miércoles, 29 de septiembre de 2010

Número 7. 5 de octubre. 2010

En el presente mes de octubre se publica en El Olivo Azul mi novela LAS GUERRA DE ARTEMISA. En mi página web http://www.andressorel.com/ puede leerse un resumen del largo estudio que sobre ella ha realizado el escritor y profesor Jesús Felipe Martínez.


SUMARIO


De la actualidad.
El terrorismo de los lapidarios y las izquierdas.
Eutanasia. Derechos humanos.
Las frases hechas. El mal del lenguaje cotidiano.
La revista Hola, espejo y guía de miserias informativas.
Aristocracias.
Almudena Grandes, un poco más de humildad.

Discurso contra los intelectuales. Ferlosio y Goytisolo.


Colaboraciones:
Juan Mayorga. 581 mapas
Esther Bartolomé-Pons. ¿A dónde vas, criatura humana sabia?
Lorenzo Martínez Aguilar. La tragedia de la mina San José, en Chile
Iñaki Errazkin. Autocrítica


Qué ruidoso se vuelve todo.
Karl Kraus. 1917

¿LA ACTUALIDAD?

El terrorismo de los lapidadores y las izquierdas.
Se informa. Y las izquierdas apenas debaten sobre el tema. Hablamos de religiones, jueces, políticos, jefes de Estado. En Irán, Pakistán, Arabia Saudita, otros regímenes teocráticos, es norma el terrorismo empleado contra las mujeres que viven en sus territorios. Es normal encasillar el término terrorismo bajo el concepto de político, utilizándolo en su aplicación según los intereses del dominador o del dominado. Los otros terrorismos, como el económico y el religioso, son ignorados. Toda guerra es terrorista. Por tanto es tan terrorista, más diríamos porque mayor número de víctimas provoca, la que practica Estados Unidos con sus ejércitos y armas de destrucción de toda índole en paises como Irak, Afghanistan, como las acciones de los comandos que atentaron contra las Torres Gemelas o los metros de Madrid y Londres. No entramos ahora en ese debate. pero existe ese otro terrorismo del que se prefiere no hablar, el religioso, que se lleva a cabo con el amparo e incluso impulso de los poderes políticos, y que no es casual encuentre en las mujeres sus principales víctimas. Herederos de la Iglesia Católica, maestra con sus quemas de libros, torturas, hogueras públicas para los herejes, cruzadas contra los infieles, desarrollan procedimientos tan salvajes como ella, y se ampara naturalmente bajo el "imperio de la Ley y de sus Jueces". Como los jueces del franquismo. Terribles tiempos vivimos cuando el pensamiento de las izquierdas oficiales prefiere obnubilarse antes que denunciar a gritos estas miserables sociedades teocráticas, que, unos por cuestiones tácticas, otros por intereses económicos, establecen como formas de gobierno la esclavitud moral e intelectual de sus ciudadanos, y justifican sus leyes -que no aceptan las expresiones de un pensamiento libre, de ideas y razones y hábitos de vida y culturales ajenos a sus conceptos feudales y asesinos- en tradiciones y doctrinas atribuidas a los dioses y profetas que ellos mismos crearon. Y quienes justifican su silencio bajo el argumento de que son, estos países, víctimas del imperialismo y del capitalismo, no quieren ver que son hoy, serán siempre, sus aliados más fieles y seguros, tan corruptos y explotadores como aquellos de quienes dicen defenderse.

Y la última imagen, no de una mujer lapidada, sino de su sumo ejecutor, resultaría esperpéntica si no encubriera una estulticia desgarradora y cruel. Es la de Ahmadineyad, presidente iraní, en la ONU, balndiendo en una mano El Corán y en la otra La Biblia para justificar su doctrina medieval, cobijándose bajo la irracionalidad y el derecho a ejercer la más dictatorial censura y el abominable terrorismo contra las mujeres de su propio país.


Eutanasia. Derechos humanos.

Mientras nos perdemos en debates estériles, cuestiones bizantinas que ocupan durante meses las páginas de los periódicos, controversias públicas, referendums y debates parlamentarios con temas como el de los toros o del uso institucional de esos trapos pintarrajeados que llaman banderas, nadie plantea en profundidad, con similar empeño, temas que no por viejos dejan de ser vitales y no se encuentran resueltos. ¿Miedo, conformismo, irracionalidad? Perversión ideológica y oportunismo político, diríamos. Como la aceptación religiosa del sufrimiento, del dolor, porque son mandatos divinos. La eutanasia no está aceptada, legislada como necesidad para evitar el inútil sufrimiento. La razón siempre ha estado, continuará estando perseguida. Y no ceden quienes la combaten con sus dogmas. En 1569 ya el calvinista Jean Crespin publicó estos versos gnómicos:

O una vida sin pesar o una muerte feliz.
Es bello morir cuando vivir es penoso.
Es mejor no vivir que vivir con el dolor.

¿Qué día algún criminal, corrupto, cínico personaje de la actualidad no esgrime como arma arrojadiza su "respeto a los derechos humanos" como escudo contra sus tropelías? Mientras la tortura, la discriminación social, cultural, económica, el racismo, las leyes explotadoras, la libertad de enseñanza, el poder policiaco y militar, campan por sus respetos. Porque en España, Estados Unidos, Marruecos, Irán o China, por citar unos países, nadie, salvo los condenados al silencio, pondrían en cuestión que en ellos se respeten los derechos humanos. Como escribiera Albert Einstein: "Una gran parte de la historia la cubre la lucha en pro de los derechos humanos, una lucha eterna en la que no habrá nunca una victoria definitiva. Pero desfallecer en esda lucha significaría la ruina de la sociedad. Al hablar hoy de derechos humanos nos referimos primordialmente a los siguientes derechos básicos: protección del individuo contra la usurpación abstracta de sus derechos por parte de otros o del gobierno; derecho a trabajar y a recibir unos ingresos adecuados por su trabajo; libertad de discusión y de enseñanza; participación adecuada del individuo en la función de un gobierno y negativa a prestar el servicio militar"

Las frases hechas, el mal del lenguaje cotidiano.

Escribió Walter Benjamín sobre Karl Kraus: "El odio con que Die Fackel persigue al pululante linaje de los periodistas es, más que moral, un odio vital, como el que lanza un antepasado sobre un linaje de enanos degenerados. La propia expresión opinión pública produce horror a Kraus. Kraus ha reunido la totalidad de sus energías para la lucha contra las frases hechas, las cuales son expresión lingüística de la arbitrariedad con que la actualidad se va apoderando de las cosas mediante el periodismo".

En España, hoy día, políticos, gentes del deporte, la cultura, las finanzas, la información y la opinión, "viven" de estas frases hechas, sobre todo los hombres y mujeres de los partidos políticos, organizaciones sindicales, parlamentarios, que nos martirizan todos los días con ellas como argumentos fundamentales de su inocua, vacua, inane locución argumental. Expresiones como "con el dinero de todos los españoles" o su variante "con nuestro dinero", "ponerse las pilas", "abrir puertas al campo", "la pregunta del millón", "vamos a por ellos", "niveles de audiencia", "opinión pública", "estado de derecho", "imperio de la ley", "falta de liderazgo", "falta de hombría", "hoja de ruta", "la verdad es que"... Podríamos seguir así: vomitando el lenguaje malhadado que nos envuelve por doquier. Así hasta el apagón definitivo del lenguaje y de las ideas.

La revista Hola espejo y guía de miserias informativas.

Verano de 2010. Continúa la historia de las corrupciones: País Valenciano, Catalunya, Castilla y León, Madrid, Galicia... ¡Qué importa! El dinero de los corruptos es otra falaz definición: paraiso fiscal. Sigamos utilizando los conceptos en sentido diametralmente distinto a su significado: nunca los denominarán como debieran llamarse: "refugios económicos de terroristas". ¿Piensan las gentes que el dinero allí acumulado podría sanear la economía española, y las pensiones, el paro, las inversiones económicas y culturales tendrían otra más social dimensión? No. Bien se preocupan de que no piensen los programas televisivos, las revistas que llaman del corazón. ¡Otra mendaz definición! ¿Por qué no de la putición? ¿Hemos de extrañarnos que voten a políticos o jaleen a dirigentes que chapotean como los más inmundos batracios en la gigantesca cloaca española? El pueblo -pobres y ricos- habla de otras cosas, con otros lenguajes, en la estela ue dejan el Hola y revistas similares. Ahora, además, estas publicaciones ya ocupan la mayor parte de las parrillas televisivas que consiguen las mayores audiencias. ¡Parrillas! ¿Para qué, para asar a fuego lento las conciencias de los televidentes? Auténtica cultura popular: de porteras o taxistas, de informáticos o mujeres de ejecutivos, de profesionales de cualquier índole. ¡Eso sí que son best seller y no los Pérez Reverte, Falcones o Pérezzafones de turno! Veamos de lo que hablan y se ocupan las gentes de España un día cualquiera a través de las profundas informaciones -gráficas y de texto- que les suministra el Hola y reiteran las Tele 5, Antena 3, La Sexta, otras televisiones. Es el lenguaje y el alimento cultural de nuestra sociedad:

"Letizia (princesa) y Amaia, ¿quién es más guapa?". "Dos heteros muy gays: (o quiere decir guays?): Anas Millán e Imanol Arias" "La ex de Rafa Camino tiene respuestas" (No necesito explicar que se ve en la foto) "Feli y Verdasco (tenistas, claro). Chulitos en la playa". "Selena Gámez está que se sale". "Kelli Brook: este cuerpo tiene dueño". "Se lo pasa teta con su novia". Y estos titulares, reportajes gráficos y contenidos, ocupan un solo número.

Prostitución y mafias. Dinero para periódicos y revistas. Corrupción y ladrillo. Más fondos para cuerpos auxiliares. El imperio de la ley, ¿no? Democracia: votantes en el ritual qaue no necesita pensamientos. Y aristocracia, nobleza, lujo, altas finanzas, modas, culturas: revistas de la putición.

Aristocracia.

¿Hasta cuando se va a continuar babeando mediáticamente y concediendo apoyo informativo a toda esa caterva de marqueses, duques, condes, baronesas, príncipes, etc que son auténticoa parásitos de una sociedad incapaz de abolirlos? Proust, el escritor al que a veces se limitan a citar con frases tópicas, fundamentalmente la de "imagínate, lector, ayer mojé en mi té una magdalena, y recordé de pronto que de niño había estado en el campo", es uno de los escritores que mejor retrató a esta maldita chusma que lleva siglos imponiendo su yugo sobre el pueblo. En breves líneas lo expresa Walter Benjamin: "En el tesoro de los prejuicios y las máximas de la alta sociedad no existe una sola que no quede, en efecto, aniquilada por la peligrtosa comicidad de su cháchara... Y se hace pedazos la unidad de la familia y de la personalidad, de la moral sexual y del honor. Proust describió una clase que, en todas partes, se encuentra obligada a camuflar su base material, por lo que ha formado un feudalismo que, carente en si misma de significado económico, le sirve como máscara a la gran burguesía".

Parece hasta lógico, dada su miseria política, moral y humana, que alcaldes como el de Sevilla, responsables del partido socialista, autoridades del PP, y desde luego directivos, conductores, locutores de la basura de los medios llamados de información, les condecoren o jaleen. Lo que nos duele es que no exista quién retrate con sarcasmo y realismo a los Felipe, Letizia, Gunila, Alba, Franco, Romanones, Calvo Sotelo, Siruela, etc. ¿O son estos parásitos tan estultos que no dan ni para eso?

El hoy continúa siempre viviendo en la visión del gran genio, William Shakespeare, Rey Lear, II, 4:

Por el bien de su caballo le untaba el heno con mantequilla.

Almudena Grandes, un poco más de humildad.

Cuando la industria editorial descubre un escritor o escritora que considera puede rendirle más o menos considerables beneficios, no duda en exprimirle hasta el límite. Conforme se desgaste en el tiempo y vaya reduciendo sus ventas, lo abandonará para suplantarlo por otro sin consideración alguna. Mientras, el escritor, obnubilado por su fulgurante resplandor, pierde la capacidad de análisis, se llena de soberbia y solo piensa en aprovecharse de su situación al precio moral, ético y literario que sea. En ese punto álgido que los medios de comunicación explotan igualmente hasta el hartazgo, se encuentra Almudena Grandes. No vamos a hablar aquí de su narrativa. Si nos detendremos en la reflexión que merece su reclamo y proyección publicitaria que la ha llevado en continuados días a multiplicarse en periódicos, radios y televisiones, con entrevistas que entran más en la verborrea que en el análisis literario. Habla de su última novela como un descubrimiento temático propio, en la hipertrofia de quién considera que lo que ella piensa y dice ha de aceptarlo como verdad todo el mundo, y nos explica como ha descubierto al lector hechos hasta ahora no conocidos, como la invasión guerrillera del Valle de Arán en las postrimerías de la segundas guerra mundial por comunistas españoles y "los amores de Francisco Antón y Pasionaria". Cita a Manuel Azcárate como documento que le sirvió para narrar lo que hasta entonces no había sido tratado. Nadie le sale al paso. Tampoco yo voy a hacerlo, ni de seguro Gregorio Morán, Secundino Serrano, Manuel Martorell, Santiago Álvarez, Manuel Vázquez Montalbán, Fernando Claudín, y tantos otros, anarquistas, comunistas, historiadores, ex-guerrilleros, que escribieron sobre estos temas (mi primer libro que los trata data de 1969) tan al parecer "inéditos" hasta que ella "los descubrió". La falta de humildad para hacer un análisis sobrer estos triempos "oscuros" y temas tan implicados en hechos históricos controvertibles, en los que se mezcla lo humano con lo político, el sacrificio y las prácticas estalinistas del principal partido opositor del franquismo, reverdece así en las edeclaraciones de quién sin duda prefiere el sensacionalismo a la reflexión, y piensa que la cultura comienza y termina en su pobre bagaje literario, histórico y filosófico. Ante sus palabras solo nos resta el sonrojo y el silencio.

