domingo, 7 de octubre de 2012

Número 37.
Lunes 8 de octubre de 2012.

Continúa el secuestro del Gobierno del PP. Leer a Albert Einstein
Políticos y pueblo.
Las ratas y los cuervos. Gerog Trakl
Actualidad de Artaud y Goethe
Stanislaw Lec:
  11. Ante el creciente interés por el islamismo en algunos países, hay que recordar que la religión musulmana prohibe categóricamente el alcohol.

  12. Cuando gritan: "¡Viva el progreso!" pregunto siempre: ¿El prtogreso de qué?
 
  13. Están los que nunca han tenido esperanza y los que la pierden sin parar.

CONTINÚA EL SECUESTRO DEL GOBIERNO DEL PP

Ha sido imposible. Ante la falta de interés por la lectura, yo diría impotencia, de los libros que se les entregaron a los secuestrados, el Comando de Limpieza y regeneración de la Lengua Española decide prolongar quince días más su secuestro antes de liberarles o entregarles nuevas obras. Mientras tanto les leerán textos de Esistein, al que conocen (?) como físico pero no como el hombre que dijo que la culpa definitiva es de la Ley, que el Estado miente deliberadamente a la juventuyd, y que de esta realidad nació la desconfianza hacia cualquier clase de autoridad, que las pasiones nacionalistas han destruido a la comunidad intelectual, que la prensa controlada en su mayoría por intereses encubiertos ejerce una influencia excesiva sobre la opinión pública, que detesta el peor producto de la vida de rebaño: el sistema militar, que le parecen despreciables los desfiles militares, el culto al héroe, el patriotismo, que la conciencia se sitúa por encima de la autoridad del estado, y que la salud y la continuidad de la humanidad dependen en grado mayor que antes, de las instituciones de enseñanza, el objetivo ha de ser formar individuos que actúen y piensen con independencia y que consideren sin embargo su interés más importante el servir a la comunidad.
El ministro Werth, que se dice de Eduación y Cultura -no dudamos lo sea de deportes- será el encargado de hacerse cargo de la selección de obras de Albert Eistein y leerlas en voz alta a todos los recluidos.
 
POLÍTICOS Y PUEBLO
 
Rajoy, Guindos, Sáenz de Santamaría, Cospedal, Montoro, Esperanza Aguirre -retirada a sus cuarteles de invierno, esperanza en la sombra para los más fascistas- los demás, ¿leyeron jamás a Einstein? ¿Soportarán sus palabras como no pudieron soportarlas los maccarthistas cuando les denunció públicamente de manera más crítica que osara hacerlo ningún otro intelectual norteamericano? Algún día reproduciremos aquí sus palabras, dado que podemos aplicarlas a muchos de nuestos intelectuales y artistas en el momento actual español.
Claro que bastantes de los que se dicen como socialistas son tan obtusos, necios y sumisos, como los que consideran oponentes políticos.
Y el pueblo, masa o ciudadanía, no el que combate sino el que, y por desgracia es mayoría, en Madrid o Barcelona, en Castilla o en Valencia, va a lo suyo: pan y circo, fútbol o aplausos envueltos en otras banderas a visionarios aprendices de dictadores. Ridículos aparecen, tanto como los Cardenales con los que sin duda se entienden. Porque ese pueblo, y no de ahora precisamente, se ha habituado a convivir en los diferentes grados de esclavitud que dosifica el poder según sus necesidades y circunstancias. Y cuando en tiempos pasados algunos pensadores y revolucionarios les conducían a la necesaria insumisión -hoy no les interesa pensar en ella- e incluso destruían a los tiranos, no tardaba en ser traicionado. De Marx a Stalin median tantos caminos como de la razón al Corán o la Biblia. La fuerza de la masa, por desgracia, es la fuerza de la bestia movida por los "conductores" o manipulada por las "democracias".
 
LAS RATAS Y LOS CUERVOS. Georg Trakl.
 
Para leer igualmente por el Presidente en voz alta a todos los reunidos. Y que cada cual se lo aplique según se contemple en el espejo de las palabras.
 
LAS RATAS
 
Blanca brilla en el patio la luna otoñal,
del alero caen sombras confusas,
y mora en las ventanas un silencio,
cuando asoman cautelosas las ratas.
 
Silbando corren de un lado para otro
despidiendo tras ellas un vaho horrible
que los persigue desde la letrina
y que la luz lunar llena de vibraciones.
 
