No vamos a usar ciertas definiciones, palabras muertas, expresiones que se convierten en cadáveres en la boca de quienes las utilizan. Tal vez sea el concepto más corrompido y corruptor, este de política, empleado por quienes son oficiantes de ella.
La política se ha convertido en un espejo donde se refleja el embrutecimiento colectivo. Alienación en terminología clásica. Es un instrumento utilizado para desmovilizar las ilusiones, atrofiar las ideas, paralizar las acciones, impedir la reflexión profunda y la lucha colectiva, para intentar transformar, de verdad y no en la simulación, la vida de los pueblos. Gracias a la política los poderes represores son cada vez más represores poderes, los explotados trabajadores son cada vez más pasivos y explotados, las leyes injustas se sacralizan con mayor alcance, las aberrantes religiones y sus organizaciones poderosas encuentran más expansión y dominio, los medios de comunicación se convierten en terroristas informadores y conformadores de la opinión pública, los arribistas y mediocres funcionarios de sindicatos y partidos viven a costa de la desmovilización del ejercicio participativo de las organizaciones que dicen representar, personajes deleznables se perpetúan en las instituciones y en el poder y los ilusos cargados de buenas intenciones que a bellos se acercan e intentan transformar la sociedad se estrellan contra el muro insalvable que conforma la política y terminan adaptándose a las exigencias del posibilismo que concluye anulando sus viejas ideas y encarrilándoles por la senda dsel conformismo y la resignación. Las exiguas voces que intentan abrir vias de regeneración al discurso marchito y corrompido de la política -democrática o autoritaria- termin an paralizadas, perseguidas o silenciadas.
Y quién dice "pasar de la política" ignora o no comprende que él es igualmente víctima de la política, que no porque cierre los ojos va a dejar de ser una víctima más de quienes dicen ejercerla en su nombre. "Afán de servicio" "En nombre del pueblo" "Por el Estado de derecho", etc. Gracias a la política las guerras son cada vez más exterminadoras, las diferencias sociales abisman sus diferencias, torturas y represiones encuentran métodos más sofisticados para acrecentar su crueldad, la estulticia ahonda el espectro de los imbéciles y acomodados, serviles ciudadanos que conforman el coro de los aduladores y decrece el número de cabreados -ya resulta casi imposible pensar en revolucionarios- que se joden solitariamente porque todavía conservan la capacidad crítica de pensar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario