miércoles, 14 de diciembre de 2011

Número 27

REFLEXIONES Y CITAS DE UN "TERRORISTA" INTELECTUAL


INDICE


El miedo. Diderot. La violencia. Hannah Arendt. Individuo conformista. Georges Beasoussan.


Sobre la crítica y la información de la cultura.


El guardia disuelve con su porra de goma a los huelguistas; el hijo del fabricante puede de vez en cuando tomar un whysky con el escritor progresista. Th.W. Adorno. 1947.


El miedo.

Ha sido el arma más utilizada desde que el ser humano ejerció el poder político. Decimos político y en él englobamos a los jerarcas religiosos, a todas las iglesias. Miedo a través de doctrinas irracionales o de amenazas reales, en las que las torturas, los asesinatos, son ejercidos por los sicarios de quienes ejercen el poder: sacerdotes, policías, ejércitos. El miedo que ahora el capitalismo, a través de sus banqueros y grandes industriales, lleva a los pueblos que creen vivir en democracia. Fue el arma que Goebbels empleó para lograr la ascensión, culto y sometimiento al nazismo del pueblo alemán. Tras la falsa sonrisa de Cospedal, los ademanes a lo Gracita Morales de Esperanza Aguirre, los gestos y figura machista de González Pons, se esconde también la política del miedo. Es el miedo que a escala superior a la de los subordinados españoles imponen sin tapujos en Europa los alemanes herederos de los jerarcas económicos nazis -utilizan en vez de campos de concentración a los llamados mercados- para someter o sojuzgar a las clases medias y a los trabajadores de los 27 países sobre los que legislan. Conocen la cobardía, provocada por la impotencia y la alienación de los desposeídos a los que además han arrebatado el sueño de las revoluciones. Vivir así se torna en nuestros días algo miserable. Nada existe peor que aceptar ser esclavo de los dictadores de cualquier índole y sus aparatos represivos.


Diderot.
" Escupimos sobre un pequeño bribón; pero no podemos negarle una especie de consideración a un gran criminal".El sobrino de Rameau.

La violencia.
Vivimos sometidos a la violencia blanca, la del feroz capitalismo y sus dóciles gobiernos, la de las policías y fuerzas represivas -para eso existen en última instancia los ejércitos, para mantener a los cuerpos de seguridad se gasta cada vez más dinero, se los dota con armamento perfeccionado y sofisticado día a día para que cumplan más eficazmente su función terrorista-. E incapaces de combatir su violencia con otra violencia aceptamos la opresión y la burocracia estatal, burocracia que es un crimen contra la libertad capaz de de conducir a la pasividad ante genocidios y explotaciones brutales sobre pueblos enteros. Sindicatos y partidos políticos que se autodenominan de izquierda aceptaron este orden neoliberal capitalista, renunciaron a su independencia, y se convirtieron en correa de transmisión de los poderes económicos y financieros renunciando a la violencia contestaria para responder a la violencia legal del poder, tan perfectamente organizada que ya cuenta con su silencio y docilidad.

Hannah Arendt.
"El peligro mortal para las civilizaciones no es ya a partir de ahora un peligro que vendría del exterior. [...] El peligro es que una civilización global, coordinada a escala universal, se ponga un día a producir bárbaros nacidos de su propio seno a fuerza de haber impuesto a millones de personas unas condiciones de vida que, a despecho de las apariencias, son las condiciones de vida de los salvajes".

Individuo conformista.
Acepta la inhumanidad consustancial a la actual humanidad, en cualquier tipo de relaciones. Su vida se reduce a rendir culto al dinero, lo tenga o le falte, al éxito, al poder, como únicos valores que ya reconoce. Nada existe fuera de él mismo. La educación que recibe, los medios de comunicación que le atosigan, han contribuido al asesinato del humanismo, a este culto al individualismo salvaje y asocial, al culto al más fuerte, astuto, no importa sea corrupto o criminal y detrás de esa lucha salvaje y amoral por la vida se confronta a los seres humanos para que nadie crea en nadie, hable de libertad o de igualdad, al fin cada uno consiente en ser verdugo, si así se le demanda, de los otros, a la manera de los tiburones financieros y bancarios. Así cuando George. F. Hegel escribe: "cuando miramos al hombre a los ojos, ahí nos cae encima la noche del mundo" podemos decir: mirad, humanos, a los ojos al burócrata, al político, al corredor de bolsa, al juez, al obispo. Y os sumiréis en la noche de lo inhumano.

Georges Beasoussan
"Hay que mostrar el estrecho margen que en nuestras sociedades separa la cotidianidad, la normalidad y el crimen. Y mostrar igualmente como unas sociedades desencantadas, que ubican en lo más alto de los valores la producción, la eficacia, rebajan de hecho al individuo al rango de medio". ¿Auschwitz por herencia?

Sobre la crítica y la información de la cultura
Escribió Adorno: "La crítica cultural se encuentra en el último peldaño de la dialéctica entre cultura y barbarie. [...] El espíritu crítico no podrá estar a la altura de hacer una crítica a la abierta reificación [...] mientras permanezca consigo mismo en autocomplaciente contemplación".
Esto fue ayer. Hoy el mercado es la barbarie. Y el espíritu crítico ha decidido someterse a la barbarie. Hoy información y crítica cultural son simplemente apoyo a la barbarie.
Barbarie. Desintegración humana. Los hornos crematorios no solo quemaron seres humanos: en ellos también ardieron la libertad y las ideas. Torturas continuadas y cada vez más brutales, perfeccionadas. Bombardeos de países que se justifican en una sola ley: la del más fuerte. Asesinatos a sangre fría. Leyes corrompidas al servicio de corruptos impunes y poderosos. La muerte como espectáculo. Impunidad para neonazis que desde los medios de comunicación predican la violencia xenófoba e imperialista. Ausencia de reflexión y crítica en las tribunas de opinión. Escriben premios Nóbeles o meros destrozapalabras, servidores de la estulticia y el poder bancario o eclesiástico. El teatro virtual en el que se escenifica la vida se llena de colores, pasivas muchedumbres que acuden a la representación de los frívolos espectáculos en los que el sexo, la muerte o la violencia envuelven la mercancía que envuelve a lo que denominan cultura. A las doce la fiesta. A la una el sacrificio. Día tras día. Estrujando el tiempo para que el vértigo de la actualidad impida detenerse a pensar en nada de cuanto ocurre. Todo y nada está ocurriendo, está pasando. Todo es un eslogan, como las frases publicitarias. Consume y olvida. Príncipes, banqueros, Papas, actores, alfombras rojas, pasarelas para políticos, escritores, cantantes, mujeres de profesión cuerpos, hombres de profesión maniquíes, fiestas aristocráticas o profesionales (el imperio de la moda unido al de los negocios), catástrofes nucleares, asesinatos masivos, tsunamis, escándalos, pronto tapados, económicos, judiciales, eclesiásticos, corrupciones de toda índole, estallidos de violencia racista, ininterrumpida y creciente explotación sexual, los jueces visten sus togas para la farsa, los militares prenden en sus trajes las medallas, los políticos blanquean sus dientes para la sonrisa, los obispos ajustan sus mitras, todos bien disfrazados para el ritual de la Ley que no es ley y del orden que no es sino desorden. Puñetas, birretes, smokin, mufetas, banalidad del mal, estulticia de la cultura. Y mientras. el crítico sueña que ejerce la crítica y la censura ya no necesita reconocerse, simplemente se ejercita. Bailan todos al compás de la farsa, salvo los heterodoxos silenciados o apenas consentidos por su inocuo alcance y mínima difusión, al son que les marcan los empresarios, políticos o profesionales, de la llamada justicia o cosa nostra religiosa. La mujer se viste para la gala, se desviste para el goce del que la ha comprado mientras se le conceden cuotas que llaman de igualdad. También el sindicalista cumple su papel remunerado de burócrata del llamado dinero como viene a decir García Calvo. Los empresarios trasladan sus billetes que no muestran huellas de sangre a paraísos fiscales, bendecidos por los que dogmatizan sobre sacrificios, ajustes. Y el ávido sistema político bancario los acoge en secreto entre sonrisas: están en lugar seguro, vivimos en el reino de jauja que se llama democracia. Mueren, dicen que en accidente, trabajadores del aire, el mar, y el subsuelo. Nadie del poder acudirá a sus entierros. Moquean comidos por piojos y ratas niños que nada tienen que comer. Los asesinos, de vez en cuando, se disfrazan para asistir al viejo esperpento de la caridad y montan el día de las víctimas con los despojos de sus monedas. El escritor firma ejemplares de sus libros en las ferias del mercado o chapoteando en la aséptica limpieza de las grandes superficies que todavía exhiben libros. Las cloacas de la cultura se comunican en el mundo entero mientras el exterminio de los lectores se extiende por las tierras que ellos no visitan aunque se encuentren a sus pies. El crítico asiente con la cabeza a quién le manda que refleje en su reseña las virtudes de quién ha sido elegido para situarse en la lista de obras más vendidas. El periodista chilla ante el micrófono o aporrea el ordenador para eliminar cualquier sombra del pensamiento que le llevara a considerar la posibilidad de disentir de lo correctamente establecido en su profesión u oficio. Vieja lección heredada del fascismo: todos somos burócratas al servicio de quién ordena el exterminio de la razón, la imposibilidad de la crítica. Todos, comunicadores o eclesiásticos: la mansedumbre, la obediencia, es el corazón del estado burocrático. La necedad, el acatamiento de la Ley, como siempre suprema, incuestionable y absoluta ya ha consumido los caminos de la razón. El zyklon B, gracias a la técnica y a los científicos, es cada vez más limpio, efectivo, no deja huella y no daña los cuerpos, solo los cerebros. Solo las mentes se convierten en humo. Los cuerpos pueden seguir exhibiéndose en las pasarelas por las que caminan los humanos en sus majestuosos y decorativos campos de concentración modernos. Nos encontramos en el siglo XXI. Y no es una redundancia aunque si una falaz mentira: continúa progresando el progreso. Y los críticos que cada vez saben menos leer pueden sin embargo referirse a Kafka a la hora de escribir sus inocuos textos de agrimensores literarios o culturales. Política. Cultura. Sentémonos todos ante el televisor, el ordenador. Y hablemos en el vacío de nuestras conciencias de lo que se ha de hablar. Nos pagan, poco o mucho, por ser fieles soldados del poderoso ejército de la burocracia.
Y dijo Adorno: "Toda la cultura después de Auschwitz, junto con la crítica contra ella, es basura [...] Quién defiende la conservación de la cultura, radicalmente culpable y gastada, se convierte en cómplice, quién la rehusa fomenta inmediatamente la barbarie que la cultura reveló ser".
Bienvenidos, queridos burócratas de la cultura al nuevo Estado de bienestar: Auschwitzdisneylandia.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Número 26.

20 DE NOVIEMBRE. VIVAN LAS "CAENAS"

INDICE
¿Capitalismo, fascismo?
No existen gobiernos. El capitalismo libre de oposición
Josep Fontana. Crisis y especulación financiera
Algunos datos.
La resistencia.
........................

20 de noviembre. Vivan las "caenas"



Walter Benjamín. "No se puede esperar nada mientras los destinos más terribles y oscuros, comentados a diario, incluso a cada hora, en los periódicos, analizados en sus causas y consecuencias aparentes, no ayuden a la gente a reconocer los oscuros poderes a los que su vida está sometida".



¿Capitalismo, fascismo?





