viernes, 25 de febrero de 2011

Número 14

23 F. INTELECTUALES, POLÍTICOS Y LA DICTADURA QUE NUNCA ACABA DE

MORIR.


Actos, declaraciones sumariales, transcripción de comunicaciones, informes policiales, escuchas telefónicas, pactos entre militares, políticos, el Rey, todo es secreto. 30, 50 años han de transcurrir hasta que se haga público lo que no haya sido borrado desde el principio. Privilegio de la democracia. El pueblo no debe saber. Se le deja votar cada cuatro años, ¿qué más quiere?


En lo que se llama dictaduras, tras su su triunfo, no existen estos remilgos. De aperitivo cientos de miles de presos, de torturados, de fusilados. No se necesita dar explicaciones. Se cuenta con jueces, periodistas, intelectuales obedientes. Los mismos que ahora chillan y actúan a su arbitrio. Gentes del nuevo orden. ¿Guardar papeles para el futuro que expliquen lo ocurrido? Para ellos el futuro no existe: ya buscarán dejarlo atado y bien atado.


Porque ahora nos encontramos en democracia, no en dictadura. Y como se dice con elegancia, solo que en francés: "toda va bien, señora la Marquesa". Y todos conocen las virtudes de la democracia: silencio, silencio y silencio. Y desinformación. (Por ejemplo, nadie habla de las reuniones de dirigentes comunistas aquel día, las llamadas al Rey desde el primer momento para saber que papel jugaba en aquella historia, las conversaciones en el Palace con Laína, la distribución de periódicos del País cuando desde su sede demandaran la ayuda de militantes comunistas para hacerlo, etc). El pueblo no necesita saber, conocer nada. Lo suyo es callar y obedecer en la dictadura de los militares o de los grandes oligarcas. Obispos, reyes, banqueros, lacayos mediáticos: suya es la palabra. (Lo siento, León Felipe, ya vivimos otros tiempos. Aunque vendrán nuevos, que serán peores). La palabra, y los medios en que la palabra se maltrata y sirve con la ayuda inimaginable de la imagen para embaucar, embrutecer y domesticar a las mayorías. Cuentan para ello con múltiples colaboradores. Algunos, ilusos o estómagos agradecidos, se autoproclaman de izquierdas. El día que surjan dudas, enfrentamientos, necesiten todo el poder, será otra cosa.


Ah, si, 23 F. Golpe militar. Un golpe de la autoridad militar, por supuesto. El baño de sangre no sería sino la cirujía necesaria para salvar a una sociedad "enferma". Falló el golpe. De triunfar,tal vez, habría provocado resacas como la pasada. El 36. Cosas que pasan en la historia. ¿Se acuerdan? No mucho, la verdad, ya no interesa hablar de eso. ¿Para qué la memoria histórica? Y además, hoy no existen organizaciones como las de entonces, tan nefastas. Hoy son más dóciles afortunadamente. Se dejan explotar sin tantos remilgos. Y en cuanto a sus consecuencias, digo, las de intentarlo, no se preocupen., Como se demostró entonces. Del Rey abajo, todos impolutos Respetemos incluso a los golpistas declarados, que no nos mataron. Puede existir algo más grotesco o sarcástico que el pacto del capó?. Todos merecen nuestro respeto. Fueron algunos de los golpistas juzgados. La ley. Cárcel de lujo para los menos y por poco tiempo. Y ahora en esta gloriosa efemérides ahí los tenemos , no a los que se han muerto, naturalmente. Hablan. No se arrepienten. Todo sea por la Patria. Algunos, como aquel gran Tejero, toman el sol o se bañan en piscinas de lujo. A quienes pertenecen a la política del silencio, por tanto libres de toda culpa, se les dieron cargos. Ellos nada sabían naturalmente del golpe, solamente hablaban, como patriotas. Como, por citar a un citado, Múgica, defensor del pueblo. Y otros, juzgados o ni siquiera encausados, se fueron a sus casas, a pensar en lo que hicieron mal o quienes les fallaron a última hora.
¿Y los intelectuales? A seguir elucubrando cómo ocupan mayor espacio en los mercados y los medios de comunicación y a sonreir también. Los intelectuales siempre son para el poder un adorno necesario, mientras no muestren disidencias importantes. Porque, ¡ay de los disidentes, de quienes creen en el diálogo, y más si es con quienes piensan de modo distinto al nuestro, de quienes consideran la palabra libertad una exigencia por la que se ha de luchar con todos los medios posibles, de quienes creen en la crítica y la discrepancia, que ni libertad, ni diálogo, ni crítica son meras palabras sino ejercicios de la razón y de la inteligencia!. Por eso quedan cada vez menos intelectuales. Y a los disidentes, si no se los puede matar, encarcelar, siempre queda reducirlos al silencio y ahogarlos económicamente. Golpes duros, golpes blandos, tantos golpes da la vida...

martes, 15 de febrero de 2011

Número 13

INDICE

Europa: ¿un moderno Auschwitz sin cámara de gas?