Discurso contra los intelectuales. 4. Ferlosio y Goytisolo.

A veces, cuando te encuentras con otro escritor, da igual su nombre, te pregunta qué escribes. Si le dices que has terminado un libro, no te interpelará demandándote el tema, planteamiento literario, sino dónde lo publicas. Y de inmediato insistirá: ¿y qué tal te fue con el anterior, cuántos ejemplares se vendieron, y la prensa cómo te trató?

Te dan ganas de responderle con palabras de Torquato Tasso en La Jerusalén liberada. Claro que te preguntaría antes: ¿y ese, vende mucho?

"La fama, que fascina con su dulce son a los soberbios mortales y parece tan hermosa, es un eco, un sueño, mas bien la sombra de un sueño que, al menor viento, se disipa, se desvanece".

Pensar, reflexionar, comunicar, dialogar, drogarte con las dudas, renunciar a lo fácil, efímero, trabajar ajeno al tiempo sabiendo que éste ha de devorarte irremisiblemente, intentando no convertirte en un payaso, en un bufón que haga reir con sus estridencias y genuflexiones, es un difícil camino, pero es el único que puede definir a un intelectual y que te aleja de la pléyade de quienes usurpan este concepto. Y en este discurso contra los intelectuales no pueden faltar las palabras de aquellos que no ejercen como tales, porque son, en el concepto ontológico, realmente sus auténticos representantes..

Rafael Sánchez Ferlosio. La forja de un plumífero. 1977.

"Todavía escribo con el anticuado deseo de tener razón, de convencer a alguien de algo que me parece cierto, tanto la duda de todo "tener razón" como el descorazonamiento de no lograr convencer nunca a nadie de nada me animan cada vez menos a publicar, aunque siga escribiendo y escribiendo eternamente... Primero incurrí en "la prosa" o sea la bella página (Alfanhui); después quise divertirme con el habla (El Jarama) y finalmente, tras muchos años de gramática, encontré la lengua... La industria cultural o la industrialización de la cultura, ha extremado hasta tal punto el rigor de la observancia del derecho narrativo, especialmente desde el cinematógrafo... que ya no extraña siquiera la cada vez más miope, más desavisada y más condescendiente aceptación del recrecido e infinitamente repetitivo imperio de las convenciones narrativas por las personas ilustradas... Hasta la crema de la intelectualidad se toma en serio inmundicias no solo estéticas, sino también ideológicas, como Casablanca o Lo que el viento se llevó... El paradigma supremo de semejante función educativa es, sin duda, Walt Disney, el gran corruptor de menores y la mayor catástrofe estética, moral y cultural, del siglo XX. Todo suele empezar por la estética, pues lo primero que viene es la Fealdad, luego la Estupidez, y finalmente la Maldad".

Para ahondar en el profundo sentido ético y literario de estas palabras, recogemos el juicio que le merecen a Juan Goytisolo:

"El modelo más libre del amor a un saber no rentable me lo procuró el escritor contemporáneo que me merece mayor aprecio: hablo de Rafael Sánchez Ferlosio. Después de esa pequeña joya literaria, Alfanhui y del éxito del Jarama, abandonó de súbito su prometida carrera novelística para entregarse por entero, durante bastantes años, a lo que entendemos hoy por gramática transformacional después de la publicación por Noam Chomsky de Aspectos de la teoría de la sintaxis... El aliciente del saber desinteresado, fruto de su aguijadora curiosidad y afición a disciplinas tan diversas como las que imantaban a los eruditos y monjes del Medievo, lo adivinamos en cuanto calamos en obras a la vez tan armoniosas y dispersas como Vendrán más años malos, Esas Yndias equivocadas y malditas, Testamento de Yafoz, la forja de un plumífero."

Hoy la mayor parte de los intelectuales españoles aparecen más comprometidos que nunca frente a la miseria de nuestra cultura y la brutal opresión del capitalismo en su silencio o su supeditación a las leyes del mercado y enajenación por la publicidad. Junto a ellos, arrogantes analfabetos se pavonean incluso escribiendo o hablando de que ya no existe el compromiso de la izquierda. Claro que las izquierdas oficiales con su servilismo hacen mucho por darles la razón y rendirles incluso culto de vasallaje. Escritores o científicos premiados o bestsellerizados poco tienen que ver con el rigor conque un auténtico intelectual como Albert Einstein encarna este tema, palabras que confirman nuestro discurso contra los intelectuales:

"Jamás he hecho esfuerzo sistemático alguno para mejorar la suerte de los hombres, para combatir la injusticia y la represión ni para mejorar las formas tradicionales de las relaciones humanas. Sólo hice esto: con largos intervalos expresé mi opinión sobre cuestiones públicas siempre que me parecieran tan desdichadas y negativas que el silencio me habría hecho sentir culpable de complicidad (subrayado mío)... Los objetos triviales de los esfuerzos humanos (posesiones, éxito público, lujo) me han parecido despreciables. Hemos de prevenirnos contra quienes predican a los jóvenes el éxito, en el sentido habitual, como objetivo de la vida".


COLABORACIONES


JUAN MAYORGA


581 mapas



Lezcano- 16: “Domicilios de los árbitros de fútbol residentes en Madrid”. El color del circulito indica la categoría en que pita el colegiado en cuestión.


Muñoz- Hay otro con domicilios de jueces, ¿no? ¿El 31?


Hermida- El 35.


Lezcano- Aquí está. Las viviendas también están marcadas por categorías. Tribunal Constitucional, Tribunal Supremo, Audiencia Nacional…


Muñoz- ¿Cómo ha obtenido las direcciones particulares de todas esas personas?


Hermida- No las he obtenido. Los datos me los suministran. Yo sólo les doy expresión gráfica.


Muñoz- Es una de esas personas quien ha puesto en nuestro conocimiento la existencia de sus mapas. Considera que la publicación del lugar donde vive le pone en peligro.


Hermida- ¿Un juez?


Muñoz- Un árbitro.


Hermida- Dudo que quien me encargó ese mapa tenga nada contra los árbitros.


Muñoz- También se ha quejado una asociación vecinal. Están molestos con ése sobre embriaguez.


Hermida- 89: “Número de alcohólicos por cada mil habitantes”.


Muñoz- Los de ese barrio se sienten estigmatizados.


Hermida- Lo siento.


Muñoz- ¿Por qué en naranja? ¿Por qué la máxima concentración de borrachos en naranja?


Hermida- El naranja tiene la particularidad de que…


Lezcano- ¿Acepta cualquier mapa que le encarguen?


Hermida- De Madrid. Sólo de Madrid. No osaría hacer un mapa de otro lugar.


Muñoz- Le gusta Madrid.


Hermida- No. Pero es la ciudad que tengo en la cabeza. Puedo decirle el camino más corto entre Usera y La Vaguada y cuántos quioscos se va a encontrar de aquí al Museo del Prado.


Lezcano- Usted hace cualquier tipo de mapa de Madrid. No importa sobre qué.


Hermida- Es la clave del negocio. Fue idea de mi hermana mayor, cuando perdí mi empleo en esa editorial de libros escolares. Mi hermana me hizo ver que se hacen muchos mapas, toneladas de mapas, pero la mayoría no tienen nada que ver con los auténticos intereses de la gente. ¿De qué te vale la ubicación de los monumentos cuando lo tuyo es la filatelia? ¿Qué importan las zonas verdes si lo que te interesa es la pornografía? Fue mi hermana la que me dio la idea de los mapas personales. Yo no lo veía claro, pero pensé: ¿Qué tengo que perder? Mi hermano pequeño, que es informático, dio forma a la idea: www.mipropiomapa.com.


Lezcano- Son ustedes una familia muy unida.


Hermida- La diferencia respecto de hacer mapas para libros es que lo puedes modificar continuamente, conforme vas teniendo nuevos datos.


Muñoz- Éste fue el primero, ¿no? “Tiendas de mascotas”.


Hermida- Sí.


Lezcano- Trecientos doce mapas. Parece increíble que los haya hecho todos usted, en menos de un mes.


Hermida- En realidad he hecho más. Sólo se cuelga un mapa si así lo quiere el cliente. He hecho quinientos setenta y nueve. Si el negocio sigue creciendo, voy a tener que meter gente.


Silencio.


Lezcano- Quinientos setenta y nueve mapas en veintiséis días.


Hermida- En veintitrés. Los domingos paro.


Lezcano- ¿Podemos hacer una prueba?


Hermida- ¿?


Muñoz- Una demostración. Nos gustaría ver cómo lo hace.


Hermida- Claro.


Muñoz- ¿Qué necesita? ¿Folio?, ¿cartulina?...


Hermida- Din A-3.


Muñoz- Din A-3. ¿Lápices? ¿Ceras?...


Hermida- Lápices. Faber del 17.


Muñoz- ¿Algo más? ¿Un café?


Hermida- Gracias. Con leche, sin azúcar.


Muñoz- ¿Te traigo algo a ti?


Lezcano niega. Muñoz sale. Silencio.


Lezcano- De modo que los datos se los suministran. El trabajo de campo, por así llamarlo, lo hace el cliente.


Hermida- Así es.


Lezcano- 245: “Lugares donde ha estado el diputado Flórez desde el 1 de Junio y tiempos que ha pasado en esos lugares”. Usted no ha seguido al diputado Flórez. Usted no ha estado en su despacho en el Parlamento.


Hermida- No, no.


Lezcano- El mapa lo firma “Colibrí”.


Hermida- Debe de ser un alias.


Lezcano- Probablemente.


Silencio.


Algunos de sus clientes son auténticos enfermos.


Hermida- La gente tiene problemas.


Lezcano- La mayoría de sus mapas son basura.


Hermida- Muchos no tienen valor científico, ya lo sé. Algunos son pura fantasía. 48: “Refugios de hadas, duendes y gnomos”. 77: “Lugares por los que he caminado sonámbulo”. 142: “Mujeres con las que me he acostado”. Pero hay otros que…


Lezcano- La mayoría son mierda.


Hermida- No digo que alguno no lo haya dibujado a disgusto. Pero ¿quién soy yo para decidir si un mapa debe hacerse o no?


Silencio. Hasta que vuelve Muñoz, que pone ante Hermida todo lo que éste pidió. Y un listado con palabras y cifras.


Muñoz- Alijos requisados en Madrid en los últimos cinco años. Ahí tiene todo: puntos de venta, sustancias, cantidades y fechas.


Hermida se pone a trabajar. Muñoz mira el reloj. Silencio.


Hermida- Lo más difícil es establecer el código. Lo difícil no es decidir si utilizas colores o sombreados o figuras geométricas. Lo difícil es expresar de la forma más sencilla posible la imagen que el cliente tiene en la cabeza. El mapa tiene que hablar a primera vista.


Sigue trabajando. Silencio.


Lezcano- 113: “Lugares donde se puede abuchear el himno nacional”.


Muñoz- Es un negocio. El señor Hermida lo hace por dinero, no tiene una implicación ideológica en el asunto. Otra cosa es que se le pueda haber ido de las manos. Pero reconocerás que hay algunos mapas buenos, mapas útiles. 206: “Madrid para mendigos”. Dónde comer de gorra, dónde dormir gratis… Fíjate: puntos donde pedir limosna clasificados por colores.


Hermida- El Madrid de los mendigos no es el mismo que el Madrid de los banqueros o el de los que hablan latín.


Muñoz- 159: “Hoteles baratos limpios”. Me hubiera venido muy bien cuando el divorcio.


Hermida- No es lo mismo Madrid cuando tienes quince años que cuando has cumplido cuarenta. Tu mapa cambia con tu vida.


Muñoz- Con el divorcio, mi mapa de tiendas se transformó. Ya sólo entro donde haya ofertas. ¿Tú te acuerdas de cómo vestía yo antes?


Hermida- “Comercios chinos”. “Dispensarios de metadona”. “Hombres estatua”. Hay quien cuelga su mapa porque puede ayudar a otros. “Tiendas donde el vendedor es agradable”. “Probabilidad de ser atracado en función de día de la semana y hora”.


Silencio. Hermida da por terminado el mapa. Muñoz mira el reloj. Lezcano y Muñoz observan el mapa.


Muñoz- Es muy elocuente. Usted debería trabajar con nosotros.


Hermida- En el colegio, es lo único que se me daba bien.


Lezcano- Hay mapas útiles, desde luego. Pero útiles ¿para qué?


Muñoz- Mi amigo piensa que algunos de sus mapas representan otra cosa de la que dicen representar. Por ejemplo, el 71: “Graffitis”. Lo que mi amigo ve aquí… ¿Por qué no se lo explicas tú mismo?


Lezcano- La mayoría de sus mapas son hojarasca, una cortina de humo para distraer de los importantes. Los importantes pueden ser los en apariencia más tontos. “Graffitis”, por ejemplo.


Muñoz- Qué retorcido. Qué manía no conformarse nunca con la explicación más sencilla.


Lezcano- En lo que mi amigo y yo estamos de acuerdo es en que hay aquí material suficiente para ponerlo a usted ante un juez.