No divaguemos perdiendo el tiempo en cuestiones escolásticas. Digamos simplemente: capitalismo fascista o fascismo capitalista. Y en España, en concreto, vieja iglesia inquisitorial y derecha neofranquista al poder.


En Europa el IV Reich no necesita ya, como en las dos anteriores guerras mundiales, recurrir a las armas. Hoy las armas son los bancos y el poder financiero, especulativo y terrorista.



¿Elecciones, democracia?



No creemos en ellas, condicionadas, tuteladas y manipuladas como están en la actualidad.



¿Resultados? ¿Dónde queda hoy la España de la rabia y de la idea machadiana? Sumisión, pasividad. Gran parte de las víctimas votan a sus verdugos. El voto del miedo, de los cobardes, o de los simples que temen perder lo "poco que les queda". He aquí el gran éxito de la cultura del dinero. Por comer una barra de pan y habitar una celda de castigo con televisión y ordenador en cualquier colmena contaminada de la pequeña o gran urbe, uno se resigan a ser esclavo. La lucha por la vida quema la libertad. ¿Pensar? Eso no importa ya a casi nadie. Y los que sacan algún escaño, uno o diez, qué más da, se aseguran un puesto en la burocracia que les garantiza consolidar el sistema de la explotación aunque ellos no salgan esquilmados. Un día, los sindicatos decidieron uncirse a las cadenas del patrón. Estos les garantizaron la soldada. Ellos juraron que nunca más hablarían de revolución. Hoy las cadenas son de plástico y vienen en technicolor y se anudan a las mentes y voluntades, no a los tobillos o muñecas. Las voces que arropan el "Estado de Derecho" han envenenado la crítica, la razón, la lucha por una sociedad distinta. Caminemos todos juntos, cantan, y yo el primero, por la senda constitucional: la que marcan los explotadores que se definen como mercados.



Concluyamos con una frase de Adorno:



"El nuevo mundo es un campo de concentración que, libre de toda contradicción, se considera el paraíso".



No existen gobierno. El capitalismo libre de oposición.



El desarrollo del capitalismo, desde el derrumbamiento de la Unión Soviética, libre ya de cualquier amenaza de freno a su expansión, y la denominada globalización acentuaron su carácter opresor, imperialista, no sólo político, sino también económico y social. El ejemplo americano impuesto como modelo y el mito de la libre empresa, acrecentaron las desigualdades y multiplicaron la pobreza y la miseria sobre las clases más pobres, y a partir de 2008, en el mundo desarrollado, sobre las clases medias.



Son las empresas y bancos quienes inciden con sus apoyos económicos en el nombramiento de los gobiernos. Ellas moldean los parlamentos y eligen en verdad los gobiernos con sus sistemas electorales, o sus imposiciones dictatoriales. Se agudizan las diferencias hasta extremos abismales entre poderosos y desposeídos. Mientras a éstos se les desmonta el llamado estado del bienestar aquellos sitúan sus riquezas en paraísos fiscales o invierten en inmuebles de París, Londres, Nueva York, valores seguros, y al tiempo imponen para ellos unos impuestos que les permite eludir gran parte de lo que habían de pagar. Fuera de ellos, todo es empobrecimiento, impotencia para escapar a los gravámenes que ellos mismos les marcan.



El progreso humano que anunciaba en 1992 Fukuyama gracias al derrumbe del comunismo y el triunfo del capitalismo neoliberal se ha transformado en la barbarie impuesta por el capitalismo sin oposición sobre el hombre y los pueblos. Nos queda la esperanza de que su voracidad aliente revueltas populares cada vez más extendidas y violentas -no conformistas políticas como las que llevan a cabo sindicatos y partidos que se denominan de oposición- contra este terrorista sistema





Crisis y especulación financiera. Josep Fontana



"El ataque a la deuda de los gobiernos europeos, que aceptaron estrangular el crecimiento de sus países con una estéril política de austeridad. De ese modo culminó la más inesperada de las victorias de la guerra fría: la imposición de las reglas más duras del "sistema de libre empresa" a una Europa que hasta entonces se había resistido a abandonar por completo unas pautas de política social que garantizaban un mínimo del cohesión y un cierto grado de igualdad. El modelo construido en Europa como fruto de siglo y medio de luchas sociales podía ser definitivamente destruido. Algo que no había conseguido ni siquiera el fascismo (...) El capitalismo realmente existente nos amenaza con el inicio de una nueva época de regresión y oscurantismo".



Algunos datos entresacados del libro de Fontana
1500 millones de personas viven en países afectados por ciclos repetidos de violencia política o criminal. (2011. World Developpment Report)
10´55 millones de fugitivos por causas de las guerras actuales. (ACNUR).



EEUU vendió en 2008 armas a otros países por un importe de 37.800 millones de dólares, el 80% a países en vías de desarrollo.



Actualmente existen en el mundo según la OIT 12´3 millones de esclavos. Y según UNICEF, 1.800.000 niños se dedican cada año al tráfico del comercio sexual.



En EEUU un total de 17 millones de niños, el 22´5 del total de la población infantil, viven en lugares que no tienen asegurada la alimentación. (Departamento de agricultura de EE.UU)



La resistencia



Había que escribir, impulsar, cada uno en la medida de sus fuerzas, y las redes sociales son un vehículo de momento posible, ante la putridez de los medios de comunicación, salvo contadas excepciones, lo que Fontana expresa como esperanza: "La resistencia de unas capas populares que no se resignan al futuro de indefensión y pobreza a que las condena el nuevo orden triunfante, y expresan sus protestas al margen de los canales tradicionales (partidos, sindicatos, iglesias...) a los que acusan de haberse vendido o, cuando menos, de haberse dejado neutralizar (...) A diferencia de lo que sucedió en 1968, el sistema es ahora incapaz de integrar a los jóvenes ofreciéndoles unas compesaciones adecuadas. Como los trabajadores de 1848, los jóvenes de esta nueva revuelta tienen muy poco que perder y un mundo que ganar. El futuro está en sus manos". (Citas del libro de Josep Fontana, noviembre de 2011, Por el bien del imperio. Una historia del mundo desde 1945)




domingo, 16 de octubre de 2011

TRAS EL OBLIGADO SILENCIO

Cuando desperté, la herencia de Monterros0 seguía allí.


He estado veinte días fuera de circulación. De ahí el silencio de este periódico. Fue el cuerpo quién se rebeló convirtiéndome en un Gregorio Samsa cualquiera sometido a la dictadura hospitalaria. Cuando pude reincorporarme a la vida cotidiana y al quehacer literario, comprobé que los dinosaurios seguían allí. Los dinosaurios de la política y los negocios, que a través de los medios de comunicación nos invaden a todas horas. Por ejemplo: Esperanza Aguirre, María Dolores de Cospedal, González Pons, Javier Arenas.


Intentaremos sobrevivir.


Elecciones. 20 de noviembre.


Llevan meses y meses los medios de comunicación informando, entre la euforia y la amenaza, de los resultados de distintas encuestas electorales realizadas de cara a las próximas elecciones generales. No hablan de victoria del PP, sino de aplastante triunfo. Se retrotraen a los tiempos del más crecido triunfo del dictador Aznar. La mayor parte de los medios convinan las encuestas con informaciones y opiniones volcadas en su apoyo al partido que se define neoliberal. Ya sabemos lo que esto significa.

El lenguaje que utiliza es el auténtico programa del PP. Lenguja herencia del utilizado por los nazis para la ascensión de Hitler al poder. El filólogo Víctor Klemperer fue quién mejor estudió y definió aquellos años de ascensión del partido nazi con el apoyo masivo del pueblo alemán al poder absoluto. Reproducimos uno de sus análisis:

"el nazismo se introduce en la carne y en la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones, de formas sintácticas que imponía repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente (...)Las palabras pueden actuar como dosis ínfimas de arsénico: uno las traga sin darse cuenta, parecen no surtir efecto alguno, y al cabo de un tiempo se produce el efecto tóxico".


ESPAÑA. NOCHE DEL 20 DE NOVIEMBRE.


Fragmento del poema "Es lástima que fuera mi tierra", de Desolación de la Quimera, año 1962-LUIS CERNUDA.


Un pueblo sin razón, adoctrinado desde antiguo

En creer que la razón de soberbia adolece

Y ante el cual se grita impune:

Muera la inteligencia, predestinado estaba

A acabar adorando las cadenas

Y que ese culto obsceno le trajese

Adonde hoy le vemos: en cadenas,

Sin alegría, libertad ni pensamiento

viernes, 2 de septiembre de 2011

ALGARADAS

lunes 4 de septiembre de 2011


SUMARIO.



1. Lenguaje


2. Enseñanza. Esperanza Aguirre. Acciones y solidaridad con los profesore.



1. Lenguaje.


Basta de palabras. Actos si no queremos que desaparezca definitivamente el significado de las palabras por quienes hoy usan y abusan de ellas. En el principio fue la palabra, y la palabra está ahora abocada a su extinción. Entre los principales culpables de este atentado se encuentran los medios de comunicación. Y ahora, como sea, se necesitaría reducir al silencio a los políticos y a quienes públicamente las prostituyen. El problema fundamental de lo que se llama cultura es liberar ya el lenguaje de quienes lo han secuestrado y corrompido.



2. Enseñanza. Esperanza Aguirre. Acciones y solidaridad con los profesores


Esperanza Aguirre y su gobierno han estudiado concienzudamente las técnicas nazis para utilizar el lenguaje como elemento destructor de la capacidad crítica de los ciudadanos, para, a base de repetición de frases, ocultación de argumentos, mentiras y mentiras, contínuo uso de consignas sencillas y martilleantes, conformar una mayoría esclava, incapacitada para pensar, moldeable, que arremeta contra quienes se oponen a sus programas de exterminio económico y cultural y de terrorismo dictatorial y gubernamental. Se busca al enemigo, se le culpabiliza por cualquier motivo y se echa sobre él a su pueblo cautivo. Comunistas, homosexuales, judíos, en la técnica del holocausto. Ahora, en Madrid, fases iniciales de experimentos aznaristas, le ha tocado el turno a los enseñantes: como chivo expiatorio ellos han de recibir las iras de quienes no se prestan al terrorismo económico que se inicia con el PP en una expansión de años de poder absoluto. La práctica nazi de Esperanza Aguirre se ha puesto de manifiesto al arremeter contra los profesores porque después de haberles bajado el sueldo les aumenta ahora las clases lectivas semanales de 18 a 20. Dice que cualquier trabajador se daría con un canto en los dientes por trabajar 20 horas semanales. Sabe que cuando habla miente cual villano que dicen los clásicos, pero la técnica de la mentira es la base del triunfo del fascismo. De ella, de Cospedal, de González Pons. - Rajoy, para no tener que mentir, prefiere no hablar casi nunca. La mentira va calando, con el enorme poder de difusión que cuenta al reproducirla en gran parte de los ciudadanos. Con desmentirla -Esperanza Aguirre matizará sus palabras después, pero con una ínfima difusión- no se consigue paliar los efectos causados al enunciarla. El mal ya se ha hecho. Y señalado a quienes deben ser acusados a partir de ahora. Ella, los aznaristas, maestro consumado de todas las mentiras, pueden reirse, porque desde luego ellos, la mayor parte de los políticos, responsables sindicales, si que trabajan más de 20 horas semanales, gustosos estarían de realizar su trabajo aunque fueran 80 horas a la semana. ¿Cómo? Haciendo lo que hacen: hablar ininterrumpidamente en periódicos, radios, televisiones, tertulias de cualquier índole, reuniones, o sesteando, a veces durmiendo a pierna suelta, en las aburridas y rutinarias sesiones del Parlamento, Senado, Asamblea, mítines, etc etc.


El tema es demasiado grave. No solo para los enseñantes, para todos los ciudadanos. Se trata de hundir la educación pública, de entregar, lo que les queda que no es mucho, el poder a la iglesia, a quienes desde hace siglos han provocado el analfabetismo cultural de España, a las multinacionales de la educación, a los poderosos económicamente hablando que reduzcan al analfabetismo virtual a los alumnos, terminando con la facultad de que puedan pensar y ser libres. Someter a la esclavitud ideológica a la mayor parte de la población. Mientras se pone en la calle a miles de profesores, se suprimen las tutorías, el diálogo y la atención especial a los menos dotados o a quienes requieren una educación distinta, se lapidan las enseñanzas humanistas, plásticas, artísticas -de las literarias no hablemos- se cierran bi9bliotecas...


Escritores, intelectuales que no se preocupen solamente de ganar dinero u ocupar un lugar en las pasarelas de las artes y las letras al servicio del mercado, deben salir a manifestarse también contra esta época de barbarie que cada vez más nos rodea. No es solo solidaridad: es por ellos mismos si quieren vivir, ellos y sus descendientes, en una sociedad libre y no robotizada.


Y a los burócratas sindicales les decimos que no continúen la senda de los sindicatos amarillos de Estados Unidos. !Que se olviden de sus puestos burocráticos y luchen de verdad!. No se trata de que ellos puedan seguir desarrollando en puestos remunerados su función, sin cabrear mucho a políticos y empresarios, que, no olvidemos, les mantienen. Se necesita imaginación, múltiples acciones y no el manido recurso de un día de huelga, que aparte de importarle un bledo a los responsables de la situación les permite ahorrarse un puñado de euros al descontársela de las pagas. Otra cosa es una huelga indefinida, por muy quimérica que parezca. Y cabrear y hacer ver a la sociedad, padres de alumnos incluidos, que ellos también deben luchar, que el enemigo es uno y que todos deben combatirles. Porque al fin, en la democracia virtual que vivimos, ¿acaso las Aguirre no esgrimen el poder de los votos para justificar sus acciones? Hasta esa que se llama Cospedal y que quiere emular no ya a la Thatcher, sino a las rubias platino como ella del Tea Party, dice que pertenece al partido de los trabajadores. Desde luego que con lo que gana anualmente no necesitaría hacer tantos recortes "en favor de los parados". ¡Qué perversión la del lenguaje!

sábado, 30 de julio de 2011

1 de agosto de 2011

SUMARIO


algaradas
Elecciones 2011


El Gran Inquisidor blanco viene a Madrid


Políticos, periodistas, en su auténtica salsa


Profesores y Lucía Figar


Dinero. Negocios. Terrorismo del siglo XXI








algaradas. Eecciones 2011


Regresa la pesadilla. Las máscaras sonrientes, los gritos desaforados, las mentiras, las palabras inocuas, las masas analfabetas de aplauso ritual, el atropello a la razón, a las ideas. ¡Qué largo se nos va a hacer el tiempo hasta noviembre!. Y el día 20, en las urnas de todos los santuarios de la antidemocracia, aparecerá, bajo la burocrática faz del nunca extinguido asesino una franja con las palabras escritas con sangre humana que dicen: Lo dejé todo atado y bien atado. Y cuantos voten en homenaje a esa fecha dirán: nunca lo olvidamos. Has vuelto. Y los que no voten a sus herederos hace tiempo que borraron esas palabras de su memoria si es que alguna vez las albergaron en ella.



algaradas. El Gran Inquisidor blanco viene a Madrid


Agosto bufonesco. Tras la urna de cristal blindado regresa en su inmaculada blancura. Paisaje de curas, monjas. Memoria de robos de niños, de traficantes secuestradores. Actualidad de pedófilos, violadores. La grey que bajo el analfabetismo religioso encubre a quienes la manejan y obtienen suculentos ingresos financieros. Jueces, políticos, ejerciendo su regia función payasística al servicio del mayor oficio y negocio que se arrastra de por siglos en el mundo. España ayer. España hoy. Mantillas, peinetas, corbatas, fracs, que es la hora del lucimiento de los oficiales de mayor rango. Aquí Cospedal. Aquí Bono. Y las tribunas se llenan de chanel carroñera.




algaradas. Periodistas y políticos en su auténtica salsa


Aparecen en fotos. Todos iguales. Saludándose. Sonrientes. ¿Nuestras trifulcas en parlamentos, tribunas escritas o visuales?. Necesidades del oficio. En ellas se monta el espectáculo. Aquí nos mostramos como compañeros del mismo negocio que nos une, que no admite rebajas y crisis como las de los funcionarios. Ágapes, fiestas en Palacio, en dias de celebraciones constitucionales o religiosas, en festejos de cualquier índole. José Blanco y Soraya, Esteban González Pons y Jaúregui, Juan Luis Cebrián y Pedro J. Ramírez, Cospedal y Trinidad Jiménez, cualquiert otro y Arenas... Se intercambian las parejas. Se añaden nuevos rostros y trajes al rigodón de abrazos, palabras (?) y risas. Conscientes de que ellos alimentan el sistema. Luchan en la misma trinchera, la del dinero y el poder. Aunque en ocasiones jueguen la farsa del gritarse, insultarse. En esas fiestas pueden buscarse sus fotos en los periódicos o retener imágenes en las televisiones, allí viven la realidad, su realidad, comparten el auténtico escenario en que se mueven por la vida pública. Su mundo es otro. Los desgraciados que no tienen acceso a él, la mayoría de los llamados ciudadanos que trabajan, reciben el consuelo de saber que los de las fotos y televisiones, son España, y para ellos trabajan.



algaradas. Profesores. Lucía Figar.


No. No deben lamentarse si les bajan los sueldos, les aumentan las horas de trabajo, despiden a algunos, trasladan a otros, les obligan a impartir materias para las que no se prepararon. Comunión y Liberación es una organización de esas que no se definen pero que puede pensarse responde a conceptos ultraderechistas. Al servicio de otros ultras: El Vaticano y sus representantes y ejecutores, súbditos mundiales. Poder, dinero y alienación religiosa. La Santísima Trinidad. Pero Comunión y Liberación cuenta entre sus ¿feligreses? a Lucía Figo. La misma que bajo la iluminada prócer del neoliberalismo, Esperanza Aguirre, dicta contra vosotros sus normativas para el ejercicio de la enseñanza en la comunidad madrileña. La que dijo ante el congreso de Comunión y L:iberación en Madrid que la organización de la enseñanza, la concentración de colegios, debe privatizarse y darse a religiosos como ellos. Pero a la Aguirre la votan y ella pone a la Figar para que os encauce. ¿Lamentaros? ¿Un día o dos de huelga para ahorrarle dinero a las nóminas y justificar el empleo de los burócratas sindicales? No. La parálisis ha de ser total si queréis verdaderamente protestar. Ha de afectar a la administración, a los alumnos, a los ciudadanos que votan. Cuestionar todo el sistema. Que deje de existir "su enseñanza" o se aplique en sus colegios elitistas. Solo del caos que provoca un apagón total puede volver a surgir la luz. Y vosotros tenéis la llave que provoca el apagón.





algaradas. Mercados: terrorismo del siglo XXI


Moody's, Lehman Brothers, Maddof, Enron, Murdoch, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional, Patrimonio (grandes fortunas), Sociedades (impuestos)... Españoles que no declaran ni cotizan: cerca de un millón, los más poderosos, los que no pueden ser tachados como delincuentes y aparecen en las revistas de sociedad, y alternan con reyes, papas, jefes de estado, ídolos del deporte, de los espectáculos o del sexo sin edad de los o las aristócratas, o de los herederos de los o las aristócratas. Quienes no son acusados de provocar víctimas (el hambre o las enfermedades no atendidas). En España, en Somalia, en Haití, en la India... Para qué seguir. Se podría hacer un Diccionario con sus nombres, y éste sí sería auténtico. El Diccionario de la Infamia. ¿Y por qué vosotros, a los que llaman indignados, no les dáis nombres a todos, sean españoles o ejecutores de los españoles, y les acosáis con vuestras protestas? Les llaman mercados, pero son personas. Y son los terroristas del siglo XXI.

martes, 12 de julio de 2011

Número 23. 12 de julio de 2011

Donostia 2016 y la Cultura. Una gran noticia. Andrés Sorel




Para los que amamos y buscamos la paz. El respeto al pensamiento, a la palabra, a quienes piensan de modo diferente al nuestro. Para quienes consideramos que Donostia, Euskadi, representa en estos momentos una apuesta por el futuro, no por el pasado. Para quienes odiamos todas las violencias, no aceptamos ningún terrorismo, venga de donde venga y lo practique quién lo practique, decimos que nada hay más pernicioso que el discurso excluyente, monótono e interesado de una política y de una cultura que más tienen que ver con procesos inquisitorialesque con apuestas por el diálogo, debates razonados, incluso con quienes se obcecan en no aceptarlos.





San Sebastián es una de las ciudades más hermosas de España. Vive no de espaldas, sino en el corazón de la cultura. El índice ilustrado de sus ciudadanos, véase tanto por ciento de lectores, tanto de periódicos como de libros respecto al resto de ciudades españolas, es uno de los más elevados. Ciudad de los festivales de jazz, de cine, la quincena musical, cuidadas editoriales y librerías, participación de los ciudadanos en la vida callejera, sea para jugar al fútbol –playa de la Concha-, para ofrecer o escuchar audiciones de música, para conversar en los viejos barrios poblados de pinchitos, para cuidar el entorno físico que ha impedido un desarrollo salvaje al servicio de la especulación y la corrupción del ladrillo, pionera en desarrollos culinarios y entendimientos con quienes la visitan desde la otra orilla del Cantábrico. Ciudad que cuida sus paseos para que, andando o en bicicleta, existan para sus habitantes otras formas de considerar el ritmo del vivir y el desarrollo de los sentidos.





Desde Madrid, cada vez más convulsionado y tenso para lo que es la vida diaria, regido por quienes desprecian la cultura y solo piensan en especulaciones que no tardan en desembocar en corrupciones de toda índole, no podemos más que aplaudir la decisión de que Donostia haya sido electa como sede para ciudad de la cultura europea. La paz, la belleza, el arte, y la cultura entendida como multiplicidad de conocimientos, prácticas y distracciones lúdicas, y el respeto a lenguas y tradiciones propias, es lo que debe marcar una auténtica ciudad europea y estoy seguro que San Sebastián sabrá cumplir ese reto.





