miércoles, 25 de febrero de 2009

Banqueros

Ves en la ciudad como desaparecen los viejos y espaciosos cafés, los cines, las librerías. Un día se cierran. Llegan las obras. Y pronto los anuncios luminosos te indican la apertura en esa superficie de un banco, sucursal de una de esa docena de bancos o cajas de ahorro que corren todas las calles de tu ciudad. Para qué, te preguntas, realmente, ¿son tan necesarios? ¿Que imprescindible función tienen?
Vivir de ti. Especular. Enriquecerse. Ni cultura ni educación ni entretetenimiento. Solamente buscan acaparar dinero para operar con él y engrosar sus beneficios. A cambio de ello, conforman tu vida, te esclavizan, te convierten en rehén de sus negocios. Una gigantesca farsa sobre la que se erige la llamada economía liberal. Te conviertes en su esclavo. Te convencen de que son necesarios para ti, para tu vida. Para guardar tu dinero, si lo tienes, para pagar tus recibos, para cobrar tus nóminas, para encauzar tus compras, y como por todos los servicios te cobran, para vivir a costa tuya. Para ellos vivir mejor y tú cada vez más limitadamente. Un maldito negocio que conforma la pirámide de un sistema en el que tú, ciudadano, eres la pieza a cobrar. Y los políticos intentan convencerte de semejante necesidad. De que sin sus ganancias el sistema se hunde. Por eso cuando los beneficios decrecen, benbeficios cuyas cifras exorbitantes desbordan tus conocimientos, les inyectan los poderes públicos dinero. Los banqueros son voraces. No pueden dejar de engordar sus cuentas. Vayamos todos en su auxilio gritan a través de los medios que lacayunamente les sustentan. Necesitan tu sangre para alimentarse, tu trabajo para inflarse. Y así, en tu ciudad, los bancos se multiplican en todas las esquinas de sus calles. Te has acomodado a ellos. No necesitas caminar mucho rato en su busca: a cada paso encuentras un a sucursal. Ellos te esperan. Desgraciados, nos dicen, ¿qué sería de vosotros sin nuestra protección? Y tú callas, otorgas, aceptas, y resignada y pasivamente aceptas su ley.

jueves, 12 de febrero de 2009

De cacerías

Viejo deporte feudal y aristocrático. Y político. Hasta religioso. Para reyes, nobles y allegados. Allí se forjan amistades, negocios, se obtienen favores, se enredan amantes, se perpetran guerras, se traman conspiraciones. Allí es la crueldad ejercida contra los animales, donde se fomenta y exhibe el machismo, donde se desnuda la miseria humana. Deporte viejo. Que no se extingue. Cacerías organizadas para las clases poderosas, para los hombres infgluyentes. Cacerías de trasfondo económico para fomentar corrupciones sin cuento. Cacerías para ministros, banqueros, jueces, obispos, Presidentes de Comunidades, de Estado, Alcaldes. Ya existen también mujeres expertas en cacerías, como Esperanza Aguirre. Cacerías para abatir presas dóciles o indefensas, carnaza para periodistas serviles y prensas o televisiones basura. Para terroristas expertos en extraser dinero fácil de la construcción, la prostitución organizada. Para facilitar negocios y transacciones bancarias o de otra índole. Para modelar actos electorales. Para convertirse en espejo de la terrible bajeza de nuestra sociedad, de un mundo ortganizado como una cacería. Expertos en acotar terrenos, desarrollar armas mortíferas para exterminar indefernsos animales. Algún día serán seres humanos. El franquismo era experto en organizarlas. Pero no se han olvidado. Política. Democracia.