Muñoz- Pero discrepamos sobre el precio que ese juez le haría pagar por haber dibujado estos mapas. Yo soy de la opinión de que la responsabilidad debe recaer en quien se los ha encargado.


Lezcano- En todo caso, el juez apreciará que nos revele sus fuentes. Localizaremos igual a todos estos tipos, pero lo haremos antes si usted nos dice lo que sabe de ellos.


Muñoz- Dando por sentado que la mayoría de estos mapas, y por tanto sus inspiradores, son absolutamente inocentes.


Lezcano- ¿Tendría gracia, no? Que nos dibujase un mapa con los domicilios de sus clientes.


Silencio.


Hermida- No puedo hacerlo. A la mayoría no los conozco. Cara a cara, quiero decir. La mayoría manda la información a través de correo electrónico, abonan la cuota en un número y ya está. Algunos sí, algunos quieren explicarse personalmente. Hay quien cree que sabe cómo hay que hacer su mapa, te vienen con esbozos que da risa verlos. Otros quieren verte porque necesitan aclararse, porque hay quien no sabe lo que quiere. Muchos vienen cargados de prejuicios. La gente desconfía de los mapas. ¿Para qué están hechos, el noventa por ciento de los mapas? Para hacer circular a la gente, para llevarte de un sitio a otro. Los mapas deberían ayudarte a saber dónde vives. Casi siempre se usan para lo contrario, para confundirte. Lo que la gente busca es un mapa que les diga la verdad. A veces es difícil, pero nadie ha quedado descontento, nadie ha pedido nunca que le devolvamos la cuota. Por primera vez en mi vida me siento útil. Ayer se lo decía a mi hermana: “Antes trabajaba para un jefe. Ahora trabajo para la gente”.


Silencio.


Lezcano- 71: “Bares donde no dejamos entrar moros”. 83: “Lugares donde puedo decir lo que pienso sobre los homosexuales”. 111: “Inmuebles vacíos okupables, clasificados por tiempo de desokupación”. 173: “Escenarios de la próxima guerra civil”.


Muñoz- ¿Sabe que insultar, incitar al odio, marcar objetivos a los violentos, son delitos que se pagan con la cárcel?


Lezcano- Un mapa que señala dónde viven los jueces, ¿a quién puede interesarle?


Muñoz- Si el diputado Flórez nunca ha estado en “El búho de Minerva”, nos encontramos ante una calumnia. Si ha estado en “El búho de Minerva”, se trata de un seguimiento ilegal, una violación de la intimidad, quizá un caso de chantaje, de espionaje o de terrorismo. Esos cargos recaerán sobre usted a menos que nos ayude a localizar a “Colibrí”.


Silencio.


Hermida- Podría ser un taxista, tengo varios clientes taxistas. O alguien a quien interesa la política y ha elegido a Flórez como podía haber elegido a cualquier otro. Es lógico que a un votante le importe en qué emplean su tiempo los diputados. O quizá sea alguien que quiere ayudar a Flórez. Si Flórez ve este mapa, quizá decida corregirse, ampliar sus movimientos. “Colibrí” podría ser la esposa de Flórez, o el propio Flórez. Muchos mapas son autobiográficos. “Mis puestos de trabajo”. “Dónde desearía estar y nunca he estado”. “Dónde no tengo miedo”. “Dónde he visto a esa chica”. “Dónde me he cruzado con gente que leía a Dostoievski”. “Dónde yo, hombre negro de veintisiete años, he estado una hora sin que viniese a molestarme la policía”. “Lugares en que la palabra “Atalaya” causa extrañeza”. “Lugares donde me han hecho sentir como una mierda”. “Lugares donde he sido feliz”. Hay clientes que los utilizan como un diario, como una confesión.


Silencio.


El mapa de los jueces quizá quiera hacernos ver que casi todos ellos viven en unos pocos barrios. Y que hay barrios donde no vive ninguno. Quizá quiera mostrar que gente que vive en unos barrios juzga a gente que vive en otros barrios. Si ustedes se fijan, los árbitros de Primera División también suelen residir en unos pocos barrios. Si se comparan los mapas de oficios –por ejemplo, el de banqueros y el de maestros de primaria-, pueden extraerse conclusiones. Quizá el que me encargó ese mapa tenga ese tipo de cosas en la cabeza. O no, no lo sé. Muchas veces, cuando dibujo un mapa, me cuesta entender los intereses que hay debajo. 232: “Lugares donde se reúnen comunistas”. ¿Lo ha hecho un comunista o uno al que no le gustan los comunistas? 253: “Mapa de mi madre”. Dónde se cortaba el pelo, dónde conoció a su marido, dónde está enterrada… También las casas de sus amantes y el lugar donde él la vio por última vez. ¿Un mapa de amor o de odio?


Silencio.


Se ve que muchos intentan decir cosas que nunca han podido decir. Yo sólo soy el traductor. Los colores, las flechas, no son más que eso, traducir lo que ellos tienen en la cabeza. A mí siempre me ha sido más fácil dibujar que hablar. Cuando salga de aquí y cuente a mi hermana todo esto, lo que ha sucedido aquí desde que entré por esa puerta, no diré nada. Haré un mapa.


Lezcano- ¿Un mapa de qué?


Hermida- De este lugar y de nosotros en él. De dónde y cómo se ha movido cada uno. De lo que ha hecho y dicho cada uno en cada momento en cada lugar.


En el suelo, dibuja el mapa.


ESTHER BARTOLOMÉ-PONS

¿A DÓNDE VAS, CRIATURA HUMANA SABIA?


El ya periclitado siglo XX terminó con la consolidación democrática del mundo occidental (por la parte positiva), pero también con la Guerra del Golfo, las guerras de los Balcanes, la amenaza terrorista islámica (que vivió su punto álgido el 11 de septiembre de 2001, al hacer chocar aviones cargados de pasajeros civiles contra el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York) y todo tipo de terrorismos afines; sobre todo una solapada y cada vez más grave crisis económica que, primero, llevó a la “invasión” de países occidentales más privilegiados por parte de los desahuciados del Tercer Mundo: sudamericanos, marroquíes, argelinos, iraquíes, rumanos, pakistaníes, caboverdianos, gambianos… y un largo etcétera. Crisis que, por fin, ha sido reconocida como tal, como la Gran Crisis de comienzos del siglo XXI que es, y que aquí, en España (y no sólo en España), ya dura más de tres años y no parece tener visos de remitir fácilmente.


El ser humano es tan ingenuo o tan zafio, y tan soberbio en su YO artificial, que llega a creer con sinceridad que únicamente él (el individuo concreto que es) está en posesión de la verdad. De ahí la eterna creencia de que es posible alterar las cosas (las personas, las estructuras, las ideologías, las religiones) mediante la modificación de sus nombres. Así, cuando Lenin proclamó que “la religión es el opio del pueblo” no hizo más que prefigurar todo lo que vino después: desde Roosevelt, Truman, Kennedy, Reagan…, hasta Bill Clinton, con el que entramos de lleno en la era informática y en la comunicación virtual, tan rápida y tan desinformadora como hemos podido comprobar en los ocho años de “reinado” del segundo Bush, y ahora continúa vigente con Obama. Es decir que, en muchos casos, hemos sustituido la religión por la informática y a Dios por Internet. Ya no hacen falta, pues, ni las frases coherentes, ni los mensajes inteligibles, ni la ortografía, ni las palabras claras y bien elegidas. Para no sentirnos solos y auto-engañarnos con una pretendida comunicación (virtual) sólo necesitamos el ruido. Hacer ruido, mucho ruido…, aunque con auriculares para no molestar al vecino, que igualmente se molestará con cualquier otra cosa que hagamos.


Tantos avances tecnológicos, al no ir acompañados por la paralela madurez psicológica, llevan no sólo a una inevitable tergiversación de valores, sino también a la destrucción del medio ambiente mediante la contaminación general, la acumulación de residuos tóxicos e indestructibles, la desaparición cada vez mayor de recursos naturales, la muerte del mundo conocido… El Mal (con mayúscula), que está aquejando al hombre de hoy más de lo que ha hecho nunca, reside en la progresiva y alucinante materialización de la existencia. Los nombres habrán cambiado, pero las actitudes permanecen. La psique del hombre apenas ha variado en más de veinte siglos y lo que llamamos “evolución” es únicamente “progreso”, y progreso tecnológico además. Esto nos coloca ante una verdad terrorífica: siempre seremos los mismos “bárbaros del Norte” por más refinamientos exteriores que disfracen nuestra barbarie.


El ser humano, que huye de la muerte y se niega a aceptarla, pues le tiene mucho miedo, necesita creer en algo para no morir del todo; llámese este algo la vida feliz del más allá o el ideal de Acracia, da lo mismo. Si no puede creer en Dios, confiará en Internet; si le aburren los rituales religiosos, los sustituirá por el ritual del DVD o los juegos de ordenador; si no puede invocar a los santos para solucionar sus problemas, se montará en su automóvil para hacer kilómetros y kilómetros hasta obnubilarse con la velocidad. O buscará un chivo expiatorio en quien desahogar sus propias carencias no asumidas. Nada ha cambiado en definitiva: la religión (sustitúyase aquí “religión” por el nombre “moderno” que se prefiera: materialismo, lucha competitiva, consumo, afán de acumulación de cosas) sigue siendo el opio del pueblo.


Es sorprendente la capacidad de supervivencia de las especies, pero la humana sobrepasa a todas en adaptabilidad. Para sobrevivir a la náusea tiene que acostumbrarse al horror; y el ser humano ha llegado a adaptarse tan bien al horror cotidiano, que puede oír o ver las peores atrocidades sin que se le altere la digestión ni, mucho menos, el sueño. Hablando siempre en términos generales, este grado de progresiva indiferencia que está padeciendo la Humanidad ante una masacre, un atentado, un acto de violencia, un accidente mortal o el hambre persistente de un niño… es síntoma de la mayor degradación y un factor muy preocupante y decisivo entre los rasgos que caracterizan la psicología del hombre y la mujer de hoy. Porque este progresivo embrutecimiento, que se hace cada día más evidente, puede acabar convirtiéndose en un arma de doble filo que, a modo de boomerang, revierta sobre la Humanidad misma hasta su total aniquilación.



Cuando los problemas de la existencia se nos echan encima, cuando la crisis vital (económica o personal) asoma en lontananza cada vez con más virulencia y en lugar de enfrentarnos a ellos y a ella cara a cara optamos por buscar sucedáneos menos peligrosos en quienes descargar nuestros miedos y nuestras frustraciones…, nos auto-engañamos y nos creemos triunfantes, mientras lo que en realidad hacemos es hundirnos más y más en la falacia y en la escoria.


¿Quo vadis, homo sapiens?



LORENZO MARTÍNEZ AGUILAR

LA TRAGEDIA DE LA MINA SAN JOSÉ, EN CHILE



Estoy siguiendo con atención, expectación y tensión la tragedia que están viviendo los 33 mineros (y sus familias) que han quedado encerrados en la mina San José, en Chile. Quizás es ese grito de pasado el que ahora se alza por mi memoria para empujar palabras de aliento y solidaridad, como un hilo por el que corre el mismo idioma, las mismas sensaciones de que pertenecemos a aquella estirpe que trastea en las entrañas de la tierra para buscarse el pan a cambio del riesgo de la vida. Aunque, ahora, lo nuestro sea un recuerdo. Y lo de allá, en la mina San José, una tragedia que lucha denodadamente contra el tiempo y la montaña para que acabe la pesadilla.



Los dioses de las profundidades telúricas de la tierra acaban siempre vengándose de una forma y otra de los metales que los hombres arrancamos al infierno de sus filones. Unas veces con catástrofes y accidentes como este; otras, con la traición mortífera de las galerías; y siempre con las diversas formas dañinas y enfermizas que tiene el ritmo lento y vengativo de los metales: la sílice, el salitre o el albayalde.



Pero lo peor no es esa venganza invisible e improbable de los dioses, o su expresión simbólica, mitológica o literaria; lo peor –como casi siempre-, es la propia necedad humana. En mi seguimiento de la información, también he podido conocer la escasa legislación preventiva de la minería chilena para mejorar sus condiciones de trabajo; como si las explotaciones aún siguieran guiadas por la misma temeridad que señalaba el tiempo antiguo y cobrizo de siglos atrás.



Las entrañas de la tierra son impredecibles, tienen cosida la catástrofe a su propia naturaleza. Y aunque el hombre necesite sus metales y los explote desde hace milenios, ir abriendo el agujero que se traga la luz, socavar su oscuridad, buscar el preciado filón, rondar las aristas vivas de los minerales, respirar el calor que fragua Vulcano en sus profundidades…, no deja de ser inhóspito, terrenos donde el hombre siempre es recibido como un extraño y sus herramientas como una agresión. Y ambos se pagan con el síntoma del riesgo permanente.



Las técnicas de explotación y de seguridad laboral minera avanzan, precisamente, y consisten en prevenir lo más posible los sobresaltos con los que a veces los metales practican su venganza brincando sobre los hombres y mordiendo a los que socavan sus entrañas. En Chile, los mineros, para sobrevivir cada día, siguen arriesgando sus vidas enfrentándose diariamente a las simas con acciones legendarias, arrojo e intrepidez; con el oficio de la epopeya, la habilidad de conocer las interioridades de los filones y la heredad de las leyendas de sus ancestros. Esta vez la muerte contó antes con el azar, y el destino se apiadó de esos 33 mineros, ahora encerrados a 700 metros de profundidad.



