de los hornos crematorios. Ni en el futuro se necesitarían divisiones acorazadas para imponer su dominio (terror) a Europa, sobre todo al llamado "sur". Hoy los billetes de sus bancos se limitan a imponer condiciones de vida cada vez más opresoras a los trabajadores y ciudadanos europeos. Con el peso que pierden por un consumo cada vez más restrictivo, las muertes que provocan su desatención médica, las ganancias que obtienen por la usura de sus préstamos a los cada vez más endeudados países, los bancos alemanes siguen engordando. Su no saber de la explotación que imponen a numerosos pueblos -como antaño de lo que ocurría en los campos de exterminio- contribuye a que al tiempo puedan viajar y gozar del sol y los bienes de sus territorios serviles, gracias al temor y la obediencia ciega de los gobernantes que acatan su leyes.
ADORNO
El tirano puede así distanciarse de sus atrocidades, no cometidas por él mismo, que no precisa siquiera controlar, sino que encarga a sus esbirros, mientras que éstos se sienten sólo como órgano de ejecución de la orden y temen por su propia vida si no le obedecen: de manera que todos los implicados salen del asunto con buena conciencia".
Hoy Merkel sonríe con su gesto de persona que parece una abuela cariñosa. Y Rajoy se inclina fervorosamente a su lado.
Aquella no es Hitler: se trata sólo de economía. Y en su lenguaje de bolsas, divisas, ganancias, primas de riesgo, no entran las víctimas al fin colaterales del sistema neocapitalista. Y Rajoy, uno de sus fieles siervos -al igual que Franco era buen vasallo de Hitler- no necesita torcer más aún su desabrido gesto: no teme por su vida, si acaso por el poder absoluto que cree mantener en su país. Todo está en orden. Al servicio de Dios, la Patria y el Rey.
Pero regresemos al lenguaje del filósofo que nos acompaña esta vez, en palabras escritas en 1947, ¡sí, 1947! que lógicamente no se emplean en las tertulias de los bien pagados:
ADORNO
Antes solo los pobres y los salvajes se hallaban expuestos a los elementos capitalistas desatados. Pero el orden totalitario pone el pensamiento calculador en posesión de todos sus derechos y se atiene a la ciencia en cuanto tal. Su canon es su propia sangrienta capacidad productiva... La conjura de los poderosos contra los pueblos mediante su firme organización está tan cerca del espíritu ilustrado, desde Maquiavelo y Hobbes, como la república burguesa. El espíritu ilustrado es enemigo de la autoridad sólo cuando esta carece de fuerza para obligar a la obediencia; es enemigo del poder que no es tal...En la sociedad tal como es, y a pesar de las pobres tentativas moralistas de propagar la humanidad como medio más racional, la autoconservación queda despojada de la utopía, la cual es denunciada como mito. Astuta autoconservación es, en los de arriba, la lucha por el poder fascista, y en los individuos la adaptación a la injusticia a cualquier precio.
- Continuará. Y en el pensamiento de ayer, -Adorno y el nazismo- y hoy, el pueblo griego y el capitalismo fascista.
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