15 M. LA GUERRA NO DECLARADA. Andrés Sorel




Las guerras, desde tiempos remotos a nuestros días, se han desencadenado por quienes desean expoliar las riquezas y los mercados de otros pueblos a los que buscan vencer, aniquilar, para imponer su dominio e impulsar su desarrollo político y económico. En estos momentos se desarrollan en distintas partes del mundo: petróleo, riquezas minerales, materias primas, rutas estratégicas. Pero existe otra guerra, aparentemente no cruenta, pero que causa igualmente numerosas víctimas. No necesitan de las armas –que si hiciera falta no dudarían en utilizarlas-. Les basta con dominar los organismos económicos que dictan e imponen las leyes a las que se sujetan los distintos poderes políticos sobre los que imponen su organización. Porque el mundo en general, y España y Europa en particular, se encuentran hoy sometidos al omnímodo poder de una máquina burocrática que domina no una cosa abstracta como mercados, sino pueblos y organizaciones concretas sojuzgados por banqueros e industriales, a los que sirven jefes de gobiernos, partidos políticos y organizaciones sindicales, y se someten la mayor parte de los medios de comunicación. En semejante estado de moderna esclavitud el ser humano no es más que una cucaracha kafkiana aplastada por la burocracia de la estructura aparentemente racional de ese súper estado. Recordemos un texto de América de Kafka, segunda década del siglo XX: “esa civilización encaminada únicamente al desarrollo de la industrialización, de una producción incontrolable, en la que el ser humano deja prácticamente de existir y solo es una pieza de la gigantesca máquina de producción. Ahora ya sabemos a quién sirve esta. Quién está detrás de “La Ley”.




Una vez más, Alemania, la vencida en dos guerras mundiales, se encuentra detrás de esta estrategia impuesta sobre Europa, ahora con otras formas y sin necesidad de hornos crematorios. A su servicio el invento de la Europa del Mercado Común, de numerosos medios de comunicación y de los políticos de la democracia virtual que rige sus países. Se trata de una guerra larga y perfectamente planificada en la que las víctimas agredidas no tienen ni armas, ni voz, salvo la que intentan sea escuchada con sus acampadas y manifestaciones. Los Estados juegan el papel obediente que les imponen con amenazas de toda índole, sin necesidad de invasiones militares, solo bancarias. Quienes ahora se someten creen tener todavía independencia. Comienzan, como siempre, por los más débiles, Grecia, Portugal, Irlanda, España. Luego llegarán otros, como los del Este de Europa que están en el inicio del dominio de este poderoso Estado legislativo común a todos ellos. Como no emplean tanques, aviones, divisiones acorazadas, sino billetes de banco y ordenanzas laborales y sociales, a los que se rebelan no les queda otro camino que el de las reuniones, manifestaciones y leves huelgas, que ya se muestran cada vez más asfixiados e imposibilitados para reaccionar con protestas encadenadas. Y además las policías siempre les controlan, y si necesario fuera, en última instancia les quedan los ejércitos. De momento creen que les basta con el cansancio y agotamiento de los indignados. Pronto vendrán las multas y acoso económico y no escasearán los palos y detenciones.




Es una guerra desigual en la que los campos de batalla se enmarcan en procesos dominados por la alienación de la mayoría que no se engancha a la lucha, la crisis interminable de los partidos políticos y organizaciones sociales que se dicen de izquierdas, la proletarización de las clases medias, y el miedo que somete con su corsé terrible a la mayor parte de los ciudadanos. Una vez más, como en todo proceso dramático, gran parte de los intelectuales se muestran sumisos, apenas se atreven no ya a protestar sino a razonar, prefieren ser eslabones de quienes ejecutan y dirigen las estrategias de choque, ampararse en ellos para no convertirse también en víctimas. Como siempre la libertad tiene un precio que la mayor parte de ellos no parecen dispuestos a asumir. Años después de clausurarse los campos de concentración nazis, un escritor alemán que fue muy joven combatiente del III Reich, Günter Grass, escribió: “El genocidio que Alemania planeó, ejecutó, toleró, negó y ocultó, y que no obstante estuvo y está a la vista de todo el mundo, sigue sin ser digerido, digerible, como una rueda de molino colgada del cuello de los alemanes, incluido a los nacidos después de todo aquello”.




Eso podremos decir, desde ya, de quienes están conduciendo a los pueblos de Europa a su nueva esclavitud para beneficio de un puñado no de empresarios y banqueros sino de terroristas de guante blanco.




Los genocidios no han parado, siguen alimentando los hornos de los holocaustos. Pero que no teman los jóvenes o viejos de nuestros días que quieren rebelarse: que la guerra en que participan es menos inhumana, de momento no causan víctimas, solo agudizan la explotación, las diferencias, y cercenan la solidaridad y la libertad. Lo que no es poco.









El otoño del movimiento 15-M Carlos Taibo



Vaya por delante que el título de este texto no incorpora ninguna metáfora. Nada más lejos de mi intención que sugerir que el movimiento del 15-M ha entrado en una etapa de declive. Quiero dedicar estas líneas, antes bien, a examinar un puñado de datos que, en un grado u otro, marcarán inevitablemente el derrotero de ese movimiento una vez llegue septiembre y --cabe suponer-- se retomen con radicalidad y fuerza las iniciativas. Lo digo porque, veamos las cosas como las veamos, parece inevitable que en los meses de verano se registre un reflujo en aquéllas.





El primero de esos datos lo aporta la conciencia del movimiento en lo que se refiere a la necesidad de desplegar, pese a todo, campañas de muy diverso cariz que, aunque no tan fuertes simbólicamente como las acampadas de las últimas semanas, mantengan encendida la llama de la contestación y del recuerdo. Estoy pensando, y son ejemplos entre otros, en la convocatoria de concentraciones en muchos lugares, en la preparación de las manifestaciones que deben registrarse el 15 de octubre, en las marchas a Madrid previstas para las próximas semanas, en el apoyo a la campaña de hostigamiento a los desahucios, en la extensión de las acampadas a localidades que hasta ahora no las han acogido o, en suma, en la internacionalización de muchas de las acciones hasta ahora desarrolladas.





Un segundo elemento que hay que tomar en consideración lo constituyen los previsibles efectos de la violencia con la que el movimiento, con certeza, va a ser obsequiado. En este momento sólo puedo enunciar una firme convicción : la fortaleza del 15-M es tal que también aquí las cosas han cambiado. Si hasta hace un par de meses la violencia represiva provocaba las más de las veces miedo y retirada, hoy se traduce, antes bien, en una firme y general voluntad de mantener convicciones e iniciativas.





El tercer dato interesante lo configura lo que puede ocurrir en el otoño en las universidades. No se olvide que éstas, como tales, apenas se han movilizado en las últimas semanas, y ello pese a que en acampadas y manifestaciones había, claro, much@s universitari@s y muchos jóvenes que han dejado la universidad hace bien poco. Es razonable intuir que en septiembre y octubre, en un período menos lastrado por los exámenes, se registre en las facultades y escuelas un repunte del 15-M que bien puede otorgar a éste un impulso muy saludable. Queda por saber, en un terreno próximo, si en el otoño asistiremos también a movilizaciones en los institutos; obligado parece subrayar al respecto que estos últimos han permanecido las más de las veces lejos de la efervescencia del 15-M.





El cuarto elemento que merece atención es la previsible convocatoria de una huelga general y, con ella, la perspectiva de que la oleada del 15-M empiece a hacerse valer con solidez en los centros de trabajo. La iniciativa de esa convocatoria tiene que correr a cargo, por lógica, del sindicalismo resistente, que sería lamentable se arrugase: lo que es un fracaso seguro es la no convocatoria de la huelga. Muchos de los conocimientos que creemos haber atesorado sobre esto sospecho que ahora nos sirven de poco, y que en la estela de una contestación que se extiende por todas partes no hay que desdeñar en modo alguno la perspectiva de un éxito de la huelga a la que me refiero. Dicho sea de paso: emplazaría ante decisiones insorteables a los sectores de CCOO y UGT que aún mantienen alguna voluntad de contestación.





La quinta circunstancia de interés nos habla del efecto de estímulo que podría derivarse de un adelanto de las elecciones generales españolas al otoño. Nunca se subrayará lo suficiente que una de las explicaciones del éxito del movimiento 15-M fue su surgimiento en el ecuador de una campaña electoral tan sórdida como triste. Aun cuando las elecciones no se adelanten, el mes de marzo --que es el inicialmente previsto para aquéllas-- tampoco queda tan lejos, y bien puede ser una ocasión más para apuntalar movilizaciones en todos los ámbitos.





Estoy obligado a identificar, en suma, un estímulo muy poderoso para alimentar la vitalidad del movimiento: el hecho, obvio, de que nuestros gobernantes no van a modificar un ápice el guión de las políticas que aplican desde tiempo atrás. Lo digo de otra manera: en este caso hay que descartar por completo la posibilidad de que determinadas concesiones desde los circuitos de poder se traduzcan en retrocesos en la contestación o, en su caso, en divisiones internas dentro del 15-M.





A buen seguro que, más allá de todo lo anterior, el futuro del movimiento depende en muy buena medida de lo que él mismo decida ser. Al respecto no somos pocos --creo-- los que deseamos que se convierta en una activa red de asambleas y de autogestión que, en todos los ámbitos, plante cara a los poderes establecidos y lo haga desde la contestación del capitalismo, de la sociedad patriarcal y del productivismo, y desde la solidaridad internacionalista con los países del Sur. No parece que este programa de mínimos esté muy alejado de las querencias de muchas de las personas, jóvenes y no tan jóvenes, que ocupan las calles estos días.

martes, 14 de junio de 2011

Número 22. 15 de junio 2011

SUMARIO



15 M. Oración laica: a la calle, ciudadanos.



Colaboraciones



Carlos Taibo. Sobre el programa del movimiento 15M
Carlos Taibo. Los medios y el programa 15M
Juan José Lanz (UPV/EHV) Opiniones mohicanas de un ciudadano



15 M. Oración laica: a la calle, ciudadanos.


Pregunta al Dios que no existe, pero cree reinar y estar en todas partes:




¿Qué ocurrió a partir del 15 de mayo del año 2011 en la Puerta del Sol de Madrid, en otras céntricas plazas de distintas ciudades de España, con repercusión en distintos foros europeos? ¿Acaso fueron sueños de noches de verano, estallidos lujuriantes de libertad que atrajeron la curiosidad o el aplauso de miles de ciudadanos deseosos de contemplar semejantes explosiones de emancipación y rebeldía? ¿Barrieron las sucesivas tormentas, atmosféricas o policiales, aquella coyunda de conciencias, movilizaciones de quienes se rebelaban a su papel de ciegos, sumisos, esclavos sometidos a la cosa de la corrupción del poder político y los manejos de los trileros, perdón, banqueros, oligarcas, terroristas expoliadores del trabajo y la vida de los ciudadanos? ¿Ha de quedar ya, cuando junio solea y agoniza, desmovilizada y silenciada la rebeldía, la imaginación, las actividades de quienes al fin se han alzado contra la mentira, la enajenación y el poder aliado de la Santa Trinidad única que gobierna el mundo: mercaderes, políticos, iglesias, bien propagadas por el Espíritu Santo de la gran mayoría de los medios de comunicación?