Escribo este artículo desde Linares, en cuya memoria aún permanecen bien visibles las cicatrices que la minería dejó durante milenios esparcidas por un paisaje donde cabrias, terreros, escombreras y areniscas, tienen grabadas la sangre, el sudor y ese rasgo quejumbroso de subsistencia que se asoma a las fotografías antiguas, ahora testigos silenciosos que la herrumbre ha clausurado y el tiempo ha vestido de recuerdos. Los linarenses no olvidamos la base de nuestra procedencia histórica, nuestro pasado y sus tragedias. A lo mejor, por eso justamente, cuando ocurren catástrofes como la que estos días viene sufriendo la minería en Chile, despierta un espíritu de solidaridad quizá larvado pero desde luego nunca extinguido.



Ojalá lo más pronto posible el sol ponga luz sobre la oscuridad de esos rostros ahora encerrados en la profundidad áspera de una mina; calma y abrazos en sus familias, por su heroicidad para afrontar esta situación. Aunque más allá de todo esto, en su vida habite la hazaña diaria de la subsistencia, el anonimato y un limbo legislativo que no atenúa lo más posible que ocurran catástrofes como esta. Como antaño ocurriera en Linares y en todo el coto minero de la provincia de Jaén.


IÑAKI ERRAZKIN

Autocrítica

No sé ustedes, pero yo me metí en esta guerra para ganarla. Con la edad se le quitan a uno los complejos y cuesta menos hablar claro. Los objetivos estratégicos de la causa que comparto, como los mandamientos de la mitología católica, se encierran en dos: socialismo e independencia para todos los pueblos del planeta, comenzando por el mío. Sin embargo, desprovisto ya de ingenuidad, soy consciente de que nada se consigue por la gracia divina. Todo hay que pelearlo, y todo, por aquello de la dialéctica, hay que pelearlo contra alguien, en este caso contra quienes apuestan por el modelo social y político antagónico: capitalismo e imperialismo. Lucha de clases, se llama la figura. Localizado y definido el oponente, toca ahora valorar la relación de fuerzas a calzón quitado, sin euforias ni triunfalismos que sólo pueden conducir a la frustración inherente a la derrota inesperada. Menospreciar la capacidad lesiva del adversario es la manera más rápida y segura de salir trasquilado de la empresa y retrasar el proceso sine die.

Lo queramos o no, participamos en una carrera mixta, de obstáculos y de fondo, en la que, según las reglas de nuestros enemigos, todo vale. Ellos emplean a su discreción la represión y la mentira, la violencia y la tergiversación. Con su organización político-militar estructurada en cuatro frentes complementarios perfectamente coordinados (legislativo, ejecutivo, judicial y mediático), con centenas de miles de liberados -bien remunerados a cargo de los presupuestos generales-, con el apoyo interno y externo de poderosos usureros e influyentes chamanes, la gigantesca banda armada a la que nos enfrentamos ha logrado subvertir la realidad afianzando el orden establecido que nos ha impuesto para perpetuarse. Doscientos años después, los súbditos borbónicos, sumidos en la más absoluta inopia intelectual, vuelven a gritar, esta vez silenciosamente, el humillante «¡Vivan las caenas!». Han cambiado sus sueños de libertad por la seguridad que siente el ganado en el establo (obsérvese que establecido y establo son palabras hermanas).


Así, quienes nos negamos a pastar en la fértil, pero cercada, dehesa de lo políticamente correcto nos encontramos más solos que nunca, además de seguir, como siempre, mal avenidos entre nosotros. Todos somos cabezas de inocuos ratoncillos que el rey león barre, sin mayor esfuerzo, con un ligero movimiento de su cola. Nos falta honestidad para autocriticarnos, inteligencia para reconocer que no hay verdades absolutas, generosidad para renunciar a nuestras vanidades, voluntad para aliarnos tácticamente, capacidad para propagar nuestro ideario y astucia para diseñar un plan de acción realista, asumible por nuestro público objetivo que hoy nos siente como algo ajeno. Intentamos resarcirnos del estrepitoso y continuado fracaso proyectando a distancia nuestras ilusiones revolucionarias; avivando, como debe ser, luminosas hogueras ultramarinas, pero incapaces de encender la propia chimenea.


Reconocer los fallos ya supone un paso adelante, pero para superar la palmaria realidad aquí descrita no es suficiente tener razón. Hemos de rectificar lo indeseable y debatir el tiempo que sea preciso hasta alcanzar un acuerdo de mínimos que nos permita avanzar. Es muy difícil, lo sé, pero también es muy necesario. Y muy urgente, además.



(*) Nota bene: Este artículo lo publiqué bajo seudónimo en el diario digital inSurGente.org en agosto de 2008. Dos años después lo considero más vigente que entonces, si cabe.

PRÓXIMOS NÚMEROS
CONTRA LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
LA CUESTIÓN JUDÍA

jueves, 2 de septiembre de 2010

Número 6. Monográfico. LA CUESTIÓN DE LA MUJER. SEXUALIDAD Y PROSTITUCIÓN.

El salón de los independientes. Toulouse Lautrec
SUMARIO

Introducción.
De los levíticos al mundo pagano.
La Biblia. San Agustín. Griegos.
La mujer y los musulmanes. El Corán
Las iglesias.
Literatura y sexualidad. Breves citas.
Salomón. Safo. Shakespeare. Paul Valery. Baudelaire. T.S.Eliot. Schopenhauer. Karl Kraus. Herbert Marcuse. Wilhelm Reich. Alexandra Kollontai. Fátema Mernissi.

La libertad de la mujer. Algunas preguntas más que conclusiones.

Colaboraciones.

Juan Mayorga. El buen vecino.
Rosa Regás. La patria.
Carlos Martí. De las ideas y la muerte.
Manuel García Viñó. Aquel Irak y éste.

¿Cuándo contemplaremos en los ruedos de las plazas de toros, en las calles de las ciudades, ante los Parlamentos, Alcaldías, estableciendo mesas para recoger firmas en todas las ciudades de España, la protesta de miles y miles de hombres y mujeres, esta vez no por el maltrato de los toros, sino por el maltrato, que concluye a veces en el asesinato, por el secuestro, la tortura, el encierro de miles de mujeres explotadas, víctimas de las mafias que controlan la prostitución? ¿Qué ocurre, que eso no da votos, que las mujeres tienen menos valor que los toros, o que en el fondo se está de acuerdo con la prostitución y se acepta que esos asesinos, terroristas personajes que en torno a ella se mueven, apoyados más o menos veladamente por leyes, funcionarios, políticos, campen por sus fueros? ¡Tristes nacionalismos si anteponen símbolos, banderas y otras cuestiones, a los seres humanos!

INTRODUCCIÓN

De la poligamia, en el alba del mundo humano, en el que la mujer, al vivir la tribu en promiscuidad sexual juega el papel más importante en la evolución de la especie, y por tanto desempeña las actividades más fundamentales y respetadas en aquellas comunidades primitivas, se pasa, por influjo de las religiones monoteístas, a la monogamia, que establece el derecho de los hombres sobre las mujeres y da lugar a la prostitución, leyes discriminatorias y represivas, y sociedades patriarcales. Muere el derecho materno aunque no estuviera legislado pero si era práctica habitual y necesaria, y se impone el paterno que desarrollará formas cada vez más agresivas de machismo. Dioses paganos o levíticos, religiones, cultos, pasan a instaurar la esclavitud de la mujer. Podemos decir que la mujer ha sido, y en alguna medida sigue siendo, la verdadera víctima de la civilización y el denominado progreso cultural y científico la sigue teniendo en el último eslabón de las liberaciones producidas. Por muchos terrenos que con sus luchas y sacrificios conquistara, todavía continúa bajo el peso de una organización económica, la capitalista, o unas estructuras políticas y religiosas fundamentalistas que la mantienen oprimida, en unas u otras formas. De España a Irán, de Estados Unidos a China, de Tailandia a México o Arabia Saudita.
En nuestra sociedad occidental –en las otras expoliadas por el capitalismo y el imperialismo y bajo regímenes dictatoriales dependientes de él, las mujeres y los niños carecen de derechos y son explotadas sexualmente, vendidas, o mueren de hambre o insalubridad- es el dinero, el poder, la organización jurídica y sobre todo la confesionalidad religiosa, quienes convierten el sexo en mercancía, y en toda mercancía y sociedad de clases hay siempre poseedores y desposeídos. No fue así antes de la civilización. Como escribe Engels siguiendo a Morgan y Bachofen entre otros antropólogos: “¿qué encontramos como forma más antigua y primitiva de la familia, cuya existencia indudablemente nos demuestra la historia y que aún podemos hoy estudiar en algunas partes? El matrimonio por grupos, la forma de matrimonio en que grupos enteros de hombres y grupos enteros de mujeres se pertenecen recíprocamente y que deja muy poco margen para los celos”.
Cuando la unión sexual sin trabas ni prohibiciones se desarrollaba, no había lugar a la prostitución, ni al dominio de un sexo por otro, ni al incesto, los celos. La promiscuidad sexual precede a la civilización, como la posesión de los frutos, de la tierra, del espacio habitable, a la propiedad privada. El problema es que el desarrollo de la selección natural y mejoramiento de la especie humana conllevó la discriminación no natural, que traería la violencia, la guerra y la explotación del hombre por el hombre y sobre todo de la mujer por el hombre.
Retomamos a Engels: “Siendo la base de la civilización la explotación de una clase por otra, su desarrollo se opera en una constante contradicción. Cada progreso de la producción es al mismo tiempo un retraso en la situación de la clase oprimida, es decir, de la inmensa mayoría. Cada beneficio para unos es por necesidad un perjuicio para otros; cada grado de emancipación conseguido por una clase es un nuevo elemento de opresión para la otra. La prueba más elemental de esto nos lo da la introducción de la maquinaria, cuyos efectos conoce hoy el mundo entero”.
Engels denuncia la hipocresía, la caridad. Hoy en el mundo occidental una gran parte de las mujeres se benefician de la evolución de las leyes, el desarrollo social. Pero una mayoría de las mujeres en el mundo son víctimas de la más absoluta marginación y muchas de ellas meras mercancías aptas para la prostitución, trabajos esclavizantes, o situadas bajo la potestad de los hombres, desprotegidas por las leyes, sometidas al rigor de arcaicas costumbres, y sobre todo de religiones o creencias. Las religiones continúan siendo el mayor cáncer de la humanidad. Y por otra parte la hipocresía convierte en nuestras sociedades en ocasiones a la mujer en floreros, adornos, prostitución de lujo no reconocida como tal ni por ellas mismas, siendo la publicidad y los medios de comunicación agentes de este papel ornamental, al servicio de la alienación e incluso venta de cuerpos, y subsiste por paliada que parezca, la discriminación económica, social, política, en parte de esas mujeres que se creen liberadas. Emigrantes de los pueblos del tercer mundo, de los ex países socialistas, de las sociedades teocráticas, conforman un tema en el que apenas se profundiza. Basta contemplar en nuestro país el impacto de las esclavas del sexo y la plusvalía que genera en los periódicos, pese a algunos artículos que de vez en vez intentan lavar las formas de quienes contribuyen, con jueces, abogados, policías, alcaldes, otras autoridades políticas, a la existencia de mafias criminales que las explotan.
En el matrimonio –tantas veces otra manera de prostitución encubierta- y en la prostitución manipulada por los depredadores mafiosos, no se hace sino continuar el desarrollo que tanto ha marcado las relaciones de hombres y mujeres desde la vieja Roma. Tomemos el ejemplo del emperador Elio Varo cuando su mujer le acusaba de sus continuas infidelidades, y él le respondió que el matrimonio era un título de honor y dignidad, y él no podía mancharlo, por eso descargaba su lascivia y necesidades sexuales desenfrenadas con otras mujeres. (Algo peor le respondió en días recientes el aguerrido reportero de televisión acostumbrado a las guerras que se transmiten desde hoteles de lujo, donde de seguro no faltarán mujeres, a una de las putas secuestradas en Madrid cuando esta quiso informarle de su infortunio).
Freud expresó que la historia del hombre es la historia de la represión –de la Inquisición al fundamentalismo, del neo conservadurismo de los medios de comunicación al silencio sobre los críticos y disidentes, añadimos nosotros-. Y se mostraba pesimista, no podía concebir una civilización que de una u otra manera no sea represiva. (Nosotros añadimos: al menos mientras subsista una sociedad basada en estructuras clasistas y explotadoras como las que ahora conforman el mundo)
Antes de exponer algunas conclusiones-preguntas sobre la situación de la mujer hoy, pasamos a esbozar una visión de los orígenes de esta realidad de la mujer como víctima del desarrollo histórico.


DE LOS LEVÍTICOS AL MUNDO PAGANO

¿Morir por adulterio? No; eso lo hace
Hasta el reyezuelo, y la mosquita de alas
doradas se entrega a la lujuria ante mi vista.
¡Dejad que florezca la copulación!
Rey Lear, IV,6

¡Bellaco, esbirro, detén tu mano
sangrienta! ¿Por qué azotas a esa puta?
Flagélate tú, ya que ardes en deseos de
cometer con ella el delito por el que la
castigas.
Rey Lear. IV.6


La Biblia es algo más que el libro de los libros, que un hermoso conjunto de textos literarios, de sugestivas fábulas: es una guía para la miseria moral, cultural y social, de quienes todavía, de alguna manera, viven bajo su influencia, amparan dogmas de ella emanados, como ocurre, para otros pueblos, con El Corán y demás libros retrógrados desde el punto de vista del pensamiento.
La mujer, su historia, explotación, mucho le debe, por desgracia, a este conjunto de textos que se transforman en leyes y códigos de conducta.
Son, lo que sigue, fragmentos entresacados de relatos tan emblemáticos como perniciosos. Porque a partir de ellos, creyentes o no, pueden justificar sus miserables comportamientos y más aún las organizaciones sociales y políticas.