Carta abierta al señor don juan carlos de borbón

Europa: ¿un moderno Auschwitz sin cámaras de gas?

Andrés Sorel

(Esta fábula, como toda fábula, parte de hechos reales. Auschwitz es algo tan…

No existen adjetivos, definiciones que puedan añadirse a ese nombre. Incluso quienes allí estuvieron y sobrevivieron, una minoría de los deportados, no pueden relatar su historia, juzgar. Prefieren que sean los otros, quienes se creen libres y sin culpa, los que lo hagan. Porque quién piensa y pronuncia ese nombre, se sabe ya condenado.)

Arbet mach frei. El trabajo hace libre.


La expresión situada sobre la puerta de entrada al campo de exterminio, sería traducida en su exacto significado por uno de los escasos sobrevivientes allí recluidos, el escritor Primo Levi, de la siguiente manera:


“El trabajo es humillación y sufrimiento y no nos corresponde a nosotros hacerlo, herrenvolk, pueblo de señores y de héroes –podría haber añadido y de escritores y artistas- sino a vosotros, enemigos del Tercer Reich. La libertad que os espera es la muerte.”


Hoy, el pueblo de señores, de héroes y artistas que vuelve a dominar Europa, es el de los banqueros, especuladores, grandes industriales y sus lager son los mercados.


Los Krupp, Daw, Siemens, L.G.Faber, Wagner, Richter, Thyssen, que exprimían hasta la muerte a millones de presos, se lucraban con el uso del gas Zyklon B, la construcción de hornos crematorios, las joyas y dineros o el pelo y la piel arrebatados a los cadáveres antes de incinerarlos. Sus herederos, más científicos, eso si, continúan la obra de los grandes esclavistas de pasados siglos, que ellos nunca mueren ni son derrotados: renacen bajo nuevas formas y se adaptan al obligado desarrollo de las eternas explotaciones humanas. Al seguir dominando los mercados imponen sus reglas a los gobiernos sobre los que imperan para incrementar sus beneficios. Para ejecutar sus leyes se valen de personajes como Angela Merkel, Sarkozy, Cameron, Trichet. De fondo, vigilantes, en la cúspide del poder, los señores de Wal Street. Todos los educados y demócratas asesinos han sido formados, como el conjunto de sus pueblos en la idea del servicio a la Heimat. ¡Y ay del que ose decir: malditas Patrias! Como argumentaba en el diario Público el filósofo Franco Berardi: la barbarie es el nuevo orden social europeo. Y aplicado a uno de los nuevos impulsores de la barbarie, Berlusconi añadía: Dos procesos de barbarización se suman a la situación italiana. Por un lado un grupo de criminales notorios, los fascistas mafiosos y racistas están desmontando la estructura institucional y moral del país. Y por otro, hay una aplicación sistemática de las directrices neoliberales y monetaristas de la Unión Europea.


Los nuevos “bárbaros criminales” no gustan de uniformes, gestos agrios, desfiles y músicas marciales: son de buenos modales, elegantes, formados en Universidades, obedientes como aquellos lejanos y malditos Höss. Lo importante es ser eficientes en el trabajo que realizan. Las consecuencias así no serán efecto de su voluntad: siempre se cumplen órdenes: de Hitler, de Franco, del mercado. ¿Qué se hacía en no tan lejanos tiempos en nombre de Dios? Por eso es preciso endurecer las leyes que regulan el trabajo, terminar con mitos como el del estado del bienestar. Producción y beneficios, nada de educación, cultura, sanidad. Exprimir a todos los trabajadores, ya no son esclavos, tienen televisiones para uniformar sus pensamientos, regular su cultura del tiempo libre, se les deja participar en la democracia espectáculo, votan, eligen a sus kapos, y habitan en las celdas de los modernos blocks que disponen de un lujo inusual para los esclavos, presos o asalariados de cercanos tiempos. Es el progreso: ni campos de concentración, ni cámaras de gas, ni hornos crematorios, ni castigos (salvo para los rebeldes) Solo ejércitos disciplinados que obedecen ciegamente las reglas de los vorarbeiter –capataces, encargados, maestros de obras, responsables- nuevos kommandoführer que pueden haberse doctorado en Harward, Oxford, La Sorbona, trabajadores carentes de pensamientos propios, súbditos fieles cada vez más acosados pero a los que no dejan de suministrarse sofisticadas drogas –tv- para su entretenimiento.


Algo intuía ya Primo Levi en 1959 cuando escribía: Somos hijos de aquella Europa en que está Auschwitz. En quince años las técnicas de la destrucción y de la propaganda han progresado: destruir un millón de vidas pulsando un botón resulta más fácil hoy que ayer, pervertir la memoria, la conciencia y el juicio de doscientos millones de personas es más fácil de año en año.