No debiera ser así. Los espacios públicos no deben ser cotos cerrados. Aboguemos porque las plazas se abran y diversifiquen multiplicándose y los escenarios recojan la voz de los que se llaman indignados, en Parlamentos, Bancos, radios y televisiones, ayuntamientos, iglesias, calles, playas, caminos. Que la palabra conquiste todos los espacios que si para el pueblo fueron cerrados, a ellos han de pertenecer. La indignación no debe detenerse, ha de transformarse en acción contínua. Que el estío es buena estación para salir del ghetto. Y en esta explosión de voluntades, puesto que los jóvenes han de ser fundamentalmente los llamados a la Casa del Señor, que no es otra que el reino de la libertad, pueden compaginar perfectamente la pedagogía de la insurgencia política, social y cultural con el goce del vivir a través de los sentidos, con las caricias placenteras, la música, el juego, y crear ese perseguido segundo del éxtasis que va del beso al grito, al margen del sucio dinero y mostrar a los inquisidores, en playas, campos, ágoras, edificios públicos, que otra televisión, la que se fabrica por uno mismo, la que no aliena sino estimula, alienta el sueño y la rebeldía, es posible, cada persona puede ser ella misma y no la que el Gran Poder quiere que sea. El mercado no es una suprema necesidad, sino el gran eslabón de la cadena que lleva a la esclavitud de los pueblos. ¡A desalambrar las conciencias, a conquistar el espacio público! Que ningún espacio os sea ejeno. Llevar a ellos vuestros abrazos, vuestras palabras, y vuestra rebelión. Que esta lucha no es, como la que llevaron los creadores de la transición-traición, por un plato de lentejas bíblico, sino redefinir y transformar la acción política. Votar o no votar, querido Hamlet: esa no es la cuestión mientras la democracia siga oliendo a podrido en España. Empresarios de toda la cosa pública, no ha muerto la poesía. Os habla Rimbaud, joven entre los jóvenes también en 2011. Porque de él es la palabra, la música y la razón. Escuchadle:




"¿Que son para vosotros, corazón mío, esos mantos de sangre / y de brasa, los mil crímenes y los largos gritos de rabia / sollozo de todo infierno derribando cualquier orden / en tanto el Aquilón brama sobre sus ruinas? / ¿Y toda vergüenza? ¡Nada! / Mas a pesar de ello la deseamos. / Industriales, príncipes, senados. ¡Pereced! Poder, justicia, historia: ¡Abajo!"

Necesario es que lo viejo, lo actual, muera, para que algo pueda nacer. Por eso, a partir de ahora, bebed, bebed el embriagador aire de la libertad, bebed a la salud de las posaderas ocultas de la hortaliza alcaldesa, de las virtuales y ajenas formas de la política de sonrisa tan impuesta como almibarada, bebed, bebed a la salud del alcalde huidizo cuya mejor compañía parece ser la de un mudo perro, a la salud de los alcaldes que se beberían la sangre de los no deseados que acceden a sus ciudades, a la salud de todos los otros que se sientan en los bancos cuajados de barras barretinas, mazas mazilentas, flores que se adornan de billetes tan perfumados -¡ah las grandiosas bodas de los trajes, los coches de carreras, las mitras y las chisteras- como pestilentes y vomitivos. Perros y porrras en celo escurren la saliva por las bocas de los fusiles que esgrimen sus lacayos. Necios e infames, de tórpidos cerebros ,que rabian y vociferan -y que miedo dan los que se esconden en algunos periódicos- cuando contemplan como vosotros apuráis la embriagadora espuma de la libertad.

Que el ¡Ya basta! con el que termina Rimbaud su poema, que el ¡A la calle, ciudadanos! sea las única bandera que envuelva a los insumisos. Ya basta, reyes, diputados, banqueros, obispos, jueces, periodistas de la caverna... ¡Ya basta!, que todavía el pueblo no ha sucumbido, y estos jóvenes que en la noche sin sueño se acarician, quieren despertar la utopía para que el mundo no perezca. Ya basta que en el mundo mueran 8000 personas de hambre al día para que vosotros vistáis ropas de marca en cuerpos sobre los que se posan calaveras huecas, ya basta de academias fascistas e iglesias devoradoras e inquisitoriales. Miserables dueños de la violencia, -que bien le sentarían a algunos diputados de los que más gesticulan los uniformes nazis- podéis intenar vomitar palabras para embaucar y atraer los votos de los ignorantes, pero no mataréis las conciencias de los rebeldes, y de las conciencias terminan brotando los actos emancipadores. Y este verano la palabra libre de la conciencia digna quieren llevarla a todas partes. Para ser cada vez más. Hasta que una ola grandiosa avance sobre vosotros y no tengáis porras y balas suficientes para contenerla. Palabra y razón son las parteras de la violencia revolucionaria. Y así, desde las plazas que nuclean las ciudades se abrirán las grandes alamedas de la libertad. Allí vamos a congregarnos bajo la intensa luz del verano.Abramos todas las ventanas para que se cierren y agrieten las de los Parlamentos, Alcaldías, Bolsas, templos, televisiones, radios. Despertar a otra vida no sumisa es posible. Cada ciudadano se convertirá en un Partido. Hasta que un día se unan todos y pueda creerse en las palabras democracia y libertad. Demostrar vosotros, los que siempre llamaron descamisados, a los que se dicen intelectuales, que miedo y cobardía son las antítesis de la imaginación. Dicre Walter Benjamin que "solo sobre un muerto no tiene potestad nadie". Los que seáis rebeldes y sepáis multiplicar los actos, y los surgidos del 15 M podéis decir a todo el mundo: solo sobre los vivos, si quieren saberse vivos y actuar como seres vivos y libres, no tendrá potestad ningún poder que sea ajeno al emanado de su propia voluntad.












Sobre el programa del movimiento 15-M







Carlos Taibo







Aunque pensé que con el paso de los días las aguas iban a bajar más calmadas, lo cierto es que no ha remitido la discusión relativa a un supuesto programa del movimiento 15-M que se concretaría en cuatro puntos: reforma del sistema electoral, lucha contra la corrupción, mejoras en materia de división de poderes y control sobre los responsables políticos.





Conviene dejar sentado desde ahora que el alcance de ese programa es limitado. Nació de una de las muchas comisiones que operan en la Puerta del Sol madrileña --la de política a corto plazo--, cabe suponer que debe mezclarse con las propuestas que surjan de otras comisiones, en modo alguno toma en consideración lo que hayan podido decidir l@s participantes en acampadas y asambleas en otros lugares y, en suma, no ha sido refrendado como la propuesta del movimiento. Su eco mediático ha resultado ser, sin embargo, muy notable --aún ayer, sábado 4 de junio, Informe semanal se refería a esos puntos como si fueran el programa de todo un movimiento--, algo detrás de lo cual hay quien ha apreciado la influencia de alguna mano negra que apostaría, con malas artes, por una rápida y contundente anulación de cualquier horizonte de contestación abierta, desde el movimiento, del sistema que padecemos.




Aunque el alcance de la propuesta mencionada es --parece-- escaso, creo que haremos bien en apreciar en ella un síntoma de algo que está ocurriendo y que puede reaparecer con fuerza aún mayor. Pienso, en primer lugar, en algunas de las consecuencias imprevistas, no precisamente saludables, del procedimiento de decisión que se está aplicando en tantos lugares: un método que, al desterrar el voto en provecho del consenso, permite prescindir, sin más, de un sinfín de propuestas que gozan de un amplísimo respaldo entre quienes las debaten. Al final, y de resultas, sólo salen adelante aquellas iniciativas que, por lógica, no suscitan controversia alguna. Nadie dirá, claro, que se opone a la instauración de medidas que castiguen la corrupción. No es difícil iluminar la consecuencia mayor del despliegue de ese procedimiento: el movimiento pasa a vincularse con un consenso de mínimos que se reduce a acuerdos en materias muy generales, que no parece llamado a tener ninguna consecuencia práctica --es curioso que los defensores de la fórmula que nos ocupa sostengan lo contrario-- y que deja manifiestamente descontent@s a much@s de l@s implicad@s.




Y es que, y por acudir directamente al ejemplo de las discusiones que con certeza se hicieron valer en la comisión madrileña de corto plazo, a buen seguro que en ellas se escucharon voces que, tras enunciar distancias con respecto a la democracia representativa y delegativa, defendieron orgullosamente el despliegue de fórmulas de democracia directa. El ascendiente de esas voces es nulo, sin embargo, en términos de una propuesta final que a la postre corre el riesgo de recoger un puñado de ideas que, bien que compartidas por tod@s, no prestan atención a percepciones muy extendidas entre acampad@s y asambleístas. En ese sentido, a la hora de analizar esa propuesta final tanto relieve tiene lo que dice como aquello que no dice. La ausencia, en paralelo, de unos principios programáticos que, mucho más amplios, recojan sensibilidades diversas se hace mucho más llamativa en un escenario en el que el consenso se traduce inequívocamente en una exquisita moderación que, ajena a cualquier suerte de pluralismo, deja inequívocamente descontent@s a much@s.




De discusiones como la invocada depende, ni más ni menos, la imagen del movimiento como un todo. He sostenido en las últimas semanas que en el seno de ese movimiento hay como poco dos almas (bien es cierto que al calor de las recién creadas asambleas de barrio está asomando alguna más). Si la primera la aportan los movimientos sociales críticos --el caudal de activistas y de propuestas que nacen de los centros autogestionados y okupados, del ecologismo, el feminismo y las redes de solidaridad que mantienen encendida la llama de la contestación, y del sindicalismo alternativo--, la segunda nace de l@s jóvenes indignad@s con la ignominia del sistema político y económico que se nos ofrece, comúnmente en activo proceso de concienciación. Me limitaré a enunciar una obviedad: como quiera que no nos podemos permitir el lujo de divisiones en un momento como el presente, es muy importante que las declaraciones programáticas del movimiento, y con ellas sus concreciones en forma de propuestas precisas, dejen espacio suficiente para que nadie se sienta excluid@ y para que tod@s nos encontremos razonablemente representad@s. Creo firmemente que el programa que los medios de incomunicación han aireado los últimos días, interesadamente, como el propio del movimiento 15-M no satisface, siquiera mínimamente, esa premisa.










Los medios y el movimiento 15-M







Carlos Taibo







He escuchado con frecuencia, en acampadas y manifestaciones del movimiento 15-M, que este último no puede quejarse del trato, razonablemente generoso, que ha recibido de los medios de comunicación. Semejante afirmación, un tanto sorprendente, encaja a la perfección con la condición de un movimiento que, saludablemente crítico con tantas cosas, parece poco interesado en contestar una de las fuentes principales de miseria que atenazan a nuestras sociedades.





Olvidemos hoy, y por una vez, a la caverna mediática orquestada por la derecha más ultramontana. Limitémonos a señalar al respecto que, dramáticamente fuera de la realidad, ofrece en estas horas algunos de los mejores programas de humor de radios y televisiones. Bastará con recordar que uno de sus todólogos -estrella se permitió señalar que el movimiento 15-M estaba dirigido por etarras especializados en guerrilla urbana…





Mucho mayor interés tiene lo que ha ocurrido en las últimas semanas con los medios de comunicación ‘progresistas’ (no me deja de sorprender que este adjetivo siga siendo utilizado por muchos para retratar una realidad que al parecer entienden es venturosa). Hablo de los medios que se hallan bajo control de gobiernos socialistas, como hablo, en otro terreno, de los diarios El País y Público.





Si se trata de sopesar lo que, a mi entender, han abrazado los medios ‘progresistas’ en relación con el 15-M, lo primero que hay que señalar es que parecen atenazados por una obsesión: les molesta sobremanera la condición de un movimiento que, orgullosamente asambleario y antiautoritario, carece de caras visibles. La desesperación que esto genera conduce a filigranas, comúnmente patéticas, para encontrar esas caras.





Más allá de lo anterior, los medios ‘progresistas’ parecen empeñados en defender altruistamente al movimiento frente a la caverna. Claro es que, al hacerlo, prefieren olvidar lo que el movimiento es en sí mismo, como prefieren sortear que tiene suficientes arrestos para defenderse por sí solo. En su trabajo lo común es que echen mano de una descripción que considera que el 15-M exhibe dos caras: mientras, por un lado, estarían los jóvenes indignados, siempre pulidos y civilizados, por el otro se hallarían los marginales, violentos y deleznables antisistema de siempre. Al amparo de esta dramática e interesada distorsión de la realidad, se inclinan por ignorar que la única distinción de relieve a la hora de dar cuenta de lo que el movimiento arrastra es la que identifica, de un lado, a los jóvenes indignados --a menudo visiblemente meritocráticos-- y, del otro, a un sinfín de activistas de los movimientos sociales críticos. El trato que estos últimos merecen se divide entre el olvido y la demonización franca.





De resultas de lo anterior, los medios ‘progresistas’ parten de la presunción de que el grueso de las propuestas que nacen del movimiento son razonables y respetables, como lo son esos jóvenes lógicamente indignados que se manifiestan en acampadas y calles. Para llegar a esa conclusión no queda otro remedio que rebajar sensiblemente el contenido de esas propuestas, dejando al efecto sobre el terreno únicamente aquellas que disfrutan de un apoyo poco menos que universal. Así las cosas, sólo se nos habla de la necesidad de luchar contra la corrupción, fortalecer la división de poderes y reformar el sistema electoral, en abierto olvido de que del movimiento surgen propuestas que reclaman transformaciones radicales, contestan activamente lo que supone al capitalismo y hacen suyos los cimientos de una sociedad antipatriarcal, antiproductivista e internacionalista. Todo esto último, sin más, no interesa.




Los medios de comunicación ‘progresistas’ ignoran, en suma, la que al cabo es la apuesta principal de muchos de los activistas que trabajan en el movimiento 15-M: la que, lejos de reclamar una reforma del sistema que padecemos, reivindica la generación de espacios de autonomía en los que, de manera autogestionaria, se apliquen reglas del juego muy diferentes de las hoy imperantes. En este sentido, los medios que nos ocupan no dudan en señalar que el movimiento debe contentarse con influir sobre otros --gobiernos, parlamentos, partidos, sindicatos-- o, en el mejor de los casos, debe asumir el ejercicio de pasar por las urnas para refrendar sus presuntos apoyos populares. No parece que lo anterior sea otra cosa que un ejercicio de ingeniería obscenamente encaminado a cortar las alas a un movimiento que, en virtud de su impulso inicial, busca con claridad otros horizontes. Para hacerlos realidad, cada vez parece más urgente que asuma una posición de franco distanciamiento con respecto a la miseria que difunden los medios ‘progresistas’.







Opiniones mohicanas de un ciudadano cabreado







Juan José Lanz




UPV-EHV







En estos días he recibido varios correos electrónicos de algunos colegas y amigos en el extranjero que se preocupaban por la situación en España y por el movimiento 15-M. Podrían sustanciarse en estas palabras: “veo con una rara mezcla de estupefacción, intriga y deja-vu lo que esta pasando en España. Y la verdad... los análisis periodísticos de vuestros diarios no me alcanzan para entender hacia dónde van... […] ¿Como se vive esto por allá? ¿qué piensan en la “universidad” mis amigos intelectuales?”.





Las palabras que siguen, acertadas o confundidas, intentan dar respuesta a esas preguntas. Son opiniones personales, pero eso creo que no las descalifica. Precisamente porque son personales tienen un valor que también es necesario reivindicar estos días.





Esa es justamente nuestra pregunta: ¿Qué está pasando?





Tu carta, y la de otros amigos y colegas desde el extranjero, me ha obligado a poner en orden (o en desorden) algunas reflexiones que me llevo haciendo desde hace tiempo. Perdona lo largo de estas líneas que exceden lo propio de una carta y que avanzan más hacia el manifiesto. Son algunas impresiones desordenadas de un ciudadano cabreado.





Por supuesto, cualquier movimiento de reivindicación ciudadana de mayor democracia es siempre algo positivo y bueno. La incertidumbre es justamente la del gran devorador del capitalismo, que se engulle todos los movimientos democratizadores para canalizarlos en opciones que son escasamente democráticas.





Es lógico que la gente esté (estemos) harta: un 20% de paro, reducción de los sueldos (aquellos que los tenemos), un 35% de paro entre los jóvenes menores de 30 años, con un 45% de tasa de temporalidad, que reciben en más de un 50% ayudas económicas familiares, cuando no viven en casa de los padres; etc. La crisis de 2008 anunciaba a bombo y platillo “la refundación del capitalismo”, con un movimiento más humanitario, un reparto más igualitario de los beneficios, una menor acumulación de capital y una redistribución de la riqueza, etc. El resultado es básicamente el contrario: los grandes capitales, que fueron quienes causaron la quiebra de 2008, son los máximos beneficiarios del “nuevo orden”; los directores de los bancos, de las grandes empresas, etc. no sólo han aumentado el beneficio de sus empresas en tiempos de crisis, sino que además han aumentado desmesuradamente sus sueldos y sus propios beneficios, como consecuencia de “haber sabido gestionar bien la actual crisis”.





Para las grandes fortunas alemanas, la II Guerra Mundial fue el gran negocio: cuando estuvo Hitler, durante la contienda, y también cuando se perdió la guerra. Ellos nunca perdieron la guerra, pues siguieron enriqueciéndose y más tras la derrota. Algo parecido puede verse ahora. Las grandes empresas aumentan sus beneficios en tiempos de crisis a medida que los miembros menos favorecidos se hunden más. En consecuencia, lo que se ha producido es una fractura social mucho mayor que antes de la crisis: los ricos son menos en número pero inmensamente más en fortuna; los pobres son cada vez más y más.





¿Cómo se traduce esto en términos políticos? Fácilmente. Sarkozy y Angela Merkel dominan el cotarro absolutamente con un discurso filo-fascista (con tintes modernos, eso sí): los países mediterráneos deben dejar de vivir de las ayudas y los subsidios (que a Francia y Alemania son a los que más benefician) y empezar a producir de verdad, a los precios bajos que benefician a las potencias europeas. Merkel planteó hace unos días, en plenas elecciones, que los países europeos (implícitamente su mensaje iba dirigido a los países del sur de Europa: Grecia, Portugal y España) deberían igualar su jornada laboral, su jubilación y sus vacaciones, para así ser más productivos (implícitamente el modelo que se ofrecía era el alemán). Lo que no dijo Merkel es que, en comparación con España, los alemanes tienen más días de vacaciones anuales, trabajan menos semanales y se jubilan antes, en términos generales. El mensaje, en boca de quien declaró hace no mucho que el multiculturalismo había fracasado en Europa, reavivaba todos los tópicos culturales en los que se fundan la xenofobia y el racismo. El verdadero mensaje era el siguiente: produzcan ustedes a los precios de Bangla Desh para que nosotros sigamos enriqueciéndonos; sean los nuevos “turcos” de Europa.





Mientras tanto, ofrecen su cara más aparente amable, tanto Sarkozy como Merkel como en general la derecha europea, diciendo que están frenando a la extrema derecha, racista y fascista, tanto en Filandia (por ejemplo) como en la propia Francia, donde la ultraderecha gana puestos cada día. Nada dicen de ese nuevo Duce que es Berlusconi, por ejemplo, o del avance de la derecha filo-fascista en algunos de los países del este de Europa, o de la participación de la extrema derecha en el gobierno holandés.





Es significativo que los ataques económicos que se han sufrido en Europa y los famosos “rescates” hayan sido justamente de países con gobiernos próximos al centro-izquierda (sería exagerado hablar de social-democracia): Irlanda, Portugal, Grecia y España (aún no “rescatado”, pero objeto de claros ataques). Mientras la derecha, cada vez más radical y más extrema bajo la cobertura amable de un neoliberalismo que asume un capitalismo más salvaje, ha obrado los mayores desbarajustes en las economías de estos países, como muestra la gestión que el gobierno socialista griego tiene que hacer del desastre neoliberal de su precedente o la burbuja inmobiliaria que se produjo en nuestro país en los años noventa, que no provocó en cambio una bajada de los precios de la vivienda, sino todo lo contrario, un incremento radical (la media del precio de la vivienda en España es el doble de la media del precio en Europa) y un mayor beneficio de los bancos que daban préstamos como si regalaran el dinero. La derecha impone unas políticas económicas neo-liberales, que limitan con el capitalismo salvaje, mientras que a los gobiernos de centro-izquierda les toca gestionar con paños calientes esas políticas neo-liberales (y neo-conservadoras) al modo simple de “o cumples lo que te impongo (y dejas tus criterios éticos aparte) o vendrá otro que lo hará sin más preguntas”.





Son los países europeos más potentes desde un punto de vista económico quienes están estableciendo, a través del Banco Central Europeo, las condiciones de los préstamos a los países “rescatados”; condiciones que limitan casi con la usura. Y lo hacen con la seguridad implícita de que los pagos de la deuda se harán de cualquier modo, y en última instancia con una privatización no sólo de las empresas estatales, de sus edificios o de su patrimonio cultural, sino incluso de su suelo patrio. Del mismo modo que mi banco, le interese o no (que le interesa a largo plazo), se quedará con mi casa si yo no consigo pagar mi hipoteca en las condiciones cada vez más gravosas que me impone, los principales bancos que gestionan el Banco Central Europeo saben que en caso de que Grecia, Portugal e Irlanda y, probablemente, pronto España, no paguen sus “rescates”, podrán quedarse con el patrimonio público de estos países (vía privatización impuesta o de cualquier otro modo más sutil), o, dicho de modo más crudo y menos hipócrita, con esos países. Del mismo modo que, no nos engañemos, las grandes empresas son dueñas de aquellos países que viven para su producción exclusiva; llámese petróleo, ropa o como se quiera. No nos engañemos, no es Europa la que se hunde; lo que hay es una redistribución del sistema de poder en Europa encabezado por quienes no han dejado de gestionarlo desde un principio. Los demás somos simples convidados de piedra.





En un movimiento claro de la extrema derecha, se ha desposeído a la derecha política de cualquier dimensión ética. “La ética es de izquierdas”, se nos ha venido propalando. Con lo cual, la derecha política puede hacer lo que le dé la gana, sin ninguna cortapisa moral (no hay más que ver el caso de Berlusconi o evocar, sin ir más lejos, a George W. Bush), e impone semejante itinerario a la izquierda. Mientras tanto hemos acudido al desmontaje político de opciones ideológicas comprometidas. Las mismas calificaciones de “alternativos”, “anti-sistema”, etc. han servido para desmontar políticamente esas opciones ideológicas, mostrando que su participación en el campo de la política real, de los órganos verdaderamente decisorios, sólo puede ser de modo marginal. Las asociaciones ciudadanas, que tan importante papel desempeñaron en la Transición democrática, los grupos ecologistas, los movimientos por un mundo distinto, etc. tienen su cabida en el sistema siempre que no se planteen como una opción real de poder, siempre que respeten el estricto sistema de un orden político establecido y legitimado social y generacionalmente por el discurso de “lo que nos ha costado lograr este estado democrático”, “¡cómo nos hemos acostumbrado a esta fiesta de la democracia!”, etc. Fiesta y estado democrático en el que los índices de participación son cada vez más bajos (en torno a un 60% en los momentos de mayor auge), lógicamente cuando el único papel que se le da al ciudadano es la papeleta electoral cada cuatro años. No es de extrañar que sea cada vez mayor el número de ciudadanos no sólo indignados, como el manifiesto de Stéphane Hessel, sino realmente cabreados con un sistema que ignora sus preocupaciones día a día.





