lunes, 29 de diciembre de 2008

Editores. (A José Saramago)

En sus Cuadernos, que confirman uno de las escasas y profundas páginas editoriales y literarias que hoy merecen leerse, aunque no se encuentren en la prensa escrita porque tal vez no tengan cabida en ella, y sí en Internet, que poseen tanta belleza y pasión narrativa como rigor crítico y auténtica actualidad, José Saramago comienza diciendo el 18 de diciembre: "Voltaire no tenía agente literario. No lo tuvo él ni ningún escritor de su tiempo y de otros tiempos más". Y añade más adelante: "Era el tiempo de la inocencia (...) Directa o indirectamente el agente literario ha sido el huevo que ha puesto una industria editorial mucho más preocupada con el descubrimiento en cadena de best-seller que con la publicación y divulgación de obras de mérito".
En parte lleva razón José Saramago. Solo en parte. El editor, en esta historia, tampoco es inocente. ¿Qué sería de la mayor parte de los editores sin la existencia de los agentes literarios?. ¿Y de muchos escritores que solamente buscan el dinero o el éxito, aunque para ello tengan que autocensurarse, preocupados como están exclusivamente por el mercado, dispuestos con tal de ser acogidos por él a renunciar a la "literatura", inmolándose en aras de la más o menos jugosa contratación y el reconocimiento subsiguiente, qué sería igualmente? En la era del capitalismo corrupto -¿cuándo no lo fue?- y salvaje, nadie que a él se plegue puede ser inocente: ni editores, ni agentes literarios, ni escritores, ni lectores que como los batracios en el fango chapotean con gusto en este mundo sucio y degradado en que se mueve el negocio literario en nuestros días. Tampoco los críticos, periódicos, suplementos literarios son ajenos a este desolador panorama. Quedan afortunadamente, entre ellos, excepciones, y bien lo saben escritores como José Saramago.

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

¿En qué cárceles de alta seguridad están recluidos los banqueros, constructores, alcaldes, concejales, periodistas, jueces, abogados, arquitectos, culpables con otros estamentos de la alta sociedad del delito de cuello blanco, de la crisis económica de la que se habla en nuestros días?

¿Hablará Obama críticamente y para todo el mundo de la masacre desatada por Israel-Estados Unidos en Palestina? ¿O ya es rehén de los poderes reales que en realidad gobiernan los Estados, y hablamos de la santa triple alianza de siempre: industriales (de las armas y el petróleo), ejércitos (siempre a su servicio) e iglesias (que bendicen el crimen y la explotación para sustentar su imperio ideológico?

1 comentario:

Leandro Herrero dijo...

Como dijo Marsé hace unos días en una entrevista en "El País Semanal" -cito de memoria-, Obama será mejor que Bush, pero el imperio es el imperio. Y como tú bien sabes, en las naciones, por democráticas que parezcan, no gobiernan sus ciudadanos, ni siquiera sus presidentes: gobierna el dinero, único poder absoluto de todos los tiempos. El dinero llevó a Bush a invadir Iraq, y el dinero -el mismo que le financió su campaña- obligará a Obama a obedecerle como un buen vasallo. Solo nos queda esperar que suframos males menores: menor número de guerras, menor explotación de los países del Tercer Mundo, menor inestabilidad económica, menor especulación con los alimentos y fuentes de energía imprescindibles, menor número de detenidos ilegales trasladados en aviones que nunca existieron... Menor horror, en suma.

La Linterna del S. XXI