Génesis. 3, 16

A la mujer le dijo:
Multiplicaré en gran manera tus sufrimientos y tus preñeces;
Darás a luz hijos con dolor.
Hacia tu marido será tu anhelo.
Pero él te dominará.

Levítico. 20
Sus leyes consagran la condena a muerte de los adúlteros, homosexuales, de los hombres y mujeres que forniquen con bestias, de los incestuosos, y a la hoguera a las hijas de los sacerdotes que se prostituyan.

Deuteronomio, 20,13
El hombre que despose mujer y la encuentre no Virgen y pueda probarlo, “llevará a la joven a la entrada de la casa de su padre, y los hombres de la ciudad la lapidarán hasta que muera, por haber cometido una infamia con Israel, prostituyéndose en la casa de su padre”
Ídem 22,22
“Si un hombre fuese sorprendido yaciendo con una mujer casada, serán muertos los dos (…) si una joven virgen está desposada con un hombre y otro hombre la encuentra en la ciudad y yace con ella, sacarán a los dos de la puerta de la ciudad y los lapidarán hasta que mueran”.
Ídem 24,1
“Cuando un hombre tome una mujer y se case con ella, si luego ésta no halla gracia a sus ojos por haberse encontrado en ella algo desagradable, la escribirá el libelo de repudio, se lo pondrá en la mano y la despedirá de su casa.

Proverbios, 6, 24.
“Para preservarte de la mujer malvada, de la lengua seductora de la extraña, no desees su hermosura en tu corazón, no te seduzca con sus miradas, porque la meretriz se contenta con un pedazo de pan, pero la adúltera busca un hombre estimable.
Y faltaban los profetas para completar el trato despreciatorio y criminal de los hombres judíos respecto a la mujer, y después, ya la Iglesia de Roma imperializada, su brutal e inquisitorial dominio sobre el mundo occidental, San Agustín. Ejemplos de esta larga marcha de oprobio, explotación y salvajismo.

Isaías, 3

Acercaos vosotros, hijos de bruja, estirpe de adúltera y prostituta (Tras las jambas de la puerta colocabas tu emblema; prescindiendo de mí, te desnudabas, subías al lecho y hacías sitio; sacabas partido de tus amantes, con los que te gustaba acostarte; mirando el falo, fornicaban con ellos sin cesar”).
(Nota. Es la forma en que se corrompe un pueblo, una nación que abandona a Dios y se entrega a la concupiscencia. Es siempre la culpa de la mujer, asimilada a la perversión, el mal. Se rompe la alianza de la fe y se engendra lo bastardo, lo perverso. Resultado: lapidación.)

Oseas. I, iii

Dijo el Señor a Oseas:
- Anda, toma una mujer prostituta y ten hijos bastardos, porque el país está prostituido, alejado del Señor. (…)
Pleitead con vuestra madre, pleitead, que ella no es mi mujer ni yo soy su marido, para que se quite de la cara sus fornicaciones y sus adulterios de entre los pechos; si no, la dejaré desnuda y en cueros, como el día que nació; la convertiré en estepa, la transformaré en tierra yerma, la mataré de sed (…)
Se decía: Me voy con mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi vino y mi aceite (…)
Perseguirá a sus amantes y no los alcanzará, los buscará y no los encontrará, y dirá: Voy a volver con mi primer marido, porque entonces me iba mejor que ahora.
(Nota: He aquí el tratamiento de la mujer y del amor del hombre despechado que la insulta y llama prostituta y viene a decirnos que la mujer utiliza su cuerpo no para obtener placer sino para sustentarse: el oro y la plata que le da el marido y a por el que vuelve cuando ya no encuentra amantes que la paguen)

Jeremías, 9.

(El Dios Juez condena a su pueblo. La idolatría y el sexo son los enemigos de la fe, por eso serán condenados).

Después de todo ¿podré perdonarla?
Tus hijos me abandonaron, juraron por dioses falsos;
yo los sacié, ellos fueron adúlteros,
se iban en tropel a los burdeles;
son caballos cebados y lascivos que relinchan
cada cual por la mujer del prójimo.

(Y terminamos este apartado dedicado a la sexualidad y religión con San Agustín. Nietzsche antepone frente a San Agustín la defensa del placer y la satisfacción de los apetitos contra la negación de ellos que realiza en sus Confesiones el Obispo de Hipona cuando se refiere a su juventud precristiana en las tierras cultas y desarrolladas de lo que sería Argelia. )


San Agustín. Sandro Botticcelli

San Agustín.

Habla San Agustín a su único Señor:
¿Y qué es, Señor, lo que os quiero decir sino que no sé de donde yo vine acá, a esa que digo vida que muere o muerte que vive?
(Y tras esta bella y profunda reflexión, el hombre de Tagaste o Souk Ahres ya empapado en lenguaje bíblico, exclama:)

“Yo no os amaba y fornicaba lejos de Vos, con vuestras criaturas; en mis fornicaciones oíame decir por todas partes: ¡Bien! ¡Muy bien ¡ Pues la voluntad de este mundo es fornicación (…) ¿Y qué no deleitaba sino amar y ser amado? (…) exhalaban un vaho de niebla la fangosa concupiscencia de la carne y el hervidero de mi pubertad; y con ella mi corazón se nublaba y oscurecía hasta el punto de no discernir la serenidad del amor puro de la calígine de la sensualidad. Ambas cosas en mi hervían en confusa efervescencia y se llevaba a rastras mi edad fiable por los derrumbaderos de la pasión… en aquel año decimosexto de la edad de mi carne, cuando esta tirana tomó señorío sobre mí, y yo entregué mis manos vencidas a aquel frenesí de voluptuosidad, a quien la vileza humana da licencia, pero que es prohibida por vuestras leyes. No tuvieron cuidado los míos de detenerme en mi desatinada carrera con el freno del matrimonio, sino que solamente tuvieron cuidado de que aprendiera a hablar con sumo primor y a persuadir con el arte de la palabra retorcida (…) y en el tacto de la carne el halago puede mucho, y cada uno de los sentidos encuentra en las cosas corporales una modalidad que se le acomoda (…) Amar y ser amado era harto más dulce para mí, especialmente si gozaba del cuerpo del amante. Ensuciaba yo, pues, la vena de la amistad con las sordideces de la concupiscencia y nublaba su blancura con la sombra tartárea de la carnalidad, y siendo sucio y deshonesto, con abundante vanidad, aferrábame a ser galán y cortesano (…) Porque es de saber que fui correspondido y llegué al enlace secreto y sabroso, y dejéme alegremente prender en serviles ataduras, para que luego, muy pronto, los celos me azotaran con sus recias varas de hierro candente, y de sospechas y temores y de enojos y porfías.

EL MUNDO PAGANO

(En el otro mundo, el de los dioses hombres o los hombres dioses, la mujer no gozó tampoco de igualdad, y la esclavitud, en el sexo, la política, en las relaciones comerciales, en el poder, abrazó a la mayoría de ellas. No cuentan las excepciones, sino la norma en su realidad social).

Hesiodo

Y cuando Zeus nos dio calamidades, el castigo por otorgar el fuego a otros dioses y a los hombres, nos trajo a la mujer tocada con los adornos de Atenea. (…) De ella surgió la raza femenina, la fatal raza, la ralea del género humano. Gran dolor para los hombres que con ellas viven.

Artemisa. Rembrandt

Artemisa. (Atenea romana)

(Esta diosa, reina cazadora y habitante de bosques y montañas, experta en el arco y el trato con los animales salvajes, a la que veneran las Amazonas, nunca gustó del matrimonio por lo que fue considerada Virgen -solo el matrimonio daba fe de la pérdida de la virginidad- y era diosa madre por lo que debió gozar de muchos hombres. Es la más independiente y guerrera).

Afrodita. (Venus romana)

(Es la diosa de la belleza física y del placer sexual al margen del matrimonio, frívola y mentirosa, icono sexual para las mujeres. Por nacer de hombre es inteligente, dado que solo los hombres pueden ser intelectuales y por eso buscan entre si el amor, y por ser descendiente de Zeus y Dione, patrona de las prostitutas, es al tiempo sexual y promiscua.
Solo los dioses, machos, tenían todas las prerrogativas de la guerra, la inteligencia, la justicia, y eso los autorizaba a tener relaciones de toda índole, e igualmente a violar y matar.)

Demóstenes.

Tenemos heteras para nuestro placer, concubinas para servirnos y esposas para cuidar a nuestros hijos. (siglo IV. A de C)

Homero. La Iliada

Ciertamente no hay razón para culpar a los troyanos y a los armados aqueos si soportaron penalidades duraderas por una tal mujer. Su rostro era asombroso, como el de las diosas inmortales. No obstante, aún siendo así, dejadle que vuelva a sus embarcaciones y que no permanezca aquí por más tiempo, como una plaga para nosotros y nuestros descendientes. (1184 a. de C)

Esquilo. Las Euménides. 458 a de C.

La que se llamaba la madre no es el origen de un vástago, sino la que cuida del embrión recién sembrado. El macho, el que cabalga, lo engendró. Debe haber un padre, no una madre.

Eurípides.

Las mujeres son el mayor invento del diablo.(Medea)
Las mujeres son una fuente de dolores. (Orestes)
Las mujeres de la clase alta son las primeras en practicar el adulterio… Nunca me cansaré de odiar a las mujeres… son siempre malvadas. (Hipólito).

(Para los egipcios Eros era el padre y dios de todos los dioses. Y en Pompeya, en un burdel había dibujado en su puerta un falo y bajo él la inscripción: Aquí habita la felicidad.)


LA MUJER Y LOS MUSULMANES

EL CORÁN


Todo libro es susceptible de muchas lecturas e interpretaciones. Y eso es bueno, salvo que el libro se tome como texto sagrado, cuyos principios obligan a los creyentes a su cumplimiento, dejándose además a los sacerdotes brujos la capacidad de interpretación y legislación de los mismos.
En El Corán la mujer es fundamentalmente un sujeto pasivo, concesión de Alá para el hombre, que no por algo la creó de una de sus costillas. Y los imanes, ayatolahs, no dudan en interpretar las alusiones y juicios que en él se dan de acuerdo a los intereses del que se considera ser superior, en los negocios o en la guerra, al fin los dos capítulos que tienen más valor en la vida, que el pensamiento y la cultura suelen estar reservados a los guardianes de la fe. De ahí que a la hora de impartir castigos, mostrar su dependencia del varón, e influir en sus hábitos de vida que incluyen su manera de comportarse y vivir, en el ámbito de la casa o del exterior, tomen del libro sagrado aquellos juicios que más se acomodan a sus intereses. La mayor parte de ellos están entresacados de la Sura 4, de la que elegimos unos fragmentos que son un pálido reflejo de la ley que se aplica a las mujeres. De cualquier forma toda sociedad teocrática no deja de mostrar sino el atraso, la miseria cultural y la prehistoria de una humanidad que difícilmente puede hablar de libertad mientras se rija por conceptos y leyes tan retrógradas como los que han inventado los hombres en boca de sus dioses, llámense Jehová, Alá u otros, y sobre todo, de los que hacen sus representantes, pontífices y sacerdotes de cualquier denominación y origen, brujos al fin en el Vaticano, la Meca o las tribus africanas .


Corán. Sura 4. Fragmentos.