A cincuenta años de aquellas palabras, ¿qué botones pulsan en esta nueva década los bancos, los especuladores de las bolsas para que se destruyan millones de vidas humanas en el mundo entero? Que día a día mueren, no por gas, por hambre o enfermedades no atendidas, miles y miles de niños, hombres y mujeres, en los pueblos de lo que se llama Tercer Mundo y los éxodos y las miserias cada vez ocupan más bolsas de pobreza en los países del denominado primero. ¿Qué botones pulsan las televisiones para pervertir a los ciudadanos “libres”?


Toda dictadura, tenga el color político que tenga, pero impositora de un sistema económico similar, se sabe como comienza, no como termina. Recordemos las palabras de Hermann Langlain, prisionero en Auschwitz y autor del libro El ser humano en Auschwitz: El totalitarismo era un camino en el que, en cada paso que se daba, era más difícil volver atrás, y que a la postre condujo a Auschwitz… La lección de Auschwitz es que ya el primer paso, el adecuarse a un tipo de sociedad que pudiera dominar a los hombres de una manera total, es el más peligroso.


Claro que para todos aquellos “durmientes” adoradores del mercado no se debe hablar de estas cosas. Bien conocen semejante situación aquella minoría escapada al terror y la muerte de los lager que observaron como nadie quería escucharlos ni creía sus “historias”. Ni que decir tiene que el ejército de funcionarios o de las minorías que administran los grandes negocios, nunca querrán escuchar hablar de estas nuevas y silenciadas víctimas. Son los negacionistas del presente. Al fin para eso se crearon las Uniones Europeas, para que los trabajadores dejen de hablar de las luchas de clases. El Orden Nuevo no murió en 1945: se renueva con nuevas formas pero idénticos intereses. El rótulo que presidía la entrada a Buchenwald: A cada cual lo suyo, se actualiza en la Europa de 2011. Es la ley de leyes. Cuando se construyeron los campos de concentración nazis el exterminio no había comenzado. Tampoco hoy sabemos a donde nos conduce esta situación económica a la que se someten ciudadanos y gobiernos. Se necesita derribar modernos guetos, pasivas resistencias, y despertar luchas encarnizadas, apoyar auténticas organizaciones de resistencia. Otra vez gritos de combate como los que alentaron las luchas contra los fascismos.


Que Auschwitz no sea una pesadilla que envenena nuestra razón solo depende de nosotros.

Carta abierta al señor Juan Carlos de Borbón

hacedor de “marqueses”

Estimado señor :

La única legitimidad que tiene usted es la de haber sido designado heredero y rey por un dictador despiadado, que desangró España durante 35 años, y condenó miles de ciudadanos al exilio.

Usted no ha sido elegido en ningún voto por el pueblo español, y mientras no haya una consulta democrática al respecto, le consideraré como ilegítimo.

Usted, además de ser jefe del Ejército, no se queda alejado de los asuntos políticos. Varias declaraciones suyas han respaldado la política neoliberal, entre otras cosas.

Pero usted se calla cuando se trata de buscar a los desaparecidos republicanos de la guerra, de la posguerra, de la dictadura franquista, decenas y decenas de miles de personas... ¿Acaso no son españoles ? Usted se calla sobre el asunto de los miles de niños robados por los franquistas a sus madres republicanas, esos “desaparecidos en vida”. ¿Qué hace para devolverles su verdadera identidad ?

Usted se jacta de caridad cristiana, pero se porta de manera contraria a los preceptos evangélicos : nunca se le ha oido condenar a Franco y a la dictadura, que con usted, lo dejaron todo “atado y bien atado”.

En el momento en que cada vez más españoles aspiran a una república moderna, social, federal, que supere el arcaismo monárquico, usted concede títulos nobiliarios a sus amigotes, títulos hereditarios por si fuera poco. (B.O. 04/02/2011) ¡Cállese, por favor ! ¡Usted, sí que tiene de que callar !

Aunque sea constitucional (Art. 62), esa “marquesmanía” es una burla y una afrenta a la democracia. Una constitución que permite esos privilegios merece ser desempolvada y renovada. No se trata aquí de poner en tela de juicio los méritos de Vargas Llosa, Vicente del Bosque, etc., sino de combatir una excepción feudal. “Marqués de Vargas Llosa”, es para morirse de risa, o de vergüenza.

Pero, confieso además que a este converso le sienta muy bien, dado su vuelco ideológico desde hace años, y su defensa del conservadurismo político y del capitalismo más desenfrenado.

Usted es digno heredero de los antiguos monarcas, que al igual que un Carlos V, o un Felipe IV, crea su red clientelar a base de encumbramiento aristocrático. Esos ya no son ideales en nuestras sociedades europeas, huelen a rancias costumbres. Ya se acabó la época del “ideal rentista” español del siglo XVII.

Frente a tales disparates, somos muchos los que coreamos :¡Viva la República ! Es el régimen legal de España, votado por el pueblo en 1931, y confiscado desde entonces por Franco y usted.

Atentamente,

Jean Ortiz, profesor en la universidad de Pau,

hijo de combatiente republicano y de guerrillero.



La Linterna del S. XXI