Es necesario, por lo tanto, una refundación de la democracia, como sistema participativo, una revalorización ética del sistema político (es indignante que las listas de los principales partidos integren a políticos imputados en diversos procesos judiciales; es más indignante aún que quienes han sido partícipes de la corrupción aumenten su rédito electoral). Es más, creo que lo que es necesario realmente es una refundación social de la democracia, con todo el contenido que ese concepto conlleva: no sólo mayor participación ciudadana en la vida política, sino una conciencia clara de la necesidad de un reparto social de la riqueza, de un proyecto humanista común, de una conciencia pública de la necesidad de construcción de un mundo diferente.





Me temo que la Europa que se ha construido en los últimos años no se plantea esos ideales. Me temo que el neo-capitalismo dominante en buena parte de nuestro mundo (e incluso en China, todo hay que decirlo) no comparte esos ideales. Me temo que los regímenes presidencialistas que se ocultan bajo la máscara de esos objetivos desconfían íntimamente del modelo democrático. En fin, creo que es necesario construir esa opción de modo radical y consciente, con una conciencia de verdadera opción política de poder; no como “alternativa”, ni como “anti-sistema”, sino como una “alternativa otra” y la posibilidad real de un “sistema otro”.





Siento que esta carta sea más extensa de lo que parece ser prudente en una relación epistolar. Espero que sirva para informarte de la impresión de un ciudadano que observa el mundo e intenta comprenderlo.

lunes, 6 de junio de 2011

Academia de la Historia: Gürtel y Terrorismo

Número 21.
REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA:
GÚRTEL Y TERRORISMO SOBRE
LA MEMORIA, EL PENSAMIENTO Y LA LIBERTAD.


¿Acaso debiera nadie asombrarse de su Diccionario Biográfico? Y desde luego, las lamentaciones o peticiones para que se cambien los testos sobre determinados personajes en él incluidos, me parecen vacuas. Las Academias, de la Historia, de la Lengua, otras similares, no son sino secuelas del franquismo, como la Monarquía. Como instituciones deben ser denunciadas, y no por los lógicos resultados que producen. Siempre se buscan "chivos expiatorios" para culpabilizar sistemas políticos, económicos, o culturales. No nos cansamos de repetirlo. Nazismo, fascismo, capitalismo no son productos de unas personas: al mal se apuntan, lo apuntalan, instituciones enteras, que comprenden: la Iglesia, el Ejército, las Policías, la Judicatura -todas con mayúscula, tal es el poder que desde los Reyes Católicos han poseído en España- e intelectuales de varia condición: arquitectos o escritores, periodistas o catedráticos y profesores de enseñanza, médicos, abogados... Ellos, los que a su vez se encargan de reprimir a los otros intelectuales, los heterodoxos y disidentes, cuando desaparece el Dictador, continúan ejerciendo, bajo otras formas y sistemas, su labor de opresión, explotación económica, censura. Ellos y quienes en el fondo piensan como ellos aunque empleen otro lenguaje. En la España de hoy los encontramos por todas partes: en las Academias, en los Ayuntamientos, en las Universidades, en los periódicos, en los Bancos y Consejos de Administración de las Empresas, en las policías estatales o nacionalistas. Franco es el que llevaba razón: lo dejó todo atado y bien atado.


¿6 millones de euros ha costado el Diccionario? ¿Y que es eso comparado con el dinero que se reparte a la Iglesia, a los ejércitos, a "ayudar" a banqueros y empresarios para que aumenten sus sueldos y beneficios, a fundaciones, etc etc?. Este, el que ejercen los "intelectuales" religiosos, de los medios de comunicación, de semejantes instituciones, es el peor terrorismo que existe: el que socava y destruye la capacidad de pensar de los ciudadanos. Para ello cuentan con la poderosa ayuda de la mayor parte de los canales televisivos, radiofónicos y periodísticos. A la España del miedo, miedo desarrollado por el franquismo que hizo de torturas, asesinatos y censuras de toda índole la única ley, y que todavía impregna a este país de larga herencia inquisitorial, ha sucedido la España de la alienación en la que navegan instiutuciones como la Academia de la Historia. ¿Hemos de extrañarnos que luego florezcan y se vote a personajes como Aznar, el Bigotes, Camps, Fabra, Cospedal, Aguirre, todos bajo la vetusta mirada de uno de los vigías de la transición neofranquista, Fraga Iribarne, todavía en activo?


Gracias a la Real Academia de la Historia y a sus más ilustres próceres y miembros, por recordarnos que quienes hablan de memoria histórica son unos ignorantes: que en la España que inaugurara Franco con sus crímenes bendecidos por la Santa Iglesia, todavía sigue amaneciendo como escribe Sánchez Dragó.


Próximo número de LA ANTORCHA DEL SIGLO XXI, salida el 14 de junio:

15-M. REVOLUCIONES EN VERANO. CRÍTICAS DE LA CULTURA. LOS PIGS DEL NEOLIBERALISMO.

Colaboraciones: CARLOS TAIBO. SOBRE EL PROGRAMA DEL MOVIMIENTO 15.M


JUAN JOSÉ LANZ (UPV/EHU): OPINIONES MOHICANAS DE UN CIUDADANO CABREADO.


Para leer la revista: andressorel.blogspot.com o poner en google: la antorcha del siglo XXI

martes, 31 de mayo de 2011

15 y 22 de mayo. ¿Adónde vamos?

Número 20. 31 de mayo de 2011


INDICE


15 y 22 de mayo. ¿Adónde vamos?



Colaboraciones.



El futuro del Movimiento 15-M.


Carlos Taibo.



¿Existe el imperialismo, es un fenómeno mundial o es puro pretexto inventado por los socialistas?


José Eduardo Vázquez. -profesor y ensayista. Cuba-





15 Y 22 DE MAYO. ¿ADÓNDE VAMOS?




Con el hedor que desprende el PSOE, huele mal en España. Es algo que va más allá de la catástrofe electoral. Táctica y teoría de la política y consecuencias para un futuro cada vez mas sombrío. El partido popular es el mal absoluto, Y el pueblo, tan mitificado, al igual que la clase obrera, por los dogmatismos de la izquierda, es el vacío en que naufraga la denominada democracia. Nos referimos ahora al que, en ese vaciamiento del contenido de los nombres, síguese denominando partido socialista obrero español.


Es el poder por el poder. Sea en el Gobierno o en la oposición. Así no pueden analizarse ni victorias ni derrotas. Todo entra dentro del sistema aceptado, al que se han acomodado. La burocracia de las buenas formas para que nunca cambie nada.


Los barones: mediocres funcionarios. Su único fin es conservar los puestos que ocupan: poco trabajo, buenos sueldos, presencia mediática aunque cambien de bancadas en parlamentos, ayuntamientos, diputaciones. ¿A qué más pueden aspirar?


Poder y corrupción sabemos que son alianzas que en contadas ocasiones se disocian. Y el progreso, la ciencia y la técnica han convertido en meros funcionarios dentro de la banalidad del mal, a quienes pueden aplicar prácticas terroristas y cometer genocidios y masacres de toda índole. También a los torturadores y a los grandes ladrones que pasan por ser señores de la aristocracia económica o política. La ética y práctica del marxismo y de las luchas obreras, por desgracia, también fueron desmovilizadas por socialistas y comunistas: de Felipe González a Santiago Carrillo como dos ejemplos actuales. Lo mediocre termina volviéndose sucio, gris, aliado del vigente capitalismo que denominan neoliberal. El PSOE, primero con su política y luego con su esperpéntico análisis y solución a su profunda derrota electoral no busca en su suicidio como partido sino salvar la vida activa de sus más poderosos funcionarios. Que el diluvio sea para los demás, pero ellos queden a salvo. Empeñado, cada vez con más ahinco y decisión en que el neofranquismo se haga de nuevo con todo el poder en España. ¿Nadie puede, ha de reaccionar contra los López, Ibarra, Montilla, Blanco, Rubalcaba y demás farsantes políticos?


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Mientras ellos se autoproclaman candidatos y administradores de SU futuro y su partido continúa la larga marcha hacia la descomposición, las hienas, más astutas, estrechan su cerco: no quieren despojos, buscan toda la carne. Todos corruptos y al servicio de quienes verdaderamente gobiernan en España, Europa, el mundo: banqueros, oligarcas, obispos, empresarios, directores de los grandes medios de comunicación. Gracias a su labor se empobrecen en las sociedades capitalistas las clases medias y se destroza la vida económica y el futuro de los jóvenes, al tiempo que servicios sociales, como sanidad, educación, arrastran condiciones más precarias. Que casi el 90% de los ciudadanos disminuyan su nivel de vida es el tributo que se paga a ese 10% que aumenta sus beneficios en proporciones inverosímiles. Para ello tienen que tener a su servicio las armas y las leyes. No. No hay camino a la esperanza cuando los gestores públicos se colocan como asistentes de los capitalistas criminales. Ni se atreven a pellizcarles en sus fortunas con unos impuestos o restricciones mínimas en sus multimillonarios patrimonios. El miedo a perder sus favores les paraliza. Mejor no arriesgarse, seguir siendo criados retribuidos.


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Y el 15 de mayo. La protesta indignada pero encauzada para que pueda ser asimilable. De momento la pueden tolerar. Hasta que los destruya el cansancio y la impotencia o las contradicciones en que ellos mismos incurren. Si así no fuera, ya se encontrarían otras maneras más violentas de desalojarles. Las policías se educan para ello. Su misión es emplear la violencia contra los débiles, los diferentes, los desarmados. Los medios de comunicación pasarán de recoger la actualidad y darle cancha para aumentar las ventas a acosarles cuando también se les exija, y silenciarlos después. Contra los medios y los intelectuales al servicio del mercado y los colaboradores, aunque no lo reconozcan, del neoliberalismo, debían haberse revuelto con más fuerza los acampados en todas las plazas de España y no solo contra los políticos, que todos navegan en el mismo barco que aliena al pueblo y concede todo el poder a los terroristas que a ellos les pagan. Masa cada vez más ciega, manejada y esclavizada en lo que más que democracia debiera llamarse neodictadura.


Que los jóvenes o menos jóvenes acampados no se crean poder. Son apenas unas lágrimas rojas en la indignación, disueltas en el diluvio de cieno que cae sobre todas las tierras, pueblos y ciudades de España. Contra los monopolios se necesita algo más profundo que acampadas lúdicas y emotivas, por necesarias que estas sean. Paul Celan, uno de los mejores y más auténticos poetas del siglo XX, participó con entusiasmo en las manifestaciones de mayo del 68. Cantó La Internacional en francés, ruso y yiddish por las calles de París. Dijo que solo una revolución social y antiautoritaria podía transformar el mundo. Hasta que harto de éste no pudo más y se suicidó poco después arrojándose al Sena.. Como Walter Benjamin se suicidó tres décadas antes tras decirnos que era muy estrecha la puerta que daba salida al mundo en ruinas en que vivíamos.

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Muchos somos los que pensamos, soñamos, alentamos una revolución que impida la barbarie y decadencia de la actual civilización. Pero también somos conscientes de la dificultad de organizarla, llevarla a cabo, con los medios y formas que sea e impedir que se vaya disolviendo a la manera de los fuegos artificiales en las noches de verano.