Si teméis no ser equitativos con los huérfanos, entonces, casaos con las mujeres que os gusten, dos, tres, cuatro. Pero si teméis no obrar con justicia, entonces con una sola o con vuestras esclavas. Así evitaréis mejor el obrar mal.
(…) Alá os ordena lo siguiente en lo que toca a vuestros hijos: que la porción del varón equivalga a la de dos hembras.
(…) Llamad a cuatro testigos de vosotros contra aquéllas de vuestras mujeres que cometan deshonestidad. Si atestiguan, recluidlas en casa hasta que mueran, o hasta que Alá les procure una salida. Si dos de los vuestros la cometen, castigad a ambos severamente, pero si se arrepienten, y enmiendan, dejadles en paz. Alá es indulgente, misericordioso.
(…) Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a uno más que a otros y de los bienes que gastan… ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelan, dejadlas solas en el lecho, pegadlas! Si os obedecen no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande.
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LAS IGLESIAS

En distintos periodos históricos, situaciones políticas, desarrollos económicos, las iglesias han sido y continúan siendo el principal enemigo de la mujer, tanto como lo son de la libertad. Cuanto se haga por combatirlas es poco. Y por desgracia las miserias de las organizaciones políticas y sindicales prefieren mirar para otro lado o plegarse a su poder antes de condenarlas y combatirlas. Aquí no caben medias tintas. Hablamos de la Iglesia católica y su poder terrenal, que abarca y corrompe las leyes, las instituciones, la educación, la cultura, las conciencias y hasta el desarrollo económico, en lo que afecta a las cristianas, y también de las islámicas, que en un periodo todavía más primitivo establecen tecnocracias feudales destructoras del pensamiento y la libertad y constituyen para las mujeres auténticas organizaciones terroristas. No cabe, como hacen muchos que de izquierdas se definen, justificar a los ayatolahs o sátrapas por combatir el imperialismo, como tampoco dar por buenos, como hacen determinadas potencias mundiales a poderosos países situados en ese mundo árabe por defender intereses económicos o estratégicos.
Las iglesias siempre, al hablar de sexo, de erotismo, han practicado una aberrante práctica moral doble: para impartir doctrina se sustentan en irracionales y crueles pilares que denominan leyes sagradas; para escapar a posibles protestas de los creyentes hombres no dudan en mantener frente a la familia la prostitución, o autorizando determinadas formas de poligamia. De puertas para adentro, además, todo se les permite a sus sacerdotes: saben que su poder es tan grande que casi nunca trasciende la violencia que ejercen sobre niños, mujeres. Así sus adulterios, pedofilias, violaciones, quedan encerrados bajo los gruesos muros de sus conventos que les ofrecen impunidad.
Por culpa de las iglesias, de las religiones, la mujer es la gran víctima de este sistema machista y sagrado brujeril. Y a su amparo crecen y se desarrollan las mafias que encuentran en el desarrollo occidental y en el poder económico de sus fieles súbditos el campo abonado para sus prácticas criminales. Proxenetas, chantajistas y leyes que las más de las veces hacen la vista gorda a su inmoral y esclavista desarrollo. La esclavitud de la prostitución recuerda los hábitos de los negreros de pasados y recientes siglos. Sería inconcebible sin el apoyo en la civilización de las llamadas libertades, de ideólogos, medios de comunicación. Mientras se establecen jornadas de trabajo abusivas y de alto riesgo que subliman la libido de los explotados para encauzarla a la explotación laboral y se mantienen industrias de las culturas del ocio que la encauzan a los espectáculos de masas, macroconciertos, estadios deportivos, etc. Anestesiados así en gran parte de su tiempo los instintos sexuales, no impiden que a veces exploten salvajemente como forma liberadora en una sociedad en la que la comercialización e imagen de los iconos sexuales consume gran parte de la vida diaria en los medios informativos: mediante drogas estimulantes o por brutal rebeldía estallan en incontenibles formas de perversión y violencia que contribuyen además a fomentar esa misma cultura del espectáculo.
La burguesía, los capitalistas y los profesionales y políticos de alto rango social, necesitan para sus turbios y terroristas negocios esta organización política, económica y social. ¿Y la mujer? En su papel de ensalzado objeto del deseo.

LITERATURA Y SEXUALIDAD. Breviario de citas

El placer
Salomón. El Cantar de los Cantares. Siglo X a de C.


Tus amores me embriagan más que el vino
el olor de los perfumes
más que el de los bálsamos.
Miel destilan tus labios, oh mujer
Miel y leche debajo de tu lengua.
(…)
Yo duermo, pero mi corazón vela.
Mi amado me llama.
Me he quitado la túnica.
¿Cómo volvérmela a poner?
(…)
Eres bella, amiga. Y terrible como el ejército en las batallas.
¡Qué hermosos son tus pies!,
las curvas de tus muslos,
tu ombligo, tu vientre, montoncito de trigo,
circundado de lirio, tus pechos, cervatillos,
mellizos de la cierva.
(…)
Tu amor, delicioso,
tu talle comparable a la palmera
tus pechos a racimos
(…)
tu boca como el vino más delicioso
que va a la boca del amado
fluyendo por los labios y los dientes
(…)
Ven mi amado, salgamos a los campos
allí te entregaré yo mis amores.
(…)
Ponme de sello sobre tu corazón,
como sello en tu brazo
pues fuerte es el amor como la muerte
y fiera la pasión como el infierno.
Sus ardores son rayos de una hoguera.
Torrentes de agua no podrían
extinguir el amor
ni los ríos anegarlo.

Safo. Siglo VIII a de C.

De verdad que amor yo quiero
pues ella, llorando, se fue de mi.
Y al marcharse decía: Ay, Safo,
que terrible es nuestro dolor
pues sin desearlo yo me voy de ti.
Contestaba yo entonces:
no me olvides, vete alegre,
no ignoras el amor que por ti sentí.
Y por eso recordarte quiero,
por si acaso a olvidarlo llegas
la dicha y hermosura que vivimos,
tantas coronas de rosas,
tantas violetas como junto a mí
tú te ponías,
las guirnaldas que trenzabas
y que en derredor de tu cuello tierno
enredabas coronándolo con flores mil.
Perfumado después tu cuerpo
todo él con aceite de nardo
y con leche y aceite de jazmín
recostada en el blando lecho,
delicada muchacha en flor,
el deseo dejabas ya salir.




William Shakespeare. (Traducción: A. García Calvo)


XX
Un rostro de mujer, de la mano pintado
de Natura, tú tienes, dueño y dueña mío,
corazón dulce de mujer, pero no usado
a las mudanzas frívolas del mujerío,

ojo más claro que los de ellas, en sus giros
menos falso, que todo lo que mira dora:
hombre que en su color toda color colora,
miradas de hombre roba y de mujer suspiros.

Y para mujer fuiste en principio amasado,
cuando Natura, al darte el ser, quedó prendada
de ti y, por aumentarte, me dejó privado
de ti, añadiendo algo que a mi fin no es nada.

Más ya que te he marcado para las mujeres,
mío tu amor y sean de ellas tus placeres.

Paul Valery.

Amado cuerpo, me abandono a tu solo poder;
el agua tranquila me llama donde yo tiendo mis brazos:
no resisto ese vértigo puro.
Oh mi belleza, ¿qué puedo hacer contra tu voluntad?

El desamor
Baudelaire. Mujeres condenadas

Cual bestias pensativas tumbadas en la arena,
Vuelven sus ojos hacia el marino horizonte,
Y sus pies que se buscan y sus manos unidas,
Tienen desmayos dulces y temblores amargos.

Unas, con corazones que aman las confidencias,
En el fondo del bosque donde charla el arroyo,
Deletrean amores de infancias temerosas
Mientras graban el tronco de los árboles tiernos.

Otras, igual que hermanas andan graves y lentas,
A través de las voces llenas de apariciones,
Donde vio San Antonio surgir como la lava
Desnudos senos rosa, cuando sus tentaciones.

Y las hay, que a la luz de resinas que manan,
En el hueco ya mudo de los antros paganos,
Te llaman en auxilio de su fiebre ululante
¡Oh Baco, adormidera de los remordimientos!

Otras, cuyas gargantas lucen escapularios,
Y, que ocultando un látigo bajo sus largos vestidos
Aúnan en las frondas, en noches solitarias,
La espuma del placer al llanto del suplicio.

Oh vírgenes, oh monstruos, oh demonios, oh mártires.
Mentes que despreciáis toda realidad.
Busconas de infinito, devotas o lascivas,
Ya repletas de gritos, ya repletas de llantos.

Vosotras, a quién mi alma persiguió en vuestro infierno.
¡Hermanas!, que tanto amo y tanto compadezco.
Por vuestras penas sordas, vuestra sed insaciable
Y las urnas de amor que colman vuestros pechos.

T.S. Eliot. La tierra baldía. Trad. José María Valverde

El momento es ahora, propicio, según supone,
la cena ha terminado, ella está aburrida y cansada,
se esfuerza por hacerla entrar en caricias
que aún no son reprochadas, aunque no deseadas.
Sofocado y decidido, la ataca de una vez:
manos exploradoras no encuentran defensa:
su vanidad no requiere respuesta,
y da la bienvenida a la indiferencia.
(…)
Él otorga un protector beso final
y sale a tientas, encontrando la escalera sin luz.
Ella se vuelve a mirarse en el espejo,
sin darse cuenta de que se fue su amante:
su cerebro deja paso a un pensamiento a medio formar:
“Bueno, ahora ya está: y me alegro de que haya pasado”
(…)
El río suda
petróleo y alquitrán
(…)
Tranvías y árboles polvorientos
(…)
Las uñas rotas de manos sucias.
Mi pueblo humilde pueblo que no espera
nada”

A vueltas con la teoría
Schopenhauer

El instinto sexual es propiamente el invisible centro de todo obrar y se recalca por doquier pese a todos los velos arrojados sobre él. Es la causa de la guerra y al fin de la paz, el fundamento de lo serio y el objetivo de la chanza. El instinto sexual es el núcleo de la voluntad de vivir, o sea, la concentración de todo querer; por eso se ha llamado a los genitales el foco de la voluntad (…) Todo enamoramiento, por muy etéreo que guste de aparecer, únicamente arraiga en el instinto sexual y es tan solo un instinto sexual determinado (…) es la última meta de casi todo empeño humano, adquiere un reflejo perjudicial sobre los asuntos más importantes, interrumpe a cada momento las ocupaciones más serias, en ocasiones sume en la perplejidad incluso a las cabezas más notables (…) Convierte al hombre en alguien sin escrúpulos y en traidor al más leal (…) El fin último de toda intriga amorosa … Es de hecho mucho más importante que todos los demás fines en la vida del hombre y por eso merece plenamente la honda seriedad con que cada cual lo persigue (…) Cuando no puede alcanzar la reciprocidad, el enamorado impetuoso prefiere contentarse con la posesión, es decir, con el goce físico. Esto lo documentan todos los matrimonios forzados, e igualmente el hecho de que, a pesar de su aversión, el favor de una mujer sea comprado, así como también los casos de violación.
Karl Kraus por Oskar Kokoscha

Karl Kraus

¿Mujeres perdidas? ¡Putas perdidas en el matrimonio más bien!

La abstinencia siempre acaba vengándose. A unos les produce pústulas: a otros leyes sobre la sexualidad.
La sexualidad mal reprimida ha perturbado no pocos lugares, la bien reprimida ha perturbado el orden universal.

Escondemos nuestro amor no por estar prohibido, sino por ser algo demasiado hermoso.

¡Acabemos con la mojigatería que ha minado la salud física y mental de las naciones por espacio de casi dos milenios! Incluida su salud mental. La naturaleza ha dotado a la mujer con la sensualidad como fuente original en las que las mentes de los hombres pueden encontrar su renovación. No obstante, los padres fundadores de normas han invertido la relación entre los sexos, constriñendo la sexualidad habitual de la mujer mediante convicciones, y permitiendo a una sexualidad masculina funcional correr sin trabas en pro de la procreación. Como resultado de ello, tanto la gracia física como la energía mental se han ajado. A las mujeres de clase media se les impone la dignidad y el autocontrol, mientras que al hombre se le permite una bestial autoindulgencia. Y así, canaliza el espléndido torrente de la sensualidad femenina para sus propias y poco interesantes necesidades, quedando su cerebro totalmente vacío en este proceso.

Más de una criatura destinada a amar acaba siendo víctima del gran odio cristiano al prójimo.

La raza humana acabó histérica en la Edad Media por haber olvidado lastimosamente las decisivas impresiones sexuales de su juventud.

La impertinencia de una justicia que se mete a reglamentar las relaciones entre los sexos siempre ha fomentado la peor inmoralidad, a la que el Código Penal no alcanza, o delitos y descarríos más graves.

Unos buenos modales que a la mujer, colocada en una situación intermedia entre bestia de carga y objeto de placer, le dejan con toda cortesía el privilegio del saludo; que encuentran digno de cualquier esfuerzo el matrimonio por dinero y despreciable el coito por igual motivo; que a la mujer la vuelven puta y a la puta la insultan, que valoran aún menos a los amantes que a quienes no se aman, en verdad no tienen por qué avergonzarse de una ley penal que llama a la relación entre los sexos “comercio ilícito”.


Herbert Marcuse


A liberación instintiva abarca la liberación intelectual, tanto más cuanto que la lucha contra la libertad de pensamiento e imaginación ha sido convertida en un poderoso instrumento del totalitarismo, tanto el democrático como el autoritario
Por la dimensión del trabajo, que ocupa prácticamente la existencia entera del individuo moderno, el placer es “suspendido” y el dolor prevalece… el principio del placer es incompatible con la realidad… El placer de los sentidos inmediatos actúa en las zonas erógenas del cuerpo, y lo hace solo por el gusto del placer… La monogamia da lugar a una restricción cualitativa y cuantitativa de la sexualidad, su subyugación a la función procreativa altera la función misma de la sexualidad.

Wilhelm Reich. La lucha sexual de los jóvenes. 1932
La mujer y el comunismo

La moral sexual burguesa está cosida en nuestra piel de comunistas de manera mucho más profunda de lo que creemos.
La revolución sexual. “La distorsión del despliegue de la vida en ascetismo, en estructuras autoritarias y en negación de la vida puede aparecer de nuevo (…) La economía sexual, sobre la base de sus descubrimientos científicos y de la observación de los procesos sociales llega a la siguiente conclusión: la afirmación de la vida debe ser ayudada hasta su pleno desarrollo, en su forma subjetiva de afirmación del placer sexual y en su forma social objetiva de planificación democrática del trabajo. Es preciso organizar la lucha por la conquista de la afirmación de la vida (…) La teoría económica del marxismo reveló las condiciones económicas de una vida progresista. Los acontecimientos de la Unión Soviética demostraron su exactitud. Pero su limitación a conceptos puramente económicos y mecánicos los desvió peligrosamente hacia la negación de la vida con todos sus síntomas bien conocidos.