lunes, 26 de enero de 2009

Banderas: malditos trapos alienantes

Todos los cultos son tan nocivos como peligrosos. De algunos, sin embargo, nadie habla. Como del venerado a las banderas. Que son repugnantes. Uno de los máximos exponentes del embrutecimiento. Locura colectiva que puede conducir a la muerte plana de la conciencia, de la reflexión, de la libertad. Emblema de los fanatismos. Fetiche de los nacionalismos malsanos. Grito de las guerras criminales. Ahí las tenéis, enarboladas en los desfiles, concentraciones patrióticas, espectáculos deportivos, manifestaciones políticas, hasta sindicales. ¡Qué miseria de mundo que continúa defendiendo esos trapos coloreados bajo los que las muchedumbres, desprovistas de sentido, se dejan conducir! Hasta en los aparentemente más inofensivos espectáculos, un partido de fútbol, de tenis, la concesión de premios literarios o reuniones de escritores, nos encontramos a las banderas, como si quienes hablan, o gritan, o gesticulan, necesitaran ampararse en ellas para sentirse triunfadores.Uno debiera vomitar cada vez que contempla una bandera, sea del signo, país que sea. Y a las víctimas de los horrores, se las envuelve en su entierro con una bandera. Banderas, patrias... continuamos hablando del "progreso".

martes, 6 de enero de 2009

El Instituto Cervantes y el Sáhara

El Ministro de Cultura de España pide homologar toda la actividad cultural española en el extranjero bajo la coordinación y dirección de un único Ministerio, el suyo. Parece una medida lógica. Lo que no parece interesado en pedir es que el Instituto Cervantes se preocupe de "la otra cultura", la que no se envuelve bajo el elitismo y se ampara en la corrupción de los conceptos. La que debiera preocuparse por atender a otras gentes, otras culturas, proyectar una imagen diferente y alejada de los intereses económicos de quienes la manejan hoy día, de las dependencias del mercado, el egocentrismo, el amiguismo y la dependencia de los monopolios que la controlan. Para el Instituto Cervantes, por ejemplo, que se dedica a proyectar en el mundo la presencia de los autores "más vendidos" -la expresión tiene dos acepciones, ambas pueden ser válidas- en literatura, música, arte, etc, el Sáhara no existe. El Instituto Cervantes recibe a personajes como ese grotesco y listillo que representó a España en la basura del festival eurovisivo el pasado año, pero no recibe ni presta aternción a los poetas saharianos Zahra Hasnani y Bahir Mahmud Arrah que fueron a California a hablar de los problemas de su sacrificado pueblo y de como en medio de la soledad y el desierto intentan realizar una cultura viva para sus gentes. Hablan, piensa, escriben en español. Pero eso, ¿qué les importa a las autoridades culturales españolas?. Hacinados en los campamentos, sin recursos económicos, acosados por la represión marroquí, intentan que el español sobreviva y sus hijos sean más cultos para un día ser más libres. Pidieron ayuda en carta firmada por 50 escritores al Instituto Cervantes a finales de 2004. La contestación se limitó a decir "que no era asunto de su incumbencia".
Cultura, libertad: cadáveres en la boca de los gobernantes.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Editores. (A José Saramago)

En sus Cuadernos, que confirman uno de las escasas y profundas páginas editoriales y literarias que hoy merecen leerse, aunque no se encuentren en la prensa escrita porque tal vez no tengan cabida en ella, y sí en Internet, que poseen tanta belleza y pasión narrativa como rigor crítico y auténtica actualidad, José Saramago comienza diciendo el 18 de diciembre: "Voltaire no tenía agente literario. No lo tuvo él ni ningún escritor de su tiempo y de otros tiempos más". Y añade más adelante: "Era el tiempo de la inocencia (...) Directa o indirectamente el agente literario ha sido el huevo que ha puesto una industria editorial mucho más preocupada con el descubrimiento en cadena de best-seller que con la publicación y divulgación de obras de mérito".
En parte lleva razón José Saramago. Solo en parte. El editor, en esta historia, tampoco es inocente. ¿Qué sería de la mayor parte de los editores sin la existencia de los agentes literarios?. ¿Y de muchos escritores que solamente buscan el dinero o el éxito, aunque para ello tengan que autocensurarse, preocupados como están exclusivamente por el mercado, dispuestos con tal de ser acogidos por él a renunciar a la "literatura", inmolándose en aras de la más o menos jugosa contratación y el reconocimiento subsiguiente, qué sería igualmente? En la era del capitalismo corrupto -¿cuándo no lo fue?- y salvaje, nadie que a él se plegue puede ser inocente: ni editores, ni agentes literarios, ni escritores, ni lectores que como los batracios en el fango chapotean con gusto en este mundo sucio y degradado en que se mueve el negocio literario en nuestros días. Tampoco los críticos, periódicos, suplementos literarios son ajenos a este desolador panorama. Quedan afortunadamente, entre ellos, excepciones, y bien lo saben escritores como José Saramago.

PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

¿En qué cárceles de alta seguridad están recluidos los banqueros, constructores, alcaldes, concejales, periodistas, jueces, abogados, arquitectos, culpables con otros estamentos de la alta sociedad del delito de cuello blanco, de la crisis económica de la que se habla en nuestros días?

¿Hablará Obama críticamente y para todo el mundo de la masacre desatada por Israel-Estados Unidos en Palestina? ¿O ya es rehén de los poderes reales que en realidad gobiernan los Estados, y hablamos de la santa triple alianza de siempre: industriales (de las armas y el petróleo), ejércitos (siempre a su servicio) e iglesias (que bendicen el crimen y la explotación para sustentar su imperio ideológico?

lunes, 22 de diciembre de 2008

El corazón de las noticias

BALEARES. CRÍMENES

Es la única definición posible. Los culpables pasarán un tiempo de penitencia, de seguro leve. Las víctimas son, como siempre, muertos de tercera clase. Los responsables políticos a nadie rendirán cuentas. Así se trabaja en España
Ya apenas existe solidaridad. Los Sindicatos son correas de transmisión de la patronal. Fásbricas de funcionarios. El grito, la revuelta, no está en la calle. Y la huelga ininterrumpida y sin concesiones es una reliquia de la memoria histórica. Cientos de trabajadores continuarán muriendo. Marx es otro icono. La teoría es gris. Y el árbol de la vida sigue goteando sangre.

SIEMPRE NOS QUEDARÁ LA IGLESIA

Gesticulante. Ella sí, alborotadora. Impositiva. Amenazante. Esa es su historia cuando no está en el poder. Cuando se muestra vencedora, lo ocupa, es tan sinuosa y mansa como perversa, vilmente represora. Iglesia como Inquisición. La que aplica las torturas, bendice los fusilamientos e impone a cristazos las ceremonias religiosas. La que controla la férrea censura. Ahora, que no lo tiene totalmente, grita contra el sexo libre, la eutanasia y el aborto, contra quienes quieren eliminar a los enfermos. ¡Que se calle de una vez la maldita Iglesia!. Que se obligue, si se puede, a los obispos, a que se recluyan en sus iglesias. Que todos, educados en el miedo, hagamos lo imposible para que se limen sus fuerzas, para impedir que no retornen al mando de la sinrazón, que ésta es siempre la aliada de los crímenes impunes y las memorias perdidas. Insumisión. Combatamos la idolatría oficial. Seamos humanos y no borregos perversamente domesticados. Nunca más vasallos y siervos de la estulticia y la perversidad que ella encarna. O sus representantes políticos, de los que también hablaremos

martes, 25 de noviembre de 2008

El nuevo libro de Andrés Sorel.

ILUMINACIONES. ANTONIO GAMONEDA

Es el título del nuevo libro de narrativa publicado por Andrés Sorel. Reza en su contraportada:

Antonio Gamoneda y su ciudad durante la guerra y la posguerra española son los protagonistas de este libro que narra el lado humano, el compromiso ético, social, cultural, de quien es sin duda uno de los mejores poetas españoles contemporáneos. Ambientado en un tiempo de mentira y destrucción, de empobrecimiento cultural, de violencia fascista, que el autor de DESCRIPCIÓN DE LA MENTIRA refleja a lo largo de su profunda, extraordinaria obra poética:

Tierra desposeía de sus tumbas, madres encanecidas en el vértigo.
Eslo que queda de mi patria.

Narrativa. Poesía. Pensamiento. Literatura. Y recreación de un pasado que no debe ser materia del olvido a través de uno de los más singulares y críticos creadores del siglo XX, que hizo de la poesía conocimiento de la realidad. Poesía contenida en autores como Kafka, "de agitación lingüística", subversiva, existencial, como es esta obra situada bajo la advocación de Walter Benjamin.

El libro ha sido publicado por RD editores. Y puede solicitarlo en su librería o a:

Distribuidora Mares de Libros. info@maresdelibros.com

o

RD Editores. subdirector.rde@axioma.cc

La Linterna del S. XXI