C O L A B O R A C I O N E S


El futuro del movimiento 15-M



Carlos Taibo (para ‘La Directa’)



No es tarea sencilla la de pronunciarse sobre el futuro del movimiento 15-M. Lo más probable es que, conforme a la voluntad mayoritaria, se disuelvan antes o después las acampadas --es preferible cerrar racional y jocosamente esta etapa-- y se proceda a trasladar la actividad a barrios y pueblos. Todo ello en el buen entendido de que la posibilidad de restaurar el esquema inicial de concentraciones con poderoso eco mediático no quedará en modo alguno cancelada y de que, claro, el ritmo de los hechos puede ser diferente en los distintos lugares.


El tránsito del recinto del espectáculo mediático al más modesto de la acción local, aunque en modo alguno obliga a cancelar posibles iniciativas --campañas, manifestaciones-- de carácter general, parece deslizar el movimiento hacia una tarea más difícil y menos vistosa, al tiempo que, en sentido contrario, reduce los riesgos de burocratización y los intentos de coparlo desde fuera. No está de más que agregue una observación sobre la singularidad propia de la época del año en la que nos encontramos: la proximidad del verano tanto puede ser un inconveniente insoslayable --las iniciativas y las movilizaciones por fuerza se reducen en la mayoría de los lugares-- como una excelente oportunidad para recobrar fuerzas y plantear una ofensiva en toda regla a partir de septiembre. También hay que tomar en consideración el hecho, interesante, de que el movimiento ha visto la luz en un momento marcado por el final del curso en universidades e institutos, algo que a buen seguro ha reducido sus posibilidades de despliegue en unas y otros. La planificación al respecto de estas cuestiones --que invita a pensar inevitablemente en el medio plazo-- es, en cualquier caso, una tarea vital en el momento presente, tanto más si se convocan elecciones generales para el otoño.


Si se me pide un pronóstico sobre lo que entiendo va a suceder con el movimiento --y no sin antes avisar que en el camino penden varias incógnitas, y entre ellas los efectos previsibles de los intentos de moderar el discurso, por un lado, y de la violencia que el 15-M padecerá, por el otro--, me limitaré a plantear cuatro horizontes posibles. El primero no es otro que el vinculado con un rápido e imparable declive; me parece que semejante perspectiva es harto improbable habida cuenta de la vitalidad presente de las iniciativas y de la general voluntad de ir a más. El segundo nos habla de un eventual intento de colocar al movimiento en la arena política, a través de la gestación de una nueva formación o de la incorporación a alguna ya existente. Creo firmemente que las posibilidades de esta opción son muy reducidas, en la medida en que la mayoría de los integrantes del 15-M no parecen siquiera contemplarla. No puede descartarse por completo, sin embargo, una mecánica de divisiones y escisiones, en un grado u otro vinculable con este segundo horizonte.


Una tercera perspectiva nos dice que el movimiento podría dar pie a una suerte de extensión general, más bien vaga, dispersa y anómica, de formas de desobediencia civil frente a la lógica del sistema que padecemos. No descarto en modo alguno esa posibilidad, que sería una suerte de manifestación abortada de lo que me gustaría que cobrase cuerpo realmente: hablo del cuarto, y último, horizonte, articulado en torno a una fuerza social, que desde perspectivas orgullosamente asamblearias y anticapitalistas, antipatriarcales, antiproductivistas e internacionalistas, apostase por la autogestión generalizada e inevitablemente se abriese a las aportaciones que deben llegar de sectores de la sociedad que todavía no han despertado. Esa fuerza, que habría de acoger en su seno, claro, al movimiento obrero que todavía planta cara al sistema y se enfrenta a los sindicatos mayoritarios, provocaría el alejamiento de una parte de quienes en inicio se han incorporado a manifestaciones y acampadas.


Sólo se me ocurre aducir dos argumentos en provecho de la materialización del último horizonte mencionado: si, por un lado, en muchas de las asambleas realizadas en las acampadas se han revelado por igual una sorprendente madurez y una más que razonable radicalidad en los enfoques --se ha pasado a menudo de la contestación de la epidermis que suponen la corrupción y la precariedad a la del corazón del capitalismo y la explotación--, por el otro debemos dar por descontado que nuestros gobernantes van a seguir en sus trece, esto es, no van a modificar un ápice el guión de sus políticas. El hecho de que hayan decidido morir al servicio del capital mueve audazmente, en otras palabras, nuestro carro.




¿Existe el imperialismo, es un fenómeno mundial o es puro pretexto inventado por los socialistas?


José Eduardo Vázquez


Para responder a esta pregunta, es oportuno, hacer al menos un poco de historia, a riesgo incluso de desatender determinados aspectos por la lógica cuestión del espacio.


Es posible pensar y así que lo piensa mucha gente con la mayor buena fe del mundo, que todo cuanto ha surgido dentro de los marcos de la sociedad humana y en particular, dentro de los marcos de la sociedad capitalista industrializada, obedece únicamente, a los esfuerzos que en tal sentido, el hombre ha sabido hacer. Si nos remontamos a una fecha tan temprana como el siglo XIX, descubriremos que esta verdad, a las cual hacemos referencia, parece existir de por sí. Por tanto, podremos estar de acuerdo que, esa misma noción de aparente idilio que el capitalismo mostró en una etapa de su desarrollo, “la que parecía estar movida por un principio de bienestar que incluía al parecer al ser humano”, infundiendo en la conciencia de todos un fuerte sentimiento de progreso; poco a poco y al paso del tiempo, fue desmoronándose como castillo de naipes ante los ojos atónitos de quienes la percibían.


Ya para finales del siglo XIX se van a ver claras cuales serán las intenciones futuras de las potencias y especialmente, de la potencia norteamericana. José Martí, hace, al celebrarse la primera conferencia monetaria internacional en Washington, un profundo y medular análisis de este evento, dejando claro para las futuras generaciones-y nosotros somos esas generaciones a las que alertaba- una oportuna advertencia. Advertencia en primera instancia a las Repúblicas Latinoamericanas que recién habían alcanzado su independencia y que aun, en alguna medida, mantenían vivas las estructuras económicas y financieras heredadas de sus antiguas metrópolis, lo que las convertía, en Repúblicas extremadamente débiles y propensas por demás, a ser fácilmente manipuladas; esta realidad va a moverse como un lastre para constituir un elemento fundamental que contribuirá en gran medida a la división de las mismas, por otra parte, otro factor influiría en este proceso secesionista, lo pondrían los numerosos caudillos salidos de las filas de los ejércitos independentistas que, traicionando los sueños e ideales de Bolívar, trabajarían decisivamente para facilitar este esfuerzo.


Todas estas contradicciones con las que nacíamos al concierto de las “naciones libres”, nos trajeron de la mano también, los peligros de caer rendidos ante el vecino poderoso y ante su doctrina del “Panamericanismo”; la que preconizaba, “América para los americanos” Estas Republicas inexpertas en el arte de gobernarse por sí solas, serian sin embargo, fácil presa para coaligarlas en un haz, bajo la bandera de las barras y las estrellas haciendo de ellas; naciones formalmente libres más por su compromiso y dependencia que por sumisión voluntaria. Pero esta advertencia, a la distancia de más de un siglo, toma total actualidad. Deben por tanto, haber sido muy angustiosas estas jornadas para que hayan producido en el apóstol de la independencia cubana análisis tan revelador.


Ahora bien, para tratar de responder a la pregunta inicial, y sabiendo además de la posibilidad de que surjan otras nuevas interrogantes, trataremos, por razones metodológicas, de acercarnos a este asunto auxiliándonos de un documento realmente importante para entender este fenómeno:


En el libro “El Apocalipsis Según San George” su autor Eliades Acosta nos hace la revelación siguiente: “tomada de una publicación del año 2003, aparecida en la página web del Center for History and New Media, de la George Mason University, tomado de un ensayo de Paul Schroeder; titulado: ¿Is the U.S.Empire?, suscitando en su momento un debate on-line verdaderamente útil si queremos entender “la limitada capacidad de análisis de la sociedad que rige los destinos de buena parte del planeta”


“La reflexión del eminente profesor-nos dice el autor-debió ser incomoda e inquietante, dirigida a no permitir el sueño para quien la leyera; por supuesto, para los lectores promedio norteamericanos; es de imaginar el estupor de muchos, cuando se enfrentaron a esa idea”


Mis palabras-cito a Schroeder-no constituyen una propuesta académica, sino un intento por iluminar la decisión que deberán tomar los Estados Unidos. Este país, aun no se ha convertido en un imperio (…pero) La doctrina Bush proclama ambiciones y objetivos de incuestionable carácter imperialista (…) -El cuento de la Buena Pipa- Tal parece, que Schroeder, no logra por más que lo intente, evitar el tácito reconocimiento, por otro lado, cabría preguntarse: ¿a qué decisiones debe iluminar Schroeder en el futuro de los E.U.? Y ¿si no es un imperio en el sentido más estricto del término, qué lo obliga entonces a hacernos tal revelación?


Pero como si hubiese sido llamado al rescate, el 4 de febrero el propio año, James Wilson escribe: “por ninguna razón, en toda la acepción de la palabra, puede considerarse que los Estados unidos son un imperio…”


Todo parece indicar, que Wilson, sale a enmendar el error cometido por Schroeder en su momento y agrega, como para tratar de levantar una cortina de humo: “El imperialismo, en su sentido moderno, se asemeja al capitalismo: un pretexto inventado por los socialistas, un chivo expiatorio para justificar las criticas.”


Sinceramente, si este señor no es un miope, lo cual dudo, no nos deja otra opción que pensar que, ¿sus argumentos carecen de todo fundamento donde apoyarse? El capitalismo, es bueno recordarle a Wilson, adquirió su desarrollo precisamente por depredar de manera despiadada a los pueblos, ni que decir tiene entonces de los horrores que el imperialismo en su fase más reaccionaria le está causando a las naciones; parecería que unido a la miopía evidentemente intencionada de este hombre, une la desmemoria; sería bueno recordarle algunas cuestiones que yacen en la historia reciente. La guerra hispano-cubano-norteamericana, es reconocida por Lenin, como la primera guerra imperialista en la historia moderna, no reconocer eso, por tanto, es sencillamente escandaloso, por otra parte, no resultaría ocioso hacer mención del incidente que dio lugar al conflicto indochino del pasado siglo, o lo que ahora mismo está sucediendo en Irak, Afganistán, Libia, y cuyas consecuencias ya las está pagando la humanidad. ¿Quién puede asegurar que peligros pueden derivararse todo ello”. Nos parece sencillo, el señor Wilson, hace uso de un eufemismo para tratar de resolver el dilema; lo que él considera “no sin razón” una invención de los comunistas.


El imperialismo, queda claro, en la etapa actual, se ha erigido como un sistema de proporciones planetarias que no reconoce frontera de ninguna naturaleza, pero veamos casi a modo de conclusión que planteó el 6 de febrero Martí refiriéndose precisamente a las palabras de Wilson: “Claro que los Estados Unidos son un imperio y lo han sido desde su surgimiento (…) En su patético comentario James Wilson afirma creer que los imperios son solo creados por las élites y gobiernos y no por las personas. (…)”


¿Existe entonces miopía, amnesia, u otra enfermedad de la cual sea necesario prevenir a Wilson para se trate o será al imperio que lo amamanta a quien hay que prevenirle las enfermedades que desde su nacimiento lo corroe?


Pensamos que no, pensamos que lo que si existe en este sentido, son dobles intenciones, propósitos ocultos. Los pueblos deben tenerlos muy en cuenta.

La Linterna del S. XXI