Alejandra Kollontai
Matrimonio y prostitución

Para la mujer, la solución del problema familiar no es menos importante que la conquista de la igualdad política y el establecimiento de su plena independencia económica
(…) La prostitución en la sociedad burguesa es abiertamente menospreciada y condenada, pero secretamente apoyada y sostenida.
(…) La prosperidad y la familia están ligadas demasiado estrechamente: si uno de estos pilares del mundo burgués se tambalea, la solidez del otro se hace dudosa. Por ello la burguesía ha defendido siempre tan cuidadosamente sus bases familiares.
(…) El matrimonio es uno de los rostros de la sociedad burguesa, el otro es la prostitución. El matrimonio es la cara de la moneda, la prostitución la cruz. Si el hombre no encuentra satisfacción en el matrimonio, lo busca habitualmente en la prostitución… La prostitución sofoca, bajo sus flores suntuosas pero envenenadas, todo lo que queda de las virtudes familiares… La hipócrita duplicidad con respecto a la prostitución es característica de la burguesía y pone de relieve el hecho de que también aquí, en esta cuestión que parece afectar a toda la humanidad, la burguesía tiene una postura de clase. De hecho, la prostitución, ese apéndice obligatorio de la sociedad clasista contemporánea, ese correctivo que actúa sobre la forma coercitiva y anticuada de la familia actual, deja casi todo su peso sobre las clases que nada poseen (…) es ante todo para la clase obrera para quién constituye una plaga (…)
La sociedad contemporánea, al reemplazar la tortura y el asesinato político de las prostitutas por el asesinato moral con el socorro de las leyes, de reglamento riguroso, apenas se ha apartado de la crueldad medieval.
Por ello la burguesía no se apresura a dar la señal de alarma; si la mayor parte de las mujeres públicas pertenecieran a la clase poseedora, hay que suponer que tal actitud sería muy distinta (…) Condenada por la religión, castigada por la sociedad, e incluso por las leyes, la prostitución no por ello es únicamente tolerada, sino incluso reglamentada por el Estado… garantía de los principios familiares y custodia de la virtud de los “honestos burgueses”.

Fatema Mernissi. El harén de Occidente.

En Occidente, la belleza femenina corresponde a la imagen que los hombres han fabricado: ya sea un lienzo o una película, siempre aparecen desnudas, siempre calladas, indiferentes a los logros alcanzados por las mujeres de carne y hueso en la vida real (…) La bella que retrata en su cuadro o en su película está condenada al desnudo y al silencio. No cuenta mucho que la mujer tenga cerebro y sea inteligente, mientras lo disimule. Es cuestión de interpretación escénica, de teatro, como el velo. Los fanáticos que obligan a las mujeres a llevar el velo en Afganistán y Argelia no denigran la inteligencia de la mujer. Su lucha tiene que ver con las esferas de lo público. Los hombres tienen que mantener su monopolio de las calles y los parlamentos, de modo que las mujeres deben llevar el velo cuando entran en esos ámbitos, para demostrar que no les pertenecen. El asunto del velo es una cuestión política. Al salir a la calle, la mujer tapada con velo demuestra estar de acuerdo con ser una sombra mientras se encuentre en un espacio público…. Pero cuando estoy en el lado europeo, el “imán-mercado” me impone me parezca a la belleza representada en las imágenes. Podría ser una terapia interesante tanto para hombres como para mujeres un cambio de territorio y de papeles, para clarificar cual es el mensaje del teatro propio de la cultura (…)
Tanto Naomi Wolf, como Pierre Bordieu han llegado a la conclusión de que hoy por hoy los códigos basados en el físico paralizan la capacidad de las mujeres occidentales de competir por el poder, por mucho que parezcan abiertas las posibilidades de acceder a la educación y mejoras salariales. “El sometimiento a regímenes alimentarios es el sedante político más potente de la historia de las mujeres; una población silenciosamente trastornada es una población muy fácil de manejar” (Wolf) (…) Bordieu, que se ha dedicado mas bien a desentrañar como este mito graba a fuego sus inscripciones sobre la piel misma, llega a reconocer que el estar constantemente recordándole a una mujer en un espacio público su apariencia física la desestabiliza emocionalmente, debido a que la reduce a mero objeto de exposición. “Al confirmar –escribe- a las mujeres al status de objetos simbólicos que siempre serán mirados y percibidos por el otro, la dominación masculina… las coloca en un estado de inseguridad constante… Tienen que luchar sin cesar por resultar atractivas, bellas y siempre disponibles”. Al sufrir dicho estado de congelación como objeto pasivo cuya mera existencia depende de la mirada de su poseedor, las mujeres occidentales de hoy, con estudios y formación, se encuentran en la misma tesitura que las esclavas de un harén.

(Y, concluimos nosotros, numerosas actrices, presentadoras de TV, modelos, esposas de celebridades de los deportes, la política, la cultura, hijas de notables o aristocráticas figuras, desposadas de ex ministros, jeques árabes, millonarios de cualquier índole, no ejercen sino el papel que esta sociedad les ofrece: putas de lujo. )
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LA LIBERTAD DE LA MUJER. ALGUNAS PREGUNTAS MÁS QUE CONCLUSIONES.


El carácter que se sigue dando al matrimonio desde el punto de vista de las ortodoxias religiosas, y que las costumbres y los intereses económicos apoyan exhaustivamente, ¿no es acaso una de las mayores rémoras para esa libertad?

El papel del padre en el hogar, la educación de los hijos y el sostén económico de la familia, tanto desde el punto de vista de la tradición como de las leyes, basadas en gran parte en la autoridad del hombre y no digamos en el que le otorgan las religiones, ¿no constituye otro impedimento a esa libertad e igualdad?

Los mandamientos, preceptos, usos y costumbres contrarios a la libertad sexual en la juventud y a la igualdad de trato de la misma entre hombres y mujeres, la moral y legislación arcaica y reaccionaria a la hora de tratar el tema de la práctica necesaria del sexo libre, y que se manifiesta en la enseñanza, ¿qué supone para esa libertad?

¿Se puede hablar de libertad de la mujer mientras, por poner un ejemplo, miles de mujeres votan a especímenes como Esperanza Aguirre, que restringe todas las libertades que afectan al sexo, el aborto libre, la enseñanza no religiosa, etc. y miles de miles acuden a escuchar a los predicadores de la iglesia católica o a los imanes de las otras?

La utilización del cuerpo de la mujer como símbolo e icono de la belleza, atractivo para su posesión y conquista, anuncio publicitario para realzar automóviles, bebidas, o productos industriales o culturales, las pasarelas de moda, ¿no levantan arcadas a la hora de hablar de esa libertad?

Medios de comunicación, concursos de belleza, industrias dedicadas a la transformación del rostro, del cuerpo, para imponer un único arquetipo, modelo, icono sexual en el mundo entero, de acuerdo a un canon neocapitalista occidental, ¿no han de ser denunciados y combatidos?

Las leyes, los jueces y abogados sin escrúpulos, las campañas de la Iglesia y la derecha contra el aborto, la eutanasia, la masturbación, las relaciones sexuales entre parejas de edades distintas, la homosexualidad y el lesbianismo, la educación retrógrada, ¿no han de plantear a las mujeres y los hombres de pensamiento progresista la necesidad de ser más activos y agresivos en su denuncia y combate contra dichos principios e instituciones?

¿Cuándo se abordará, de forma revolucionaria e ininterrumpida la lucha contra quienes por intereses económicos y políticos no buscan solucionar el problema de las esclavas del sexo?

El nefasto papel que juegan en el mundo actual los ayatolahs, los líderes religiosos musulmanes o ultra ortodoxos judíos, los sátrapas de los países teocráticos, los obispos y dependientes de la iglesia de Roma, o los instalados en poderes económicos y políticos de sectas cristianas o de cualquier otra índole, los nefastos responsables como Aznar, Bush y sus seguidores, ¿cuándo van a abordarse como indeseables a los que hay que combatir, en las luchas de la calle, en los mítines, conferencias, artículos de quienes no quieren comprometerse con su silencio con ellos, en las organizaciones de los militantes de izquierda, aunque estén inoculadas en apoyos por intereses estratégicos a esos poderes fácticos, si se quiere en verdad hablar de la liberación de la mujer y de una sociedad en libertad?

¿Y no debería realizarse una reforma radical en las relaciones sociales, en las obligaciones de los Estados por la custodia y educación de los hijos, apartando radicalmente de ella a las instituciones religiosas y a sus credos y negándoles la más mínima competencia sobre cuestiones de sexo y derivadas para la mujer, abogando por el amor libre e igualitario sin cortapisas ni leyes ni reglamentos de ninguna índole, y persiguiendo al tiempo no a las prostitutas sino a sus chantajistas y a los propios hombres, clientes, y medios de comunicación que contribuyen a la existencia de ese aberrante y terrorista negocio? Que se castigue, detenga y haga pública su culpabilidad al cliente, no a la víctima.