Y chillan de codicia, como locas
e irrumpen en la casa y los graneros
repletos de cereal y de la fruta.
Un viento helado se plañe en lo negro
 
Y mientras las ratas llevan a cabo la destrucción de su país, los cuervos -hombres de negro los llaman-regresan a sus feudos
-fragmento-
 
A veces nos llegan ya sus bufidos
en torno a una carroña ya husmeada.
Y de repente se lanzan al norte,
y se alejan, perdidos por los aires
fúnebre comitiva que sacude
los aires de un voluptuoso goce.
                                        -traducción José Miguel Mínguez-

ANTONIN ARTAUD  (Textos para leer en voz alta, aprenderse de memoria y recitarlos unos a otros)

En una sociedad bien constituida, concebida regularmente y establecida sobre bases humanas, nadie debiera poder disfrutar de un lujo mientras que en algún lugar un hombre pueda morir todavía de hambre. (Sobre algunos problemas de actualidad).

GOETHE (Los leerá en voz alta Cospedal y repetirá cien veces Rajoy)

Nada hay más repulsivo que la mayoría, pues la integran unos cuantos dirigentes enérgicos, algunos pícaros o acomodaticios, unos cuantos débiles que se asimilan, y la masa que va detrás sin saber ni remotamente lo que quiere.

Stanislaw Lec. (11)
 
Ante el creciente interés por el islamismo en algunos países, hay que recordar que la religión musulmana prohibe categóricamente el consumo de alcohol.
 
¡Si solo fuera el alcohol! Y esto ya es en si grave. Prohibe el dudar, es decir, el pensar. ¿Y de las mujeres, hablamos de las mujeres? Eso es algo que une de alguna forma a musulmanes y cristianos, aunque les separen todavía siglos por la evolución experimentada entre estos últimos, gracias a las grandes luchas y consiguientes represiones que sufrieron en su búsqueda de libertad en los países occidentales ls mujeres. Sigue, en unos impuesta por la ley, en otros no alejada del todo de su condición y práctica más o menos velada, vigente el machismo, la primacía del varón, el dios y sus profetas siempre masculinos.
¿Revoluciones en los países árabes? Ya se habló -hablo de gentes de izquierda- cuando el Sha de Persia de la gran revolución de Jomeini. Y han transcurrido cuarenta años. ¿A qué llamamos revoluciones, en que fundamentos morales, éticos y teóricos se basan quienes dicen llamarse de izquierdas?
Los caminos que conducen a la regresión son infinitos. Y entre ayatolas y banqueros los van allanando con el apopyo o la ceguera y debilidad de los que han suplantado a los revolucionarios.

(12)
Cuando gritan: "¡Viva el progreso!" pregunto siempre: ¿el progreso de qué?

- ¿No crees en el progreso?
- Sí, en el tuyo y los de tu calaña. Quienes carecéis de moral, despreciáis la ética, os provoca náuseas la libertad. Buscáis imponer vuestras mentiras sobre un rebaño único y obediente, situáis todo el desarrollo técnico y científico alcanzado por la Humanidad a vuestro servicio. Utilizáis las palabras a vuestro antojo y en función de vuestros intereses desvirtuando su auténtico significado. Donde decís progreso queréis decir privilegios. Desarrollo y beneficio de unas minorías y estancamiento y explotación de las mayorías. Sacrificios pedís, más no para quienes los legislan y demandan, sino para aquellos sin voz a los que les son impuestos. Terrorismo: el que se basa en miles de hombres armados cuya finalidad es reprimir el pensamiento y la disidencia.
Debiérais ser más comedidos y sinceros a la hora de hablar del progreso, seáis políticos o ministros religiosos, catedráticos o escritores -de los banqueros y mercaderes mejor no hablar- y cuando os dirijáis a los demás decirles con humildad: "Viva nuestro progreso". Y tal vez murmurar con un susurro: y si lo aceptáis con paciencia y mansedumbre algunas migajas del mismo os alcanzarán a vosotros.

(13)
Están los que nunca han tenido esperanza y los que la pierden sin parar.

Por eso necesitan gritar y enloquecer sea en un partido de fútbol o en un concierto de infinitos decibelios, luces y saltos enloquecidos. También ante la televisión abren la boca admirados y aplauden con frenesí al contemplar el dinero que algún privilegiado gana en más o menos apañados y estúlticos concursos, o ante las hazañas de famosos o famosas que narran los polvos que entre sí echan, tampoco falta el entusiasmo contemplando el descorche del champán que esparce el hombre anuncio que corre en uno de esos coches que nunca contemplan en su agónico tráfico real las carreteras.
No los abandonéis nunca, programadores y organizadores de la cultura del ocio. Ya que carecen de esperanza para sus vidas, dadles espectáculos y que ellos se crean depositarios y hasta protagonistas de esas historias, se identifiquen con quienes las viven o narran como si todos fueran uno mismo y griten una y otra vez -no se os olviden las banderas y los himnos bajo los que se cobijan-: soy español, español , español (o: soy catalán, catalán, catalán).

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