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COLABORACIONES

JUAN MAYORGA. El buen vecino

Hombre bajo- ¿Puedo sentarme con usted?
Hombre alto- Precisamente estaba a punto de pedir la cuenta.
Bajo- ¿No me reconoce? No me ha reconocido.
Alto- ¿?
Bajo- Nos vemos todos los días.
Alto- ¿¿??
Bajo- Cada mañana, en la escalera. Yo salgo cuando usted regresa.
Alto- Ah, sí. Sí.
Bajo- “Bueenoos diíaas”. ¿Reconoce mi voz?
Alto- Sí, ahora sí.
Bajo- Aunque no suena igual a estas horas, y en domingo, que a las seis de la mañana un día de trabajo.
Alto- Perdone que no lo haya reconocido.
Bajo- No hay nada que perdonar, es comprensible. Con su permiso, voy a tomar asiento. Es comprensible. Vuelve usted hecho una sombra y otra sombra se le cruza en la escalera. “Bueenoos diíaas”, oye que le dicen, y usted contesta, “Bueenoos diíaas”, pero no es más que eso, el cruce de dos sombras en una escalera.
Alto- Es verdad.
Bajo- Tiene que ser duro. Trabajar de noche, me refiero. Como tener la vida cabeza abajo, ¿no?
Alto- Me va a perdonar, pero tengo un poco de prisa.
Bajo- Acabo de pedir esta botella, y dos copas. Me gustaría compartirla con usted.
Alto- Lo siento, no bebo.
Bajo- Tengo algo que celebrar y había pensado que querría acompañarme.
Alto- Me están esperando.
Bajo- Sólo una copa, hombre.
Alto- Ya le he dicho que no bebo.
Bajo- ¿No va a tener ni un ratito para mí? Sólo diez minutos. Tengo algo que celebrar y no quiero hacerlo solo.
Alto- Diez minutos, está bien. Si tiene algo que celebrar, no puedo negarme.
Bajo- Cosecha del noventa y ocho. No me tome por un conocedor. Sólo es que me he informado para la ocasión. Me he preparado.
Alto- Y dice que le ha pasado algo bueno. Algo que merece celebrarse. Qué suerte.
Bajo- ¿No es formidable? Dos sombras se cruzan cada mañana en la escalera y, durante meses, no intercambian más que saludos mecánicos. “Bueenoos diíaas”; “Bueenoos diías”. De pronto, esas dos sombras comparten mesa, cara a cara, en una celebración.
Alto- ¿Durante meses? ¿Nos conocemos desde hace meses?
Bajo- No tengo queja, usted siempre ha sido amable conmigo, su saludo nunca me ha faltado, y no crea que puedo decir lo mismo de todos nuestros vecinos. Pero hasta hoy, no éramos más que dos sombras que se dicen “Buenos días” antes de volver a alejarse. Sin embargo, ahora estamos aquí, cara a cara, celebrando como si nos conociésemos de toda la vida.
Alto- Pero todavía no me ha dicho qué estamos celebrando.
Bajo- ¿No se lo he dicho? ¿No paro de hablar y todavía no le he dicho...?
Alto- Todavía no.
Bajo- Me resulta curioso estar aquí, con usted, pero dentro del bar. ¿Sabe a qué me refiero? Cada domingo, después de arreglar la cocina, salgo a dar una vuelta. Siempre lo veo a usted aquí, en esta mesa. Lo veo desde allí, desde la calle, desde el otro lado del cristal. Lo habré visto cien veces sentado en esta mesa. Usted, ¿no había reparado en mí?
Alto- No.
Bajo- No se lo reprocho. No suelo hacerme notar. Seguro que en la casa nunca habrá oído hablar de mí. No soy de esos vecinos que dan que hablar. Eso sí, tengo a gala ser un buen vecino. Cualquiera que llame a mi puerta sabe que yo siempre...
Alto- No me gustaría irme sin saber qué he estado celebrando.
Bajo- La ley tres siete cinco cuatro.
Alto- ¿?
Bajo- ¿No la conoce?
Alto- ¿Ha dicho “ley tres cinco siete cuatro”?
Bajo- Tres siete cinco cuatro. La llaman “Ley de extranjería”. Es así como la llama la gente.
Alto- No me había dado cuenta de que usted...
Bajo- No lo soy. No soy extranjero.
Alto- ¿Entonces?
Bajo- Usted sí lo es. Extranjero.
Alto- ¿Yo?
Bajo- No sé mucho de usted, pero eso sí lo sé, lo fundamental.
Alto- Ahora sí me va a disculpar. No quiero que se me haga tarde.
Bajo- No se levante, se lo ruego. Se lo ruego, siéntese. Gracias. Escúcheme, no tengo nada contra los extranjeros. Nada, vengan de donde vengan. No sé por qué ha venido usted a este país. ¿Trabajo? ¿Política? ¿Una mujer? Cualquiera de esas razones me parece buena. En cuanto a esa ley, yo no la redacté. Pero, tan pronto como oí hablar de ella, supe que iba a cambiar mi vida. No se me ocurrió de buenas a primeras, fui madurándolo poco a poco, y hasta hoy no me he decidido a poner en práctica mi idea. Pero le repito que no tengo nada contra ustedes. Tampoco es nada personal, simplemente he pensado que debía concentrarme en un solo caso, y el suyo es el que conozco mejor.
Alto- No sé si le estoy entendiendo bien, me parece que no, pero tengo que advertirle algo: no soy extranjero.
Bajo- ¿No?
Alto- Claro que no. ¿Qué le ha hecho pensar que lo soy? ¿Sólo porque trabajo de noche? Mucha gente trabaja de noche.
Bajo- ¿No es extranjero?
Alto- Desde luego que no. ¿Parezco extranjero?
Bajo- No, no parece extranjero.
Alto- No tengo nada contra ellos, siempre y cuando no vengan a crear problemas. He conocido gente estupenda de todos los colores. Gente que no viene a darte lecciones sobre cómo vivir en tu propio país. Por desgracia, parece que abundan más los que...
Bajo- No siga, es suficiente. ¡Aplausos! Le felicito. Su acento es mejor que el mío, y su modo de usar mi idioma. Y también el cuerpo, su modo de moverse... Qué disciplina. Admiro a la gente con autocontrol. No tema, no ha cometido ningún error, yo no habría sospechado, sólo fue una corazonada. Hice algunas indagaciones, cualquiera puede hacerlas, basta tener un poco de tiempo, y yo lo tengo. Mi corazonada se confirmó: no tiene usted papeles. Es un “sin papeles”.
Alto- Eso es falso.
Bajo- Muéstremelos. Sus papeles.
Alto- ¿Que le muestre...? ¿Quién se cree que es? Ya le he aguantado bastante.
Bajo- ¿Qué va a hacer? ¿Ponerse a chillar delante de toda esta gente? ¿Llamar a la policía? ¿Por qué no la llama? Relájese, hombre. No le he llamado “hijodeputa”. Sólo he dicho que es un extranjero sin permiso de residencia. Nada grave, salvo que, en aplicación de la ley tres siete cinco cuatro, usted podría ser devuelto inmediatamente a su país de origen. ¿O es la ley tres cuatro siete cinco?
Alto- ¿Está borracho?
Bajo- Todavía no he bebido una gota. No me gusta beber solo. No vuelva a levantarse sin mi permiso, por favor, no me obligue a hacer lo que no quiero hacer. Estoy intentando ser amable. No es nada personal, ya se lo he dicho. Yo no redacté esa ley, pero ella ha cambiado nuestra relación. Dos sombras se cruzan cada mañana en la escalera hasta que un día...
Alto- Es una broma.
Bajo- No me sobrevalore, yo no sé bromear. No es una broma. Como se dice vulgarmente... Si yo fuese alguien vulgar, se lo diría así: “Lo tengo por los huevos”.
Alto- Está realmente borracho.
Bajo- No me enfade, ¿no ve que estoy intentando ser respetuoso con usted? Podría insultarlo. Podría ponerlo de rodillas...
Alto- ¿Qué quiere de mí? Suéltelo ya. ¿Dinero?
Bajo- ¿Dinero?
Alto- ¿Qué es lo que quiere?
Bajo- Poca cosa.
Alto- ¿Qué?
Bajo- No lo sé todavía. En serio, todavía no lo sé. Por ahora, sólo que beba una copa conmigo. Será bastante por hoy. Mañana, quién sabe. Algo se me ocurrirá. Pero esté seguro de que nunca le pediré nada vergonzoso. Y, por supuesto, nada relacionado con el sexo. Usted ha tenido suerte conmigo. No voy a obligarle a trabajar para mí, ni a cometer ninguna fechoría, no voy a ponerle la mano encima. Un día le pediré un rato de conversación; otro, que me acompañe a dar una vuelta. Nada feo, nada humillante. Que me lea un poema, que me cuente un chiste... Nada humillante. A veces le pediré algo incómodo o desagradable, pero no con ánimo de ofenderlo, sino para comprobar su disponibilidad. Eso es, en definitiva, lo que me importa: estar seguro de su disponibilidad. Algunos días dejaré que se olvide de mí, pero siempre reapareceré. Entonces le pediré que recite una oración o que me cante un canto de su tierra, no por molestarle, sino para recordarle la naturaleza de nuestro vínculo. Para humillarlo, nunca. Por otro lado, quizá usted consiga sus papeles algún día. Entretanto, vivamos. Mañana, a la misma hora que de costumbre, nos cruzaremos en la escalera y nos desearemos buenos días. Quiero que esté usted allí, no intente escapar, voy a estar vigilándolo. Y nunca intente nada contra mí, lo tengo todo dispuesto para esa eventualidad, soy un hombre detallista. No le pediré nada humillante, ya lo verá. Empezaremos ahora mismo. Empezaremos por compartir esta botella. Permítame que haga un brindis. Por usted. Por su vida en este viejo país.

Pausa. El hombre alto bebe.

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ROSA REGÁS. La patria.

La mayoría de los ciudadanos que vivimos más o menos pendientes de la política, estamos profundamente decepcionados de nuestros líderes, no sólo como ideólogos o gestores, sino también como mentes incapaces de llegar a un acuerdo para presentar una voz única ante los problemas que se le van planteando al país. Ellos sin embargo, los políticos, sobre todo los de derechas, no parecen haberse dado cuenta y siguen con su discurso cargado de insultos y violencia como si sólo ellos fueran la representación única y con pleno derecho, del pueblo español, lo cual resulta todavía más incomprensible y bochornoso que la propia incapacidad de llegar a acuerdos y consensos.
Ya se va definiendo y afianzando nuestro modelo de hacer política que consiste en el “yo primero aunque sea a costa de cargármelo todo”, como ocurre con los líderes de las instituciones ciudadanas, Ayuntamientos y Diputaciones, y en el hacer de los representantes políticos en los Parlamentos comunitarios y en el Parlamento de la nación, y por supuesto en los medios que los apoyan a sangre y cuchillo. Un modelo siniestro y agobiante, que deja al margen a la ciudadanía hasta el punto que acaba confundiéndose con una estrategia pensada y elaborada precisamente para que el pueblo no participe ni opine, sino que harto de tan penoso y mediocre espectáculo, se dedique únicamente a votar una vez cada cuatro años que es lo único que les hace falta a esos vocingleros para legalizar sus ansias de poder, aunque cada día sean menos los que votan y más los que votan descorazonados. A ellos, esos políticos codiciosos, ¿qué más les da? Con ganar aunque sea con el 20% de los votos o incluso el 10% ya les basta, porque el juego político se ha reducido drásticamente a eso, a ganar al precio que sea, como el juego económico, financiero y comercial (público o privado) se ha reducido a obtener beneficio al precio que sea.
Y si la política es esto, si ningún líder quiere unirse a los demás por el infantil terror a que no se vea qué es lo que exige, engullido en una pancarta unitaria que reivindica el bien común por leve, por mísero, por humilde que sea, ¿de que sirve luchar por otro tipo de país que habría de tener la misma estructura neoliberal que tanto gusta a todo el espectro político desde el centro a la derecha y a su coro de intelectuales -que son los que acaban detentando el poder como bien sabemos- si habría de estar forzosamente en manos de quienes hoy mismo no tienen más pensamiento que ganar las elecciones, cargados de orgullo por lo propio y desprecio por lo ajeno e incapaces de dialogar y pactar al menos para que en cualquier demanda o denuncia estén representados no sólo sus secuaces sino todos los ciudadanos del país?
Y así es la oposición. ¿Qué cómo se comporta la oposición? Pues lo mismo. A la oposición, tanto si es nacional como comunitaria (aunque ésta siempre en menor medida) le da igual todo lo que no pueda convertir en ataque, por irracional que sea su protesta, por sinsentido que tenga lo que exige. Como si lo único que le importara fuera la muerte, a poder ser con dolor, de quienes han osado ocupar un puesto, el de gobernantes, que les pertenece a ellos por derecho propio, por la gracia de Dios, como ha ocurrido a lo largo de toda la Historia de España, salvo breves y contadas excepciones.
No es éste el país con el que soñábamos cuando teníamos la bota del dictador sobre nuestra conciencia, sobre nuestra vida. Nunca hubiéramos querido ver el espectáculo que dan los unos y los otros, decididos a morir antes que unirse y luchar por el bien de los ciudadanos y mentir de la forma más soez que se ha conocido en el espacio público. Pero así es nuestra patria, así somos todos puesto que también los políticos han salido del pueblo. Y aún así aquí estamos, dispuestos a seguir para que cambie la mediocridad de nuestro panorama político, aunque lo que podamos hacer frente al poder político esté cada día más cerca de la nada. Porque, como dice el poeta, “aunque anhelamos huir a climas más benévolos, nunca seguiremos nuestro sueño, y nos quedaremos aquí hasta la muerte. Porqué también nosotros somos cobardes y salvajes. Y amamos con desesperado dolor esta pobre, sucia, triste y desgraciada patria”.
CARLOS MARTÍ. De las ideas y la muerte.

Escritor. Ex presidente de la UNEAC, Unión de Escritores y Artistas de Cuba.

El prejuicio contra los intelectuales es más viejo que Matusalén, si no que alguien lance la primera piedra y romperá su techo de vidrio. Lo que ocurre hoy es que ya no se trata de un gesto de desprecio o de simplona burla: es toda una campaña contra el pensamiento.

Al mismísimo Sancho Panza le fue dado el querer ridiculizar la fantasía desbordante de su Caballero, pero nunca hubiera imaginado que en su mediocre Insula de Barataria, se pudiera armar un inmenso fantasma capaz de vapulear al Andante. A fin de cuentas temía una respuesta genial y abrumadora: mil veces más humillante.

Ahora pareciera que los dueñitos de los escalofriantes medios de difusión quieren tomar ventaja y mucho arriesgan, porque la andanada vitriólica y lapidaria, ya ae sabe que pertenece a las ideas.

Trastocar palabras, demonizar la verdad, enhebrar manipulaciones y enredos torvos y armar la mentira contra toda la virtud, el honor o la simple pero necesaria esperanza, son los oscuros reinos donde habitan estas modernas y pestilentes ratas.

Pero ¡Cuidad! ese discursillo atractivo como la peor novelita del mercado, porque una voz, sólo una, que pueda responder a una, sólo una de las muchas preguntas que los humanos nos hacemos en estos momentos decadentes, puede desmontar y ridiculizar esa oscura maniobra dela Ciudad donde habita el pequeño hermanastro fantasmal y ridículo, que es la ignorancia; con o sin peluca, sea flaca o vieja, o quizás graduada en la torpeza de su universitaria incapacidad.

Siga la muerte su fúnebre discurso, porque las ideas no son mancas.
MANUEL GARCÍA VIÑÓ

Meditaciones trascendentales
3.- AQUEL IRAK Y ÉSTE

--Sadam Hussein era un canalla.
--Pero el país que presidía, Irak, era el país más civilizado de Oriente Medio y Próximo, y único constitucionalmente laicista.
--Poseía las mejores infraestructuras, los mejores hospitales, las mejores universidades, etc.
--Jóvenes de todo el mundo árabe iban a estudiar a Irak.
--A Irak, que albergaba también en su capital, Bagdad, dos museos arqueológicos entre los mejores del mundo, si no los mejores.
--Irak, también, era, casualmente, uno de los principales productores de petróleo.
--Quizá por eso, al Imperio y sus secuaces se les ocurrió que lo que Irak necesitaba era ser civilizado y, sobre todo, democratizado al estilo occidental..
--El Imperio y sus secuaces restringen la libertad, vulneran los derechos humanos y no se preocupan más que por sí mismos. Pero, altruista y generosamente, desean lo mejor para los demás.
--Y allá fueron, dispuestos a hacer felices a los irakíes. Y ello con la idea de que, si no querían ser felices por las buenas, ellos harían que lo fueran a la fuerza, que es la mejor forma de hacer un favor.
--Hombres fuera de serie, como ha habido pocos en la historia –George W. Bush, Tony Blair y José María Aznar o Ansar—planearon la operación de la liberación de Irak, seguros de que, para ello, les bastarían dos semanas, a partir del glorioso momento en que serían recibidos por el pueblo irakí, con dos dedos levantados, formando el signo de la victoria de los buenos.

--Es cosa sabida que los cálculos, a veces, fallan.
--No han pasado quince días, sino siete años, y aún no ha concluido la tan bien planeada operación de mejora de la vida de los irakíes y de su país.
--El bellísimo y civilizado Irak es hoy una escombrera gigantesca, varios millones de sus habitantes han muerto, su petróleo está siendo sustraído por compañías norteamericanas…, pero tiene un presidente democráticamente elegido por los Estados Unidos. Y los dos más importantes museos arqueológicos del mundo, simplemente, no existen… (Recientemente, se ha sabido que los heroicos soldados yankis llevaban listas con las piezas que preferentemente tenían que sustraer, para llevarlas a donde tenían que estar: las casas de subastas de Nueva York.)
--Curiosamente –hay quienes resisten bien—los tres prohombres mencionados, y otros más que les secundaron, siguen pasando por campeones de la democracia.
--Que nadie se extrañe. Por los mismos hechos, a unos se les castiga y a otros se les premia. Siempre ha sido así, en el mejor de los mundos posibles.
Próximo número: Medios de comunicación y soledad informativa

La Linterna